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Opinión / Irabazi / Y a mí no me ha pasado nada


Eder Álvarez Rivera | concejal de Irabazi Barakaldo 

Barakaldo, 3 mar 2019. Desde que Bilbao Chemicals cerrase en 1987, su venenoso legado ha ido apareciendo por todas las esquinas de Barakaldo, pero también de Bizkaia y el Estado. De poco sirve mirar hacia atrás y buscar culpables sobre la contaminación por HCH-Lindane, por que ya se fueron sin pagar la cuenta. Sin embargo, lo menos que debemos hacer es exigir actuaciones firmes y responsables a las instituciones, y es que, después de décadas luchando contra este veneno, tenemos la sensación de que ciertas instituciones prefieren minimizar el impacto, conscientes del tremendo monstruo que se esconde bajo nuestros pies, y del alcance económico y social que puede tener.

Ya no valen las peregrinas excusas de hace una década, cuando se ponía en duda si la contaminación por lindane era mala o muy mala. En 2015 la Organización Mundial de la Salud relacionaba científica y definitivamente la exposición al hexaclorociclohexano (HCH) con el cáncer y problemas endocrinos de distinta índole. Concretamente se ha relacionado directamente con linfoma no-hodgkin, y también se ha demostrado que quienes hemos estado en contacto con el bicho tenemos más boletos para la lotería maldita de otro tipo de cánceres y distintos desordenes hormonales.

Por concretar, en Barakaldo tenemos la celda del Argalario donde confinamos 412.000 metros cúbicos de tierras contaminadas con lindane, de manera segura y ejemplar según todas las informaciones que teníamos. Sin embargo, el Gobierno Vasco sabe que más que probablemente entra agua en la misma al menos desde 2014. Y ésta, como digo, es la celda controlada. Por lo tanto cabe preguntarse ¿cómo está el resto de celdas no tan controladas? Y es que bajo el actual Carrefour, en la zona de Max Center, bajo el aeropuerto de Loiu, en Trapagaran, en el monte Jata, en las cercanías de Kastrexana, en las tierras de Sefanitro… tenemos vertidos más o menos identificados y más o menos controlados que aún esconden HCH, y que también siguen contaminando la tierra, los acuíferos, y los seres vivos (entre los que nos encontramos) mientras la Administración mira para otro lado.

Insistimos en que este asunto no es baladí. El lindane, por muy pequeña que sea la dosis, se va pegando a nuestro tejido adiposo y se va acumulando durante el tiempo, y a través de la cadena trófica, hasta que puedas tener la mala suerte de desencadenar una enfermedad endocrina u oncológica. Es cierto, que muy pocos médicos son capaces de verbalizar la relación directa del HCH con estas enfermedades, y ninguno se atreve a firmarlo… a fin de cuentas, desarrollar este tipo de dolencias suele responder a “múltiples factores”. Pero lo que tenemos claro es que las poblaciones que hemos estado expuestas al lindane tenemos más papeletas. Pero no se me olvida cuando, acompañando a Ecologistas en Acción a una charla sobre el lindane a O’Porriño, con una sala abarrotada de vecinos le preguntaron “¿Cuáles son los cánceres que provoca?” el ponente contestó y automáticamente más de un asistente se echó a llorar, acordándose de algún familiar directo. Como decía no es baladí, y basta con trastear con los mapas de atlaseuskadi.com para comprobar que en Barakaldo y Ezkerraldea tenemos más papeletas.

Y ante esto, ¿qué hacer desde las instituciones? Desde luego que mirar hacia otro lado, u ocultar la situación no es la mejor de las decisiones. En Barakaldo, cada palada de tierra que se levanta tiene que ser analizada. En breve, volveremos a reclamar medidas en el Parlamento Europeo, por tercera vez, cuando desde Bruselas ya se ha dicho que existen fondos para remediar este tipo de situaciones pero falta lo esencial, la voluntad política de afrontar el problema. Y prueba de ello de nuevo es que en Galicia, tras descubrir el veneno que se escondía bajo sus pies, ya han tramitado una solicitud de la mano de la Xunta, junto con la USC, CSIC, la Confederación Hidrográfica Miño-Sil y el ayuntamiento de O Porriño, para optar a fondos europeos del programa LIFE, presentando un proyecto de remediación fitosanitaria para el HCH. Y mientras tanto, el Gobierno Vasco con el PNV a la cabeza, oculta lo que realmente ocurre en Argalario, ignora la situación del resto de celdas, y espera a que Oiola se solucione por ciencia infusa, mientras el Ayuntamiento paga mucho más por el agua del Consorcio.

Y es que con el tema de Lindane pasa un poco como con los negacionistas del Cambio Climático. Hacen chistes o minimizan la gravedad del asunto, y hacen referencia a cuando, de jóvenes, se tiraban por las montañas del pesticida “y a mí no me ha pasado nada”. Lo malo del argumento, es que a los que sí les ha pasado, no pueden por lo general debatir, porque ya no están.


Éste es un espacio cedido por 'Barakaldo Digital' gratuitamente y en igualdad de condiciones a todas las fuerzas políticas con representación en el Ayuntamiento de Barakaldo ante la celebración, el 26 de mayo de 2019, de las elecciones municipales