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Ángel Asensio, director del Teatro Barakaldo
"Ajustaremos la programación para hacer frente a la crisis manteniendo un tono de calidad indiscutible"

Por Koldo Llorente

Ajustes en la programación, menos funciones, reducción de las grandes producciones y adaptación de precios de entrada al tipo de producción son las medidas que aplicará el Teatro Barakaldo para hacer frente a la crisis, pero manteniendo “un tono de calidad indiscutible” en su programación, según ha asegurado a Barakaldodigital su director, Ángel Asensio. Pese a la crisis, el responsable del centro municipal pide a los barakaldeses que acudan al teatro y hagan de él “un espacio de convivencia, de relación y de disfrute de las artes escénicas en todos sus conceptos”.

¿Cuál es la situación actual del Teatro Barakaldo?
De estabilidad en la programación, por una parte, y de estabilidad laboral, por otra, con la revisión del convenio que en estos momentos está en fase de estudio. Hay una coyuntura de ajuste económico objetiva que, después de dos años, probablemente se acentúe este mismo año. Eso nos pone en una tesitura de recorte tanto en la programación como en el numero de días y funciones.

¿Se ha visto perjudicado el Teatro Barakaldo por la crisis?
Está afectado por la corriente general vinculada al gasto. Hay menos capacidad de gasto y de contratación. Las líneas de trabajo mixtas entre compañías y teatros es una necesidad. Es imprescindible llegar a un acuerdo entre la iniciativa de las compañías productoras y distribuidoras y los teatros para conseguir que el producto que se estrena tenga capacidad de representación. Los municipios pequeños generalmente notan más la crisis por su incapacidad financiera. En los teatros medios y grandes se mantiene el tono. El Teatro Barakaldo está en la misma coyuntura que el resto de teatros, que afecta, sobre todo, a su capacidad financiera. La crisis salpica aquí como en todas partes. El campo de la cultura es muy sensible a los recortes de carácter público e institucional.

¿Habrá diferencias en la programación este año?
No, se mantiene un tono parecido. Desde que arrancamos la temporada hasta el mes de enero e incluso febrero la línea de programación se mantiene, pero rebaja días y funciones. No hay el mismo volumen de grandes nombres y figuras, fundamentalmente mediáticas. Hay un pequeño ajuste de contenidos porque no se puede contratar todo de volúmenes presupuestarios que hasta la fecha eran mas cómodos para el teatro.

Este ajuste de la programación se nota en días, en número de funciones y por tanto también en la calidad vinculada a la parte más mediática. Sin embargo, el Teatro Barakaldo mantiene un tono de calidad indiscutible en su programación.

La danza contemporánea no se verá tanto porque se verá más ballet y, en general, la parte teatral se mantiene en un tono muy alto. Se mantienen la potente programación escolar y familiar, la cualificada programación de cine y los preciosos conciertos de la Banda Municipal. Además, siguen adelante diversas iniciativas sociales o las programadas por el Área de Cultura en tiempo festivo o vacacional para público familiar. En resumen, variaciones fundamentales en la programación no hay, un poco menos de volumen y fechas y en cuanto a los grandes nombres mediáticos que no aparecerán cada fin de semana.

¿Se mantendrán los precios de las entradas?
Sí, se mantienen. Las producciones y sus costes se adaptan a los precios. Los costes de producción marcan los costes del caché y a su vez del precio total. Queremos hacer accesible el teatro y las propuestas escénicas al público. Por lo tanto, no habrá variaciones en los precios, aunque pedimos al público una mayor dedicación en su agenda a las artes escénicas. Las tienen a su medida. Yo les recomiendo que se hagan socios y comprobarán que es muy ventajoso. Se trata de que esas ventajas se interioricen como valor público. Yo, personalmente, recomendaré al Consejo de Administración que las políticas de descuentos tienen que ajustarse a una realidad que considero muy alta para la actual coyuntura económica de un teatro cualquiera.

¿Qué cree que se puede hacer para incentivar a la gente a ir al teatro?
El único incentivo que hay que vender hoy en día es la belleza y el contenido. A veces se puede perder eso por la parte más mediática. Vamos a ver piezas teatrales y de otras modalidades escénicas por el mero disfrute de la capacidad artística de sus creadores, directores o escenógrafos. También vamos a ver en directo cómo se crea una historia cautivadora.

Parece que en este comienzo de año hay una apuesta por espectáculos de compañías vascas y en euskera. ¿Es sólo una sensación o se trata de una apuesta?
El Teatro Barakaldo se ha sumado al esfuerzo hecho por la red de teatros públicos Sarea para que las compañías del país encuentren acomodo a sus producciones cuando salen, cuando se apoyan y se subvencionan desde las instituciones públicas. El teatro vasco y sus producciones, tanto en castellano como en euskera, aparecen por el Teatro Barakaldo de manera regular, de tal manera que podemos preguntarnos qué no viene. El problema es que las recaudaciones en las obras en euskera son muy escasas, terriblemente escasas.

¿Seguirá contando con grandes compañías o la crisis obligará a prescindir de ellas?
No se prescinde. Seguirán llegando, pero en menos número y seguidas. Cada fin de semana llegan grandes producciones, salpicadas con algunas más discretas.

¿Qué tal está respondiendo el público barakaldés en estos tiempos de crisis?
Hay mucho público barakaldés. En las producciones más potentes también se nota la asistencia de un gran público de fuera. Es evidente que desde que tenemos la crisis hay una pérdida de público, entre el 10% y el 20%. Aun así, los espectadores siguen viniendo, tal vez no a los mismos contenidos que antes, sino a aquellos que además de gustarles se pueden permitir.

Por ejemplo, el cine de los martes vale 4,60 euros. Se mantiene el tono, pero bajando. Donde más público se ve es en la zarzuela, el flamenco y la música, por este mismo orden. Luego está el teatro, que tiene determinados impactos extraordinarios, junto con el ballet. Luego está la danza contemporánea y después el cine, que tienen resultados más discretos.

Hay que reconocer que el público para la danza contemporánea y para las artes escénicas realizadas en euskera en general, no sólo en Barakaldo, es demasiado bajo. En muchas ocasiones no superamos los 20 espectadores. Deseo que el público en general y el público barakaldés en especial, sostengan con su presencia la cualificada y bella producción existente ya que, incluso en los espectáculos más solventes y con amplio recorrido en los espacios escénicos, difícilmente alcanzamos los 100 o 150 espectadores que dan calor y reconocimiento a los artistas y creadores de todo tipo que se dejan la piel en el escenario en cada representación. Todos tenemos que hacer un esfuerzo participativo mayor.

¿Morirá algún día el teatro?
Yo creo que es imposible. Hay un público muy fiel. Mirada la historia de la humanidad, es algo que siempre ha estado vivo. La población para nada está ausente de los contenidos creativos de las comunidades culturales de cada época. Creo que vamos a ver unos años esplendorosos a corto plazo porque las artes escénicas son un buen refugio en tiempos de desajuste social. El Teatro Barakaldo es una institución cultural de primer nivel por eso les pediría a los barakaldes que defiendan su teatro por encima de todo y que hagan de él un espacio de convivencia, de relación y de disfrute de las artes escénicas en todos sus conceptos.