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Sociedad Micológica de Barakaldo
“Es posible que a lo largo de nuestra historia hayamos evitado cerca de 200 intoxicaciones”


Mariela Estévez | Fotos cortesía de la Sociedad Micológica

La Sociedad Micológica Barakaldo (SMB), fundada en 1975, trabaja para dar a conocer el acervo micológico de Barakaldo y de toda Bizkaia a través de actividades como tertulias, cursillos de iniciación, salidas al campo, charlas y publicaciones, entre otras muchas, según explica el secretario del grupo, Roberto Luis García. El colectivo, que ha celebrado a principios de octubre la 39 Semana Micológica, hace frente a esta etapa a pesar de los recortes de subvenciones públicas y ayudas de la BBK y pide “a todos los aficionados con inquietudes, ideas y ganas de trabajar, para que se sumen al proyecto”. Entre las iniciativas pendientes de financiación se encuentra una muestra de carteles y paneles divulgativos bajo el título genérico de ‘Las setas y la biodiversidad’. La organización se acaba de incorporar además a Facebook.

Pregunta. ¿Hay mucha afición a las setas en Barakaldo?
Respuesta. Sí, por supuesto. Además es una afición que se transmite de generación en generación y que es compatible con otras que se desarrollan en el entorno natural, como el montañismo, el senderismo o la fotografía.

P. ¿Cómo ha contribuido la Sociedad Micológica en todos estos años a fomentar esa afición?
R. Enormemente, hay que tener en cuenta que llevamos casi 40 años divulgando, enseñando y asesorando a los aficionados, que a su vez han ido enseñando a otras personas. Y como comenta un compañero de la asociación, teniendo en cuenta las consultas que nos llegan los lunes, muchas de ellas con identificaciones erróneas por parte del aficionado, es posible que hayamos evitado cerca de 200 intoxicaciones a lo largo de nuestra historia.

P. ¿Cómo ha sido la evolución de la sociedad desde el primer local en la biblioteca de Cruces hasta ahora?
R. Esta sociedad, como tantas otras, nació en un momento de grandes inquietudes socioculturales y al calor de un gran movimiento asociativo, en el que había un montón de cosas por hacer. Y se hicieron y se hicieron muy bien por aquellos pioneros que supieron transmitir cultura micológica con muy pocos medios. Posteriormente hubo un relevo generacional con gente más joven y más preparada —como biólogos y botánicos— que irrumpió en la sociedad y que la llevó, en las décadas de los ochenta y noventa, con grandes ideas y mucho trabajo, gracias a lo cual esta sociedad se hizo un hueco entre los mejores centros de investigación micológica del mundo y ahí están las hemerotecas y las publicaciones para corroborarlo.

P. ¿Qué pasó entonces?
R. Esa generación siguió su camino laboral, personal y familiar. El movimiento asociativo en Barakaldo —y en todas partes— se desinfló y el lógico relevo generacional no se produjo, y nos tocó pasar nuestra particular travesía del desierto. El aficionado en general no quiere comprometerse —o nosotros no hemos sabido captarle—, la gente se acerca a nosotros, aprende lo que le interesa y se va porque sabe que si le queda alguna duda siempre nos tendrá ahí para resolvérsela. De hacerse socio o echar una mano en cualquier actividad, ni pensarlo.

P. ¿Pero las cosas están mejorando?
R. Sí, tras esta crisis, llevamos unos años remontando y volvemos a tener ilusionantes proyectos en la medida de nuestros medios, adaptados a la sociedad actual y apoyándonos en las nuevas tecnologías, sin descuidar nuestras actividades veteranas como el asesoramiento a los aficionados, las exposiciones callejeras y las charlas.

P. ¿Se plantean dejar en algún momento el actual local de la Biblioteca Central de Barakaldo?
R. Realmente no, aunque estamos enteramente en manos del Ayuntamiento. La verdad es que es un lugar muy cómodo y céntrico para realizar nuestras actividades y atender las consultas de los aficionados.


P. ¿Reciben consultas de no asociados sobre las setas que han recogido?
R. Como dato curioso, podemos comentar que no son socias más del 90% de las personas que acuden a nosotros con setas los lunes micológicos para que les asesoremos. Nunca hemos hecho ni haremos distinciones en ese sentido. Somos una sociedad cultural y lo que nos gusta es difundir conocimientos.

P. ¿Qué recomiendan a la gente que quiere iniciarse en el mundo de la micología?
R. Prudencia, humildad y, si es posible, que se rodeen de gente solvente que les pueda instruir y, aun así, más prudencia. Nadie se va a morir por no comer unas setas, pero por comerlas puede que sí.

P. Ante el peligro de sobreexplotación por la moda de recoger setas, ¿cree que debería existir una normativa que la regulase?
R. Es un tema controvertido. Sobre esto cada uno tiene su opinión más o menos formada. Está claro que tiene que haber unas normas, pero el problema es que donde se han implantado —Burgos o Navarra, entre otros lugares— se ha hecho de una forma interesada y mercantilista, beneficiando el negocio del empadronado en esa zona.

P. ¿De qué manera?
R. Ha sido como decir “el de fuera no puede recolectar, porque yo que soy del pueblo quiero cogerlo todo para venderlo y los forasteros me molestan, así que les pongo una cuota y los espanto”. Aunque también es verdad que se han cometido auténticas tropelías arrasando el monte y un ejemplo es el Valle de Losa. Regulación, sí, pero conservacionista y no mercantilista.

P. ¿Cómo deben recogerse los ejemplares para no dañar el recurso?
R. Exclusivamente ejemplares adultos y desarrollados, solo aquellos que vayamos a consumir, sin estropear el entorno y siempre trasladándolos en cestas.

P. ¿Cuáles son las especies más abundantes en el entorno de la anteiglesia?
R. Aunque pueda resultar chocante para algunos, el municipio de Barakaldo abarca un montón de ecosistemas —robledales, encinares, bosques de ribera, prados, pinares o castaños— lo cual hace que la riqueza micológica sea muy amplia. Dentro de las comestibles y siguiendo un orden de popularidad estarían el níscalo (lactarius deleciosus), la galamperna (macrolepiota procera), el hongo (boletus edulis) o el champiñón (agaricus campetris), entre otras. Dentro de las venenosas destacamos la amanita phalloides y la entoloma lividum. Y dentro de las alucinógenas, la amanita muscaria y en menor cantidad, los psillocybes —los famosos monguis—.


P. En general se asocia la recogida de setas al otoño. ¿No hay ejemplares el resto del año?
R. Lo del otoño es una de las muchas leyendas urbanas que rodean este mundo. Realmente a las setas lo que les gusta es el agua y las temperaturas moderadas, y, claro, eso se da en otoño y primavera, aunque con esto del cambio climático te puede venir un verano lluvioso o un invierno caluroso. Total, un lío. Pero eso hace que tengamos setas —no en grandes cantidades— durante todo el año. Quizá la época menos propicia es el invierno, sobre todo a finales, en los meses de enero y febrero.

P. ¿Qué actividades realiza la Sociedad Micológica Barakaldo?
R. Tenemos un pequeño laboratorio en el que hacemos estudios de especies concretas y también un herbario micológico, la micoteca. Sin lugar a duda, el herbario es uno de nuestros trabajos fundamentales que a priori puede resultar fácil pero que tratándose de setas tiene bastante dificultad, tanto en el tratamiento de la información como en su almacenamiento. En este trabajo está implicado un grupo importante de socios, desde los que trabajan en el desarrollo y puesta a punto del programa informático, pasando por los sufridores que tienen que meter los datos y colocar el material, hasta los que, y sin faltar uno, todos los lunes traen el material, lo clasifican, rellenan las fichas y por último lo someten al proceso de secado y desinfección

P. ¿Qué son los lunes micológicos?
R. Realmente la mayoría de los aficionados hacen sus salidas el fin de semana, así que decidimos reunirnos los lunes para comentar las recolecciones, intercambiar experiencias y atender a la gente que acude a nosotros y resolverles las dudas, de tal manera que se crean unas tertulias muy didácticas e interesantes.

P. ¿Realizan algún tipo de actividad con escolares?
R. Hace algunos años las hacíamos, pero últimamente no nos las demandan. Por nuestra estructura, nos es imposible ofertar directamente a colegios y otras instituciones, por eso intentamos canalizar estas actividades a través del Ayuntamiento, y que sea éste el que actúe como enlace entre los colegios y la asociación, pero en los últimos tiempos nadie se ha puesto en contacto con nosotros.

P. ¿Qué aspecto de las setas prima para ustedes, el científico o el gastronómico?
R. Como asociación, rotundamente, el científico; aunque sabemos que la mayoría de los socios y  aficionados dan prioridad al otro aspecto.

P. ¿Cuántos miembros tiene el grupo?
R. Estamos en cerca de 100 socios.

P. ¿Cómo es su perfil?
R. Digamos que la media de edad rondará los 50 años, mayoría masculina y profesiones diversas. No existe un patrón.

P. ¿Reciben apoyo institucional?
R.  Únicamente por parte del Ayuntamiento, en función de un baremo y de las actividades realizadas.  También nos ceden el local social.

P. ¿Los socios pagan alguna cuota?
R. Si, una cuota simbólica —un euro mensual— y aun así la gente no suele apuntarse, y eso que algunos van por el local a consultarnos mucho más que algunos socios.

P. ¿Qué es necesario para ingresar?
R. Nada.

P. ¿Cómo funciona la revista 'Belarra'?
R. Tuvimos que abandonar —aplazar, nos gusta decir— por falta de presupuesto hace ya casi una década. Belarra fue un proyecto pionero y rompedor en su época —hace 25 años—, que se pretendió y se consiguió que fuera un medio para publicar y divulgar los trabajos científicos que se llevaban a cabo en la sociedad. Poco a poco fue adquiriendo prestigio de tal manera que nos llegaban artículos de asociaciones y  universidades extranjeras como Italia, Francia, Estados Unidos y Portugal.

P. ¿Cuántos números se publicaron?
R. 20, con unas tiradas de entre 500 y 1.000 ejemplares, que se enviaban a los socios y se intercambiaban con otras publicaciones. Todavía suelen aparecer reseñas de artículos publicados en 'Belarra' en revistas científicas. Hoy en día existen sociedades con poderío económico que tienen su propia revista, pero hace 25 años tuvo mucho mérito. Es un tema que todavía escuece dentro de nuestra sociedad.

P. ¿Pero mantienen el boletín 'Askokarpo'?
R. Sí, aunque no tiene casi nada que ver. 'Askokarpo' es un boletín a base de fotocopias en clave de humor que se reparte entre los socios y que sirve como tablón de anuncios.

P. ¿Cómo han afectado los recortes a la celebración de la 39 Semana Micológica?
R. Principalmente se ha visto afectado el tema de la difusión —no ha habido carteles— y hemos tenido que prescindir de expositores cubiertos, que nos hubiesen venido muy bien dado los chaparrones que aguantamos en la Herriko Plaza el domingo de la exposición

P. ¿Qué motivos alegó la BBK para la retirada de su subvención?
R. Nos lo comunicaron tres o cuatro semanas antes, en el momento en que les llamamos para concretar el lugar y la hora y se justificaron diciendo que no había presupuesto para este tipo de actividades.

P. ¿Qué proyectos de futuro tiene la asociación?
R. Mantenernos, que no es poco. Es broma. Seguiremos aumentando y manteniendo nuestro herbario, actualizando nuestra web, creando un perfil en Facebook, además de las labores habituales como asesoramiento, trabajos de laboratorio, charlas y colaboraciones en publicaciones especializadas. Tenemos además entre manos un proyecto muy interesante que consiste en realizar, bajo el título genérico de ‘Las setas y la biodiversidad’, una colección de carteles y paneles divulgativos, de los cuales ya tenemos algunos que se expusieron en la Semana Micológica, pero que queremos aumentar para lo que intentamos buscar financiación. Esta exposición irá acompañada de reportajes audiovisuales con dibujos, esquemas y fotografías.

P. ¿Qué objetivos busca esta exposición?
R. La idea es seguir divulgando la micología en sitios no habituales y aun fuera de temporada. De hecho ya tenemos pedida y concedida la sala de exposiciones de la casa de cultura de San Vicente para el otoño de 2014, así que no tenemos más remedio que llevarla a buen puerto. Nos gustaría hacer un llamamiento a todos los aficionados con inquietudes, ideas y ganas de trabajar, para que se sumen a este proyecto. Les esperamos para seguir aprendiendo juntos.