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Los clubes infantiles y juveniles de los salesianos comienzan sus campamentos de verano


por Adela Estévez Campos | Fotos cortesía de salesianos

Dos expediciones, que suman 270 estudiantes, del colegio de los salesianos de Barakaldo han iniciado este fin de semana sus dos campamentos de verano que, al igual que en años anteriores, los clubes Jóvenes 88 Gazteak y Triki-traku, junto a otras obras salesianas del norte, organizan en La Rioja. La coordinación corresponde a la federación de centros juveniles Bosko Taldea, que engloba a las organizaciones de Euskadi y a Santander y Pamplona, que aunque pertenecen a otras autonomías son de la inspectoría (provincia) religiosa de Bizkaia.

El salesiano Koldo Vergara informa de que en estos programas participan más de 1.000 niños y jóvenes de Barakaldo, Santander (parroquia y colegio), Cruces, Deusto, Azkoitia, Intxaurrondo-Donostia (parroquia y colegio), Rentería (parroquia), Vitoria (parroquia) y Pamplona (colegio). Divididos en ocho grupos, irán sucediéndose en estancias de una semana hasta el 3 de agosto.

Los chicos y chicas de primero a cuarto de ESO y los de primero y segundo de Bachillerato irán a Somalo, un antiguo monasterio situado junto a Uruñuela (La Rioja) que ha sido totalmente reformado y adaptado, y que admite a unas 150 personas. Allí se encuentra ya un grupo de niños de cuarto de Primaria (10 años) proveniente de parroquias, en un primer campamento que se está celebrando esta semana.

Los de quinto y sexto de Primaria pasarán sus vacaciones en el colegio salesiano Domingo Savio, un centro que fue con anterioridad internado y que está dotado de dormitorios, comedor, capilla, teatro, aulas, patios y piscina, y tiene cabida para cerca de 200 personas.

El objetivo principal es la convivencia y las actividades se adecuan a la edad, invirtiéndose los porcentajes destinados a cada apartado según la misma, los pequeños más tiempo de juego y los mayores más de meditación y debate. "Cada campamento tiene una línea-guía (una historieta) que se refleja en las actividades, juegos y veladas. Nunca faltan los momentos de reflexión en grupo sobre algún tema humano-formativo (también religioso en los grupos de mayores). Sin olvidar el tiempo de piscina, juegos de mesa, futbolín, ping-pong, bailes improvisados y una excursión a mitad del campamento”, indica Vergara.

Los participantes estarán acompañados de uno o varios salesianos de cada colegio o parroquia además de los monitores que han estado con ellos durante el año en las asociaciones juveniles (39 en el caso de Barakaldo). Como confirma el responsable salesiano de los grupos de pequeños de la anteiglesia, Julio Higelmo, tanto ellos, como el resto del personal (cocina, compras, limpieza) es voluntario e “imprescindibles, porque aunque los chicos mayores colaboran, a los pequeños hay que dárselo todo hecho”.

Para apuntarse a los campamentos sólo es necesario haber asistido habitualmente a las actividades de los centros juveniles salesianos y el pago de una cuota, aunque cada asociación busca subvenciones de Ayuntamientos y diputaciones.