El colegio muerto de La Milagrosa: un tesoro histórico de incierto futuro

• Reportaje fotográfico de las aulas vacías del edificio modernista construido en 1914 y que es patrimonio histórico • "Es una de las mejores muestras en Bizkaia del secesionismo vienés" • Fue diseñado por el arquitecto municipal Ismael Gorostiza • "La decoración destaca por sus molduras y herrajes de formas geométricas y una bonita combinación de diversos materiales de construcción como mampostería blanca, cemento, ladrillo, cerámicas esmaltadas", señala el Ayuntamiento •
Un silencio mortal —el de la muerte de un colegio— cruza los pasillos del edificio de la avenida Miranda en donde durante 66 años ha funcionado el colegio concertado católico La Milagrosa. Los niños han salido ya del recinto y nunca más volverán a un inmueble que es un tesoro histórico y arquitectónico local, con un futuro incierto. Ahora todo depende de lo que permita hacer el Ayuntamiento de Barakaldo a una Fundación Miranda cuya actuación está cuestionada por todas partes. La comunidad de La Milagrosa no le perdona que disparara un 150% los precios de alquiler hasta alcanzar los 20.000 euros mensuales, que hacían inviable económicamente que el colegio siguiera en las instalaciones. El edificio escolar fue antes de convertirse en centro educativo un orfelinato y el asilo de ancianos, cuidados ambos por las mismas monjas Hijas de la Caridad que pusieron en marcha el colegio y que ahora, en un extraño pago por los servicios prestados, salen cerrando la escuela arruinada por el precio del alquiler. También cuestionan a la Fundación Miranda, los partidos políticos, incluido el gobernante (PNV), que aprecian que se aleja de su objetivo fundacional de ayuda a los más necesitados. Por su ubicación y superficie, el inmueble, en el que aún sigue el conservatorio municipal, puede dar paso a un gran negocio inmobiliario. Los responsables municipales aseguran que no permitirán otro uso que el actual, de equipamiento. La fundación dijo a la prensa que proyectaba un centro de día para ancianos. El edificio tiene una estructura interior compleja como para poder ajustarse a las necesidades de personas con problemas de movilidad. Además, sus pasillos, suelos, paredes y techos guardan tesoros perfectamente conservados, como su cerámica —de diseño diferente en cada planta— y sus cristaleras. Barakaldo Digital ofrece aquí una visita fotográfica por lo que es el colegio muerto de La Milagrosa.