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Opinión | Orgullo gay y generosidad feminista

Concejales de Barakaldo, con la bandera arcoíris el Día del Orgullo Gay

por María José Cantalapiedra


"Los gais participan activamente del modelo patriarcal en el que las mujeres salimos malparadas"

"El Ayuntamiento cuelga la bandera del orgullo lésbico, gay, bisexual, transexual e intersexual”, titulaba Barakaldo Digital el día 24 de junio. La bandera es arcoíris, un símbolo muy expresivo, ya que abarca todos los colores y no sólo los que podríamos llamar heteronormativos, el azul y el rosa, que imponen la heterosexualidad como único modelo válido para la sociedad. Esto es, que un hombre es un hombre y una mujer una mujer (lo mismo que “un vaso es un vaso y un plato es un plato”, como nos ilustró el presidente en funciones).

El arcoíris incluye lesbianas, gays, bisexuales, transexuales e intersexuales, resumido en las siglas LGBTI. E incluye asimismo el concepto de orgullo, para enfrentar el desprecio social que ha acompañado tradicionalmente a este colectivo. La orientación sexual tiene tanta importancia porque sirve de argumento para establecer relaciones desiguales donde el hombre heterosexual disfruta de privilegios sociales, económicos, culturales y políticos. Es por ello por lo que la lucha feminista, la lucha por la igualdad de género —entendido género como una construcción social y no una condición biológica— ha incluido a este colectivo. Desde un punto de vista conceptual es coherente. Sin embargo, a riesgo de ofender sensibilidades o ser malinterpretada, no me resisto a poner de manifiesto que los gais —entendida la palabra como hombre homosexual— muestran el orgullo más que el resto del colectivo que agrupan las siglas LGBTI, por un lado. Por otro lado, los gais participan activamente del modelo patriarcal en el que las mujeres salimos malparadas. Por poner un ejemplo paradigmático, los maravillosos diseñadores de moda gais, que nos dicen cómo vestirnos, proponen modelos de mujer muy alejados de los objetivos de la lucha por la igualdad de género. Y parecen tener muy claro que su pelea no es la nuestra. Ahí lo dejo.