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Carlos Télez Sedano debuta en la literatura con su novela rockera 'El hijo de la huida'

Carlos Télez y la portada de su primera novela
La novela 'El hijo de la huida' se puede adquirir por 15 euros en las librerías Milo's y Minerva, en la tienda de discos Long Play y en los bares El Tubo y Basterra
Las patillas, los aros en las orejas y los brazos tatuados lo delatan: Carlos Télez Sedano (Barakaldo, 1975) es un rockero y el rock es la banda sonora de su vida y de su obra. Llega con 'El hijo de la huida' en sus manos. Con ilustración de portada de Pi Ortiz de Urbina, es su primera novela, nacida de una excursión musical —"al llegar a casa me dije que era un fin de semana como para escribir un libro"— y fruto de un trabajo largo y tortuoso que, sin embargo, no le hace desistir de intentarlo de nuevo, posiblemente con un asesinato de por medio. Este troquelista "mitómano", devoto de Jim Morrison y de Ramones —por supuesto, ha visitado sus tumbas en París y Los Angeles—, se declara un gran lector y no se conforma con cualquier autor ni obra: Conrad, DostoyevskiBukowskiJim Thompson, OrwellKiko AmatLucía Etxebarria forman parte de sus referencias literarias, en las figura como favorito 'El retrato de Dorian Grey' de Oscar Wilde.

Con la palabra "fin" en la página 169 termina 'El hijo de la huida', el libro autoeditado por Télez. "El autor vuelca parte de sus filias literarias, cinematográficas y musicales para mostrarnos, con un estilo ágil y desenfadado, una historia donde la amistad, el amor y el desengaño confluyen con el recuerdo de la pérdida inevitable del tiempo perdido", señala el escritor en la solapa del volumen.

"No es autobiográfica", aclara, aunque la novela sí parte de un acontecimiento real: una excursión de 2004 "un poco loca" para asistir a un concierto de Pixies, con unos amigos de Barakaldo. "Al llegar a casa me dije que era un fin de semana como para escribir un libro". Ese episodio es uno de los momentos principales de la trama de 'El hijo de la huida', en la que el protagonista y narrador, ante un hecho trágico, realiza un repaso retrospectivo de lo que ha sido su vida, tanto de los momentos felices como de los que no lo han sido tanto, en un trabajo literario que, si fuera una película, sería una combinación de una 'road movie' (película de carretera), cine punk y neorrealismo italiano. Por supuesto, las canciones "son parte activa del libro porque muestran el estado anímico del personaje o describen una escena".

Aunque el espectáculo de Pixies que inspiró la historia fue en 2004, Carlos Télez no comenzó con la novela hasta 2011. La escritura nació al mismo tiempo que lo hacía su hija, hace seis años. Con su trabajo de troquelista que le lleva a una ciudad a otra —su estancia en Vigo le ha proporcionado escenarios para la acción— y de un país a otro cada cierto tiempo —su próximo destino es China—, la redacción ha sido intermitente y una mezcla de amor y odio hacia la obra.

Las satisfacciones que ahora le proporciona ver el libro, compensan los "dolores de cabeza y sentimiento de culpa" porque no avanzaba en la narración, ya que sólo podía ponerse a escribir por la noche o fines de semana, en ocasión con ansiedad por el cansancio tras la jornada laboral. "Ha sido un poco sufrido construir el libro. Una vez que lo acabé, ha sido una liberación", admite.

"Soy totalmente rockero pero no me he podido dedicar a ello", afirma Télez, que salpica la novela de citas —"he querido un poco mostrar mi dni literario"—, entre ellas la que incluye nada más empezar el texto: "Dejad la escuela antes de que una educación mediocre os pudra el cerebro. Olvidad la licenciatura y educaos vosotros mismos en la biblioteca más cercana", de Frank Zappa.

Una vez terminada la obra, tampoco ha sido fácil que viera la luz. Llamó a la puerta de cinco editoriales independientes —dio por sentado que las grandes era imposible— y ninguna contestó. Al final, Télez optó por la autoedición. Los ejemplares, a 15 euros, han volado. La novela se puede conseguir en Barakaldo en las librerías Milo's y Minerva, en la tienda de discos Long Play y en los bares El Tubo y Basterra.

Aunque es del Beurko punk, Télez es más rockabilly y su banda sonora volverá a escucharse entrelíneas en su segunda novela, que ya tiene en mente. Mantendrá su propio estilo, "el de las historias cotidianas, en las que cualquier lector se pueda sentir representado, con gente corriente aderezadas con mucho rock and roll.