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En una parcela de 24.344 metros cuadrados, el estadio cuenta con 9.260 metros construidos y el terreno de juego es de 105 metros de largo por 68 de ancho de yerba natural e iluminación de cuatro torres de acero armado de 30 metros de altura y 30 reflectores cada una. El terreno fue calibrado con láser para crear pendientes que permitan absorber todo el agua de lluvia.
Para los espectadores hay 7.960 localidades con una inclinación para tener la máxima visibilidad y con asientos cada uno de un color, elegido mediante un algoritmo para "producir situaciones cercanas a la naturaleza", según Arroyo. Se accede al campo por 16 puertas, cada una a un máximo de 30 metros de cualquier localidad, para que las evacuaciones urgentes se hagan en un máximo de cinco minutos y medios. El acceso a la tribuna norte se realiza por la zona en donde hay una plantación de chopos —se anunciaron 1.001 ejemplares—.
Con cimientos a 40 metros de profundidad, el esqueleto del estadio es de acero armado —más de un millón de kilos de acero— y la cubierta de 12.120 metros cuadrados está realizada con planchas traslúcidas de gran tamaño de policarbonato opalino que se importó de Italia. Las paredes exteriores consisten en una estructura metálica en forma de rejas, que dejan pasar la luz, pero también el frío. En las esquinas del estadio están los vestuarios, un cuarto de instalaciones y un bar social.
El actual campo de Lasesarre, cuyo costes finales fueron casi el doble de las estimaciones iniciales, sustituyó al campo que se derribó el 21 de febrero de 2001, que se había inaugurado en septiembre de 1922 y estaba situado al otro lado de las vías, en la zona en la que hoy está el polideportivo. Cuando se anunció su edificación, se afirmó que, además de fútbol, acogería otros actos socioculturales, como conciertos.