por Koldo Llorente
Las 'grow shops' son tiendas dedicadas a la comercializar productos relacionados con el cultivo de cualquier planta, aunque principalmente están orientadas al cannabis (marihuana). Además de vender, su trabajo también es dar consejo y asesorar a sus clientes. En su interior, se pueden encontrar semillas, accesorios de iluminación, fertilizantes, ventiladores, armarios equipados para el cultivo en interior y más productos necesarios para el cultivo en exterior. Además, en estos establecimientos también hay artículos que sirven para fumar, entre otros, cachimbas, bongs y pipas. En Barakaldo hay media docena de 'grow shops'. Todos defienden los beneficios del cannabis, ninguno entra en los
problemas ya demostrados que genera el
abuso de la droga.
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El uso terapéutico de la marihuana es relativamente común, aunque suele ser motivo de controversia.
Barakaldodigital ha hablado con trabajadores de distintos 'grow shops' que en parte se sienten “indignados” por la imagen que tiene cierta gente sobre ellos. Sheila trabaja en el Rastafari Grow y se lamenta de que “sobre todo la gente mayor se piensa que aquí sólo entran porretas o drogadictos”. Sin embargo, añade que al establecimiento llegan muchos clientes con problemas de huesos, dolores, incluso cáncer, que acuden a comprar productos porque se lo han recomendado en el hospital de Cruces.
A los 'grow shops' acuden también “señoras que hacen tartas o magdalenas con marihuana porque les asienta el estómago”. Esto es habitual en personas que están recibiendo quimioterapia, ya que este tratamiento “produce vómitos y deja muy mal cuerpo”, explica Sheila.
Muchos clientes entran en la tienda “a la desesperada", en busca de una solución. "Los médicos les recetan pastillas u otro tipo de medicamentos que no les alivia como lo hace el cannabis y que pueden ser más adictivos”. También es habitual atender a quienes “han tenido un accidentes y lo necesitan para los dolores musculares”.
En el mismo sentido se expresa Javier, que trabaja en el 'grow shop' Mr. Mongui: “Me molesta mucho que demos mala imagen a ciertas personas y que en ocasiones nos tomen por simples porretas o delincuentes”. Javier insiste en la labor orientadora que se desarrolla en este tipo de tiendas: “Aquí viene mucha gente mayor con cáncer, dolores, vómitos y que no pueden ni dormir y gracias a nosotros les va mejor. Eso no lo hace ningún estanco ni nadie que venda alcohol”.
Asimismo, destaca que la marihuana no sólo se fuma y que “hay gente que la bebe como infusión y le calma los dolores”. Defiende que “los médicos solo recetan productos químicos", generalmente pastillas. "Tomarse una pastilla al día para dormir no es bueno y no está mal visto. Nosotros tenemos un remedio mejor”.
En todo caso, la marihuana también puede tomarse concentrada en pastillas. Se llama Sativex y cuesta alrededor de 60 euros. “¿Por qué se puede recetar la marihuana en pastillas y es ilegal fumarla cuando hay gente que de verdad la necesita?”, se pregunta Javier, quien afirma que no hay ninguna droga en el mundo legal o ilegal que sea defendida en todo el planeta como es la marihuana. Explica que tiene contactos con asociaciones del cannabis en América del Sur y que “la marihuana no produce la adicción que produce el tabaco o el alcohol”.
Alberto trabaja en el Green Power Grow. Él, al igual que el resto de trabajadores de estas tiendas de Barakaldo, insiste en que los enfermos que padecen cáncer u otras enfermedades que provocan dolores muy fuertes acuden a pedir consejo y “les va bien”. “Si yo tuviese cáncer y estuviese sufriendo dolores muy fuertes preferiría comerme un par de galletas de marihuana antes que cualquier tipo de pastilla o producto químico”, confiesa.
En su opinión “ver a gente joven fumando marihuana en la calle ha provocado que esté mal vista”. Repite la idea de que desde los 'grows' además de distribuir productos "se aconseja a los clientes y a la mayoría les va bien”. Afirma que esto es más importante que el negocio: “A veces es mejor no vender y ganar menos y garantizar que esa persona deje de tener dolores o se sienta mejor”. Y pone como ejemplo un hombre de unos 60 años que acudió porque sufría ataques de ansiedad: “Decía que con la marihuana se relajaba, que le sentaba muy bien, y yo le recomendé lo que tenía que hacer”.
Por otro lado, desde los 'grows' hay cierta preocupación por algunas consecuencias derivadas de los prejuicios existentes hacia la marihuana. Así, Sheila no comprende “por qué está permitido vender semillas y esquejes no, cuando a fin de cuentas es lo mismo, un esqueje no te lo fumas ni una semilla tampoco”. Considera que el resultado es que no hay ningún control, si uno no sabe lo que compra o no fuma su propio cultivo se puede meter al cuerpo hasta pesticidas.”
Alberto se queja: “el alcohol, aparte de matarte, destruye familias y se consume a diario, en las casas o en los bares legalmente. Lo mismo pasa con el juego, el tabaco, que prohíben fumarlo en los bares pero lo venden. El tabaco es verdaderamente dañino, la marihuana uno la cultiva con productos orgánicos que encima no son caros. Algunos jóvenes dicen que no fuman tabaco, pero luego al fumar marihuana lo mezclan. Para eso tenemos vaporizadores y distintos productos para nada nocivos y naturales que sirven para fumar”.
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Mr Mongui (c/Autonomía), Gurutze Grow (Cruces, La Paz), Rastafari Grow Shop (c/Arana), Green Power (San Vicente) y Somangrow (c/Ibarra) y Panorámix.