Fallece a los 92 años Martín Hormaeche, que estuvo 3 décadas al frente de la parroquia de La Paz en Cruces

Barakaldo, 19 sep 2025. El sacerdote católico Martín Hormaeche, que estuvo destinado tres décadas al frente de la parroquia de La Paz en Cruces, ha fallecido a los 92 años. Hormaeche llegó a Cruces en 1977 y dejó un fuerte impacto en la comunidad, con una práctica a pie de calle y una perspectiva social más que tradicionalmente religiosa. Se jubiló en 2006 pero mantuvo su conexión con La Paz mientras se lo permitió su salud, según recuerda el obispado. En 1973, fue multado repetidamente por la dictadura.


Nacido el 1 de octubre de 1932 en Matanzas, en Cuba, fue ordenado presbítero en 1959. Su primer destino fue la parroquia de Santa María de Sestao, a la que, tras ser jefe de la Escuela de Maestría de Atxuri en Bilbao y pasar por Roma, Aranguren o Salamanca, regresó en 1968, hasta su traslado a Cruces nueve años después. 

La prensa franquista publicó en octubre de 1973 que a Hormaeche, tras no abonar una multa de 25.000 pesetas, se le impuso "un mes de arresto sustitutorio en el convento de los padres Trinitarios de Algorta". La sanción se produjo "por verter ciertos conceptos en el transcurso de una ceremonia religiosa". El sacerdote ya había sido multado un año antes "por la autoridad gubernativa" por "ciertas manifestaciones en el desarrollo de la homilía".

El funeral por Martín Hormaeche se celebra el 22 de septiembre a las 19.00 horas en la iglesia de San Vicente Mártir de Abando, en Bilbao, en cuyo hogar sacerdotal vivió los últimos años hasta que el pasado verano, por su estado de salud, fue trasladado a residencia de la Misericordia.

Comunicado del obispado de Bilbao

Ha fallecido el presbítero Martín Hormaeche, “siempre dispuesto a ayudar a la comunidad”

Ayer falleció en Bilbao, a los 92 años de edad, el presbítero diocesano Martín Ángel Hormaeche Basauri. Su funeral tendrá lugar el próximo lunes 22 de septiembre, a las 19.00, en la parroquia de San Vicente Mártir de Abando, de Bilbao.

Martín Hormaeche nació el 1 de octubre de 1932 en Cardenas-Matanzas (Cuba) y fue ordenado presbítero el 28 de junio de 1959, en la iglesia de San Francisco de Asís de Bilbao.

Su primera encomienda fue la de coadjutor de la parroquia de Santa María de la Anunciación de Sestao. En 1961 y 1962 fue jefe de la Escuela de Maestría de Atxuri, en Bilbao y viceconsiliario diocesano de JOC. Desde 1963 hasta 1965 realizó estudios en Roma y, a su regreso, le nombraron ecónomo en Aranguren (Arakaldo-Santa Marina).

Martín volvió a salir de la diócesis para seguir con sus estudios, en este caso en Salamanca (1966 y 1967) y entre 1967 y 1968  fue Prefecto del Seminario de Bilbao.

Después volvió a Sestao, por un periodo de 9 años, como ecónomo de la parroquia de Santa María de la Anunciación (1968-1977).

Su siguiente y definitivo destino estuvo en La Paz-Cruces. Desde 1977, hasta su jubilación en 2006, primero como miembro del equipo presbiteral de la parroquia de Nuestra Señora de la Paz y durante más de 25 años como párroco de la misma. Tras su jubilación siguió colaborando con ellos mientras pudo. Después celebraba en las hermanitas de la Caridad de Santutxu y al final en San Vicente Mártir de Abando, ya que los últimos años vivió en el Hogar sacerdotal de San Vicente, hasta este verano, cuando tras agravarse su estado de salud, fue trasladado a la residencia de la Misericordia.

Memoria privilegiada. Jose Mª Villa, su sobrino, mantuvo mucho contacto con él, al que define como una persona muy buena y un sacerdote excepcional “como consejero y como pastor” que, además, “siempre tenía la palabra justa y una memoria privilegiada. Te hacía pasar buenos ratos cuando estabas con él, con anécdotas muy bien ilustradas y fechadas”. Jose Mª recuerda que cuando le decían a su tío “¡menuda memoria que tienes!” él siempre contestaba “es el don que me ha dado Dios”.

Hombre de familia, y también de parroquia “esa era su otra familia”. Entabló muchas y buenas relaciones y amistades en la vida parroquial. Sestao y La Paz, destinos en los que más tiempo pasó, tenían un lugar especial en el corazón de este hombre, siempre dispuesto a ayudar a la comunidad.

Entre sus grandes aficiones estaba la lectura. Lector diario de periódicos, en los últimos tiempos estaba leyendo algunas novelas de Ken Follett, además de textos de Teología, ya que mantuvo la inquietud por su formación hasta el último momento.

Otra de sus aficiones era el deporte. Muy del Athletic y gran aficionado a las traineras y a la pelota “se conocía a todos los pelotaris”.

Con él, entender el mensaje del evangelio, ha sido mas sencillo. Fintxu Cabrejas es otra persona muy cercana a Martín «Martín para mi es, un padre en la fe, un AMIGO. Nos conocemos desde mis 12 años… y ya son 59 los que pintan. Y durante toda esta vida, en el acompañamiento de los diferentes grupos y comunidades, como en lo personal y familiar, siempre ha estado muy cercano. Por supuesto, la referencia y mensaje de Jesús hombre, presente en todo momento. Con él, entender el mensaje del evangelio, ha sido mas sencillo. También la participación dentro de la Iglesia, se hace mas real y cercana».

Fintxu vive en Zorroza desde que se casó, pero siempre ha estado muy vinculado a la comunidad de la Paz donde Martín pasó la mayor parte de su vida como presbítero.

«Es fácil hablar bien de una buena persona, un buen hombre. Pero el que dedica su vida entera a los demás, a su comunidad, no necesita presentación. Han sido muchos años, grupos, comunidad en los que siempre hemos compartido buenos y malos momentos. Muchos recuerdos, muchas anécdotas, y el mensaje de Jesús presente en todos ellos. Que nos acompañe siempre en nuestros corazones». 

Compartía corazón

Un de sus compañeros presbíteros nos dice que Martín fue un hombre “que compartía corazón”. Encantador y muy discreto “de los que no hacen batalla, pero que suman”.

Goian bego!.

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