Rafael Carriegas tenía 14 años cuando mataron a su padre, que el día anterior había cumplido 47. Casado y con cinco hijos, era director de la sucursal del Banco Hispano Americano y había sido segundo en la candidatura al Congreso de los Diputados por la coalición Unión Foral del País Vasco. Los miembros de ETA le dispararon a bocajarro en el portal de su casa, en el número 3 de la entonces plaza 18 de Julio, hoy Auzolan.
"Jamas hemos tenido noticia de la investigación", ha declarado el hijo, que en su momento fue líder del Partido Popular en Barakaldo y en la actualidad es gerente de la Fundación Miranda. Al respecto, Carriegas ha lamentado el "enorme desinterés" de la sociedad vasca por investigar los 300 asesinatos de ETA que quedan por esclarecer.
"La sociedad ha sido y esta siendo absolutamente cobarde, que ha escondido la cabeza y la dignidad", ha afirmado, al tiempo que ha hablado de "genocidio". También ha dirigido críticas al Partido Nacionalista Vasco (PNV), del que ha dicho que "ha dado cobertura y legitima a ETA y sus crímenes" y ha llegado a decir que el PNV es una "canalla criminal".
Rafael Carriegas ha explicado que el asesinato de su padre "destrozó" a la familia. Tuvieron que salir del piso en la plaza Auzolan para que entrara el nuevo director de la sucursal, se trasladaron a Bilbao y, entre dificultades económicas de la viuda al cargo de los cinco hijos huérfanos de padre, ETA le envió una carta amenazándola de muerte e instando a que se marchara del País Vasco. El hijo mayor cayó en la droga y falleció hace unos años tras "una vida horrible".
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