por Juan Lamadrid
"Quizá el PSE-EE de Barakaldo deba afrontar la necesidad de acometer cuanto antes su propio reinicio" |
Los grupos municipales vuelven a tomar sus despachos en el ayuntamiento y comienzan a actuar, uno en su recién estrenado papel de gobierno, los otros en el de oposición, un papel conocido por la mayoría. Son dos roles antagonistas que, al menos en teoría, deben buscar el acuerdo para impulsar acciones en beneficio de la sociedad barakaldesa. Pero ese posible acuerdo no borra ni difumina la línea que separa al Gobierno de la oposición porque no se puede estar en misa y repicando, ¿o sí? Los socialistas parecen dispuestos a demostrar que sí se puede.
Han transcurrido poco más de tres meses desde las elecciones de mayo que dejaron al PSE-EE sin la Alcaldía del cuarto municipio de Euskadi, pero los socialistas, merced a pactos fraguados lejos de las sedes locales de PNV y PSE-EE y a un denominado por ambas partes “acuerdo de estabilidad”, van a gobernar sin estar en el Gobierno local desde dos departamentos nunca antes presentes en el organigrama municipal —el de Salud Laboral y el de Atención al Consumidor—, con la correspondiente remuneración para el concejal responsable (eso no puede faltar). Pero también harán oposición al Gobierno del PNV aunque ahora no podrán culpar de todo a la Diputación —donde ha acabado el último alcalde socialista— ni al Gobierno Vasco, donde es posible que recalen otros ‘compañeros socialistas’ tras las elecciones autonómicas previstas para el próximo año. En misa y repicando.
Quizá el PSE-EE de Barakaldo deba afrontar la necesidad de acometer cuanto antes su propio reinicio. Resetear el partido para volver a lograr la confianza mayoritaria de la sociedad barakaldesa y darle a la tecla de reinicio. Decidir si quiere presentarse como oposición al Gobierno local del PNV para fiscalizar su quehacer, aunque para ello tenga que romper con todo lo anterior, o mantener esa bipolaridad política de ahora gobierno sin ser Gobierno, ahora no porque soy oposición. Porque el primer partido de la oposición no puede ser también el segundo del no-Gobierno-de-coalición-municipal. O sí. Quedan cuatro años para que los socialistas de Barakaldo demuestren si es posible.