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Satse denuncia el funcionamiento sin enfermería de una de las unidades de reanimación en Cruces

El sindicato de enfermería Satse ha denunciado que una de las tres unidades de reanimación del Hospital de Cruces ha estado "abierta sin el personal de enfermería necesario" debido a que el Servicio Vasco de Salud-Osakidetza había programado su cierre desde el 1 de julio por periodo estival pero estaba con una ocupación del 100% de enfermos. “Se ha generado una situación límite, que solo se ha salvado gracias al esfuerzo ingente de los profesionales que quedaban en un servicio que atiende a pacientes muy graves. Este 3 de julio tuvo que reforzarse con personal de enfermería contratado porque aún tenían siete pacientes críticos en la unidad".



Nota de prensa
La alta ocupación impide a Osakidetza cumplir con sus previsiones de cierre de camas
• SATSE denuncia que se ha atendido con el personal bajo mínimos por la previsión de cierre en reanimación de Cruces o cirugía del Alto Deba.

Bilbao, 4 julio. El Sindicato de Enfermería de Euskadi denuncia que a pesar de las previsiones de cierre de 1.075 camas hospitalarias, de quirófanos de cirugía programada, unidades de despertar e incluso camas de reanimación, la realidad ha sido que el 1 de julio muchas de estas unidades no han podido cerrarse debido a su alta ocupación.

A modo de ejemplo, el pasado 1 de julio estaba previsto cerrar una de las tres reanimaciones del Hospital de Cruces, pero no pudo cerrarse por estar con el 100% de ocupación. Tuvo que permanecer abierta sin el personal de enfermería necesario, ya que este se había reducido en previsión del cierre “Se ha generado una situación límite, que solo se ha salvado gracias al esfuerzo ingente de los profesionales que quedaban en un servicio que atiende a pacientes muy graves”. Ayer 3 de julio tuvo que reforzarse con personal de enfermería contratado porque aún tenían 7 pacientes críticos en la Unidad.
En el Hospital del Alto Deba, en Gipuzkoa, tampoco se ha podido cerrar el 50% de las camas de la unidad quirúrgica, previsto el pasado 1 de julio, por estar ocupada al completo.

SATSE denuncia que el personal de enfermería que trabaja en esta unidad, donde son expertas y referentes, son desplazadas a unidades que no cierran, para cubrir vacaciones de otras compañeras y donde desconocen tanto su funcionamiento como la tipología de pacientes. Y finalmente, cuando su unidad no puede hacer frente al cierre, no se las deja volver, y se cubre la necesidad de personal contratando puntualmente y en precario.

El sindicato denuncia que el cierre de 34 camas en el Hopital de Zaldibar durante el verano, al igual, que el cierre de 30 camas en el Hospital de Gorliz o 38 de las 58 camas en Santa Marina, viene a perjudicar directamente a los pacientes con enfermedad mental, y a los pacientes crónicos, que precisan cuidados generales y paliativos, todos ellos pacientes con los que hay que tener una atención continuada también en verano.

Por otro lado, aunque no se habla de ello, los cierres temporales no son solo cierres de camas ya que suponen además el cierre de quirófanos de cirugía programada o unidades de despertar quirúrgico, como es el caso de Basurto, que cierra 8 camas de la URPA de Areilza y 6 camas de la URPA de Makua e incluso camas de reanimación. El Hospital de Galdakao se suma este año por primera vez al cierre de camas de reanimación. De sus 10 camas disponibles para pacientes en estado crítico que tengan que ingresar en cuidados intensivos, este verano Galdakao pierde el 30% de dichas camas.
En Gipuzkoa, la ciudadanía contará con 252 camas menos para sus necesidades de atención sanitaria. En Araba, la dirección del HUA Txagorritxu tiene previsto cerrar 108 camas, “a pesar de que el frecuente colapso de las urgencias, viene motivado, entre otras razones, por la falta de camas para los ingresos de estos pacientes”.

SATSE denuncia que estos cierres temporales de camas se enmarcan dentro de una política general de ahorro dentro de la sanidad pública vasca. Este es el caso del cierre definitivo de camas en la salud mental vizcaína o la supresión desde el próximo mes de septiembre del servicio de salud escolar de los municipios de Santurtzi y Portugalete. “El alumnado, padres y madres y docentes se verán privados del servicio de prevención y promoción de la salud que estos profesionales desarrollaban en el ámbito escolar y que es clave para evitar futuras enfermedades”, denuncia el sindicato.