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Cómo PSE y PNV derribaron el quiosco de Herriko Plaza pese a su interés arquitectónico

Quiosco de música de Herriko Plaza
Conocido popularmente como La Rana fue inaugurado el 16 de julio de 1964 y demolido, clandestinamente, el 13 de agosto de 1997, hoy hace 20 años  Había sido diseñado por César Sans Gironella con "forma de un paraboloide hiperbólico apoyado en sus dos extremos, contrapesando sus dos voladizos y abocinando el mayor hacia el auditorio para encauzar el sonido" 
Al amanecer y sin avisar públicamente de que se iba a hacer, el Ayuntamiento de Barakaldo, gobernado en coalición por PSE y PNV —la actual alcaldesa, Amaia del Campo, formó parte de él—, derribó a las 7.10 horas del 13 de agosto de 1997 el quiosco de música de Herriko Plaza, conocido popularmente como La Rana, pese a su reconocido valor arquitectónico. Se ponía de este modo fin a año y medio de contradicciones y polémicas en una operación urbanística controvertida y salpicada de sospechas, con el multimillonario Plan Urban —1.600 millones de pesetas aportados por Europa— de por medio.

El origen de la caída y desaparición de La Rana se encuentra un par de años antes de la demolición. El Ayuntamiento, con Carlos Pera Tambo (PSE) como alcalde, comunica un día y otro también actuaciones que van a transformar la ciudad. Se vive un frenesí constructor, del que también forma parte la creación del centro comercial Max Center, caso que acaba en tribunales por irregularidades del promotor —Cecomax y Eroski— y porque se destapa la supuesta petición de una comisión ilegal de 100 millones de pesetas por sendos destacados miembros del PSE y del PNV, Floreal Crespo y Juan María Mendizábal respectivamente, que, por cuestiones formales, logran salir indemnes aunque los hechos se demuestran. Socialistas y nacionalistas gobiernan en coalición desde el mandato 1991-1995, salvo el paréntesis habitual de ruptura de un año  —1994-1995—por la campaña electoral.

Construcción de La Rana
En esta agitación constructora, Barakaldo se ha integrado en un proyecto europeo denominado 'Barrios en crisis'. En abril de ese año, Pera anuncia un proyecto de 3.160 millones de pesetas (19 millones de euros) —entonces una cifra astronómica— para el barrio de El Carmen. Se habla de derribos de viviendas, un vial nuevo entre el Ayuntamiento y la plaza del Desierto, la extensión del municipio hacia el borde de la ría y del río Galindo, la recuperación de más de 50 hectáreas de terrenos degradados, la edificación de equipamientos, así como la puesta en marcha de programas sociales y de formación.

Se prepara la implantación de la regulación horaria del aparcamiento —OTA— y  en la zona centro, se plantea la peatonalización de Herriko Plaza, que va a transformarse porque se ha decidido construir un aparcamiento subterráneo que supuestamente iba a contar con 500 parcelas e iba a costar 700 millones de pesetas (4,21 millones de euros). El 24 de octubre de 2015, la comisión de Obra Pública, presidida por la concejala del PNV Encarni Villar, con votos nacionalistas y socialistas, adjudica la obra a la empresa Ormak Egin Construcciones SA. Tendrá el estacionamiento capacidad para 523 vehículos, dice entonces Villar.

A finales de 1995, no hay oficialmente nada más de unos "bocetos" de qué puede ocurrir con la superficie de Herriko Plaza, cuyo aparcamiento tiene que estar terminado a finales de 1996. El 22 de noviembre de 1995, la concejala de Obra Pública señala que la empresa ha propuesto conservar el quiosco de La Rana. En ese momento, el PNV señala que es una estructura catalogada como de interés arquitectónico. Encarni Villar desvela entonces que la urbanización, que se estima que costará 103 millones de pesetas (620.000 euros), se quiere financiar al 50% con el dinero que la Unión Europea ha aportado para el barrio de El Carmen.

La plaza con La Rana
En sólo dos semanas, todo salta por los aires. El 15 de diciembre se conocer que un informe técnico del jefe de Urbanismo señala que hay irregularidades en la adjudicación y también el proyecto, lo que hace inviable construir el aparcamiento. Entre las advertencias, se alerta de que el quiosco se encuentra catalogado por el Gobierno Vasco como patrimonio histórico-arquitectónico y única obra en el País Vasco del arquitecto Félix Candela, exiliado en México, con diseño de César Sans Gironella. La concesión del estacionamiento se congela por seis meses, que se convertirán en un año mientras —a grandes males, grandes remedios— el equipo de Gobierno (PSE-PNV), que admite que el proyecto del aparcamiento no cumplía la norma, cambia la norma.

La misma Encarni Villar que el 22 de noviembre de 1995 habla del interés arquitectónico de La Rana, el 8 de enero de 1996 cambia de opinión y sostiene que el quiosco no es una construcción a conservar. Alega que un informe de Diputación considera que carece de régimen de protección y no está formalmente incluido en ningún catálogo de bienes de interés cultural, aunque forma parte de un inventario provisional. "Puede ser derribado", señala, aunque recuerda que la constructora ha propuesta conservarlo. La afirmación contrasta con el propio Inventario de Quioscos de Música de Bizkaia editado por Diputación, que afirma que dice sobre La Rana que es una construcción "ingeniosa y única", "representativa" de todos los quioscos que existen en la localidad fabril con su planta semioval, con "una amplia y elegante visera realizada en hormigón y hierro que se apoya en dos muros laterales, como el del Arenal, de Bilbao".

Mientras, se deja deteriorar el quiosco de La Rana. Las placas de cristal que funcionan como pared posterior se están desprendiendo. El 29 de agosto de 1996 el alcalde, Carlos Pera (PSE), afirma que no se ha decidido qué se hará con esta estructura, pero sólo un mes después, el 2 de octubre, Villar (PNV) anuncia que el quiosco será derribado. PSE y PNV argumentan su "deseo de recuperar el antiguo aspecto de la superficie de la Herriko Plaza habilitando un quiosco en el centro del espacio", aunque sin árboles y, en su lugar, un espacio "duro". Se sostiene que como hay aparcamiento subterráneo, no se puede plantar.

La decisión no tiene vuelta atrás pese a los documentos y pese a las peticiones. La Comisión de Defensa del Patrimonio Arquitectónico de Bizkaia, a través de su portavoz, Iñaki Uriarte, defiende la "indudable calidad y valor arquitectónico" del quiosco, que fue inaugurado el 16 de julio de 1964 y se encuentra incluido dentro del Inventario Provisional de Bienes de Interés Cultural del Gobierno Vasco. El autor del diseño, César Sans Gironella, sale en defensa del quiosco y pide su restauración. El Colegio Oficial de Arquitectos Vasco-Navarro pide también la protección de La Rana por ser un "valioso ejemplo, único en Bizkaia, de la construcción de superficies regladas de hormigón armado, que fueron en su momento una de las puntas de lanza de la creación arquitectónica universal".

El alcalde Pera, que sólo admite como valor la innovadora técnica constructiva, liquida la cuestión: "va contra la planificación racional de la ciudad, distorsiona el criterio urbanístico de un pueblo simétrico y de grandes avenidas que permitan la cercanía de las gentes y no constituye un elemento constructivo específico de Barakaldo, no aporta nada al municipio y tiene poco de histórico". El Gobierno Vasco (PNV-PSE), en apoyo al Ayuntamiento (PSE-PNV), da vía libre al derribo al señalar que la inclusión en el inventario provisional de patrimonio no protege a La Rana.

La cuenta atrás, en medio de la polémica, ha comenzado. El 27 de octubre de 1996 se retiran las vidrieras. El argumento es el peligro debido a su deterioro. El 23 de enero de 1997, PSE y PNV aprueban en solitario y formalmente el derribo. "Es una decisión política", señaló Encarni Villar. Enfrente estuvieron Izquierda Unida y Herri Batasuna, mientras el PP optó por la abstención. El 27 de mayo, socialistas y nacionalistas descartan también su supuesto deseo de recrear el quiosco de 1929.

En pleno agosto, el 13 de agosto de 1997, a las 7.10 horas, la constructora derriba el quiosco de Herriko Plaza. El equipo de Gobierno local había mantenido la fecha en secreto.

En torno a La Rana y el aparcamiento de Herriko Plaza quedaban todavía una multitud de noticias y problemas. La constructora Ormak Egin suspendió pagos, asociaciones vecinales denunciaron desvío de fondos europeos para la plaza, se paralizaron las obras cuatro meses hasta adjudicarlas de nuevo a Viuda de Sáinz, en lugar de 500 se edificaron 601 parcelas, el PP llegó a pedir una comisión de investigación, en 2013 la justicia declaró nulo que se quitara a Ormak Egin la concesión y en 2015 el Ayuntamiento le tuvo que devolver a esa empresa la gestión del aparcamiento e indemnizarla con más de 400.000 euros.

Fruto de 20 años de actuaciones es la actual Herriko Plaza, diseño del arquitecto Joaquín Montero Basqueseaux, con su torre del reloj de 21,9 metros, realizada en ladrillo de ladrillo y chapa de cobre preoxidado; pavimento de enlosado de piedra con medio centenar de puntos de luz por fibra óptica, proyectores de iluminación del Ayuntamiento y un 'quiosco' o escenario que, nada más inaugurarse, se tuvo que ampliar con una estructura móvil porque era insuficiente para acoger espectáculos. El coste rondó los 200 millones de pesetas (1,2 millones de euros)), a los que se sumaron otros 50 (300.000 euros) al año de la inauguración, debido a las deficiencias.

Después de 33 meses de obra en lugar de los 14 anunciados, y con parte de los remates pendientes de realizar, el 22 de octubre de 1999 se inauguró Herriko Plaza y el día 25 de hizo el acto protocolario —con medio millón de pesetas en flores y otras 500.000 en gasto protocolario—. Como era habitual en ese momento de euforia constructora, el equipo de Gobierno gastó además alrededor de 10 millones de pesetas en la fiesta inaugural, que incluyó fuegos artificiales, alarde de danzas, verbenas, juegos infantiles y el concierto del entonces exitosos grupo de música pop Ella Baila Sola, que la hija del alcalde Carlos Pera pudo ver desde un espacio especial reservado junto al escenario.