Elecciones | Podemos desbanca a PSE y PNV y se coloca primero en Barakaldo

• Podemos y PNV llevan ventaja al PSE en intención de voto, aunque técnicamente hay un triple empate •

Si las elecciones fueran mañana y Podemos estuviera presente en la convocatoria, se convirtiría en la fuerza política con más votos en Barakaldo, por encima de nacionalistas y socialistas. Así lo refleja una encuesta realizada por Barakaldo Digital que indica que la formación liderada por Pablo Iglesias es la primera en intención de voto, sin aplicar ningún corrector ni realizar estimaciones. A la espera de los resultados reales, el 24 de mayo, el estudio sugiere un terremoto político en un municipio en el que gobierna desde hace 32 años el Partido Socialista, con apoyos puntuales de otras fuerzas políticas, especialmente del PNV.

Los expertos, como nunca en las últimas décadas, observan con perplejidad la situación electoral del país y los resultados que auguran las encuestas. Barakaldo no es un caso aparte. Sin que públicamente se hayan conocido otros datos —aunque son numerosos los rumores de que existen varios—, la encuesta realizada por Barakaldo Digital es la primera que sale a la luz y que lo hace con unos resultados que son sorprendentes pero que coinciden con la tendencia marcada por investigaciones a nivel de la Comunidad Autónoma Vasca y de España.

Con algo más de medio millar de barakaldeses entrevistados —más que suficiente para tener datos fiables—, la intención de voto expresada por los ciudadanos de la anteiglesia sitúa a Podemos en primera posición y deforma así por completo el escenario electoral al que el municipio se había acostumbrado desde los años ochenta.

Volver a los ochenta. No es sólo que la formación de Pablo Iglesias esté arriba en intención de voto, sino que el Partido Socialista puede caer a tercera posición, por detrás del PNV, por primera vez desde las municipales de 1979. Entonces, en las primeras elecciones locales, ganaron los nacionalistas, con Josu Sagastagoitia, al alcanzar el 26,27% de los votos válidos; seguidos por Herri Batasuna, con el 23,99% mientras los socialistas quedaban terceros con el 21,33.

No es el único elemento que cambia sobre el tablero. Espontáneamente, los barakaldeses introducen en sus opciones de voto a Ciudadanos, que no ha presentado candidatura. La irrupción del partido de Albert Rivera también dinamita el terreno. El PP se desploma y Ciudadanos gana la misma fuerza que los populares.

La reacción del elector, como queda en evidencia, no es local sino que responde a dinámicas que van más allá del municipio e incluso de la comunidad autónoma. Los dirigentes políticos y candidatos en Barakaldo son unos desconocidos para una abrumadora mayoría de Barakaldeses de todas las edad. Los líderes reconocidos —y que condicionan el voto— son los que aparecen en los medios de comunicación de masas.

La encuesta revela además la paradoja —previsible— de que los grandes damnificados por la fuerte aparición de nuevos partidos no son los que han concentrado el poder. El PSE sí baja pero no se desploma. El daño mayor generado por Podemos es para las fuerzas de la izquierda. Un tercio de los votos de Izquierda Unida y un cuarto de los de Bildu se fugan a Podemos, mientras los que declaran que no repiten con PSE y PNV aparecen más en la abstención o como indecisos que como apoyo al partido morado.

La transferencia de electores desde el PP a Ciudadanos es también tan clara como esperable. Los de Rivera se quedan con un 15% de los sufragios populares, a los que queda el consuelo y la esperanza de que el voto al PP se suele ocultar y, por lo tanto, han llegado hasta ahora en Euskadi a las urnas más papeletas celestes que lo que se declara en las encuestas.

Pero el estudio también desvela que el voto duro o fiel es cada vez menor. El análisis por franja de edad indica que Podemos se impone en todas menos en la de jubilados. Los mayores de 65 prefieren refugiarse, por este orden, en el PSE y el PNV. En posición radicamente opuesta están los menores de 25, en donde la formación de Iglesias dobla en porcentaje de votos a PNV e Irabazi, y triplica a Bildu.

También es diferente el comportamiento electoral por sexos. La mitad de las mujeres no ha decido o no votará, pero Podemos no es su mejor opción, sí de los varones.


El cambio inevitable. El sondeo de la Universidad del País Vasco Euskobarómetro ya desveló en diciembre de 2014 la brusca y fuerte aparición de Podemos, situándose en segundo lugar, a un escaño y cinco puntos porcentuales del PNV. La reacción de los partidos tradicionales fue la descalificación, en una huida hacia adelante para no ver que algo se está moviendo, aunque no esté claro ni qué ni cómo.

El politólogo barakaldés Alfredo Retortillo, coautor del Euskobarómetro, comparte la sorpresa colectiva por este seísmo electoral —también en Barakaldo— y ansía que llegue el momento de las urnas para conocer la magnitud de un cambio que considera que ya no se puede ignorar. La aparición de los nuevos partidos ha hecho que lo que era previsible —como el comportamiento vasco en las urnas— ya no lo sea.

Retortillo sí cree, sin embargo, que la euforia de Podemos comenzará a enfriarse, como ya ha ocurrido en Andalucía. Además, sospecha que el escrutinio real posiblemente revele una mayor ocultación de voto de la que hasta ahora ocurría. Los entusiastas defensores de Pablo Iglesias están ansiosos por expresar el respaldo a Podemos, a diferencia de los resignados votantes de otras opciones, y eso puede estar provocando una distorsión en los sondeos. Sin embargo, es evidente que hay un nuevo escenario. Su manifestación más incontestable puede ser el desplazamiento a Podemos de parte del voto abertzale, que era una opción que hasta ahora nunca se había ocultado.