publicidad

Carlos Rojo | director de la Banda Txiki
“He comprobado que la música amansa a las fieras”

por Koldo Llorente

Ángel Carlos Rojo Fuentes es director de la sección juvenil de la Banda Municipal de Barakaldo, también conocida como la Banda Txiki. El año pasado cumplió 10 años en el puesto y afirma estar muy contento y quiere seguir con ello todo el tiempo que pueda. Estudió hasta cuarto curso en la Escuela de Ingenieros mientras a su vez estudiaba música. Al final se decantó por la música y acabó siendo profesor de trompeta y de chistu en el Conservatorio y dirigiendo la Banda Txiki. El 9 de abril será su próximo cita con el público de la anteiglesia, en la casa de cultura de San Vicente.


P. ¿Cómo llegó a ser director de la Banda Txiki?
R. Se fueron encadenando cosas. Por ejemplo, cuando estábamos en el Conservatorio, al principio creamos un grupo de chistu y percusión otro profesor —Fernando Aurrekoetxea— y yo. Veníamos los sábados a ensayar. Más tarde introdujimos unas trompetas. A estas les añadimos unos saxofones. Hicimos la bajada en carnavales a la que se unieron clarinetes y otros instrumentos. Hicimos un grupo que nos gustó, así que un sábado empezamos a ensayar y continuamos ensayando y nació la Banda Txiki. El año pasado hicimos 10 años.


P. ¿Por qué eligió la trompeta?
R. Siempre me ha gustado, desde chaval. A mí me metieron en piano. Entonces no había conservatorio y daba clases particulares. Un difunto amigo de mi padre tocaba la trompeta y me gustaba, así que me decanté por este instrumento. Más tarde dejé la trompeta de lado y me puse a tocar el chistu.

P. ¿Qué estudios tiene?
R. Yo estudié en Paúles hasta COU. Después fui a la Escuela de Ingenieros. Hice hasta cuarto curso. Entonces estaba muy metido en el mundo de la música y llegó un momento en el que tuve que decidir entre la música y la ingeniería. Escogí la primera opción pero no me arrepiento de haber estudiado ingeniería porque ahora tengo un buen conocimiento de ordenadores e informática.

P. ¿Qué planes tiene para el futuro?
R. En principio, seguir como hasta ahora, tocando en conciertos. En enero tocamos en el Euskalduna. Otras veces, en el teatro y en Clara Campoamor. Todo lleva mucho curro porque hay que conseguir el papel para cada instrumento y las obras adecuadas, pero es muy bonito poder tocar y dirigir una banda. Mi intención es seguir con esto mientras pueda, hasta que mu jubile o algo me impida continuar.

P. ¿Cómo es su programa de conciertos?
R. El próximo será el 9 de abril en Clara Campoamor. Es un sábado al mediodía. Solemos hacer uno antes de Semana Santa y en el teatro en noviembre, aproximadamente. Luego están los desfiles. En mayo o junio, lo que salga. Solemos ir a Ortuella o a Cruces.

P. ¿Se puede apuntar cualquiera al Conservatorio?
R. En principio, sí. Hay que cumplir la edad mínima de ocho años. Luego depende del número de plazas que haya. Uno que tenga 17 años y quiera empezar de cero lo tiene más complicado que uno de ocho años, que tiene preferencia.

P. ¿Cree que hace falta un talento especial para apuntarse o tocar un instrumento?
R. No. Si tienes un talento especial, mejor, es algo que llevas por delante. Lo que hace falta es trabajar y ser constante. La mayoría de la gente evoluciona en la medida de lo que trabaja. El que trabaja mucho tocará mejor y el que no, lo hará peor, evidentemente. Hay un pequeño porcentaje de alumnos, aproximadamente entre un 8% y 10%, que son muy negados y tienen que trabajar más. Luego están los afortunados, que se les da bien como a quien se le dan bien las matemáticas.

P. ¿Qué enseña la música?
R. Depende de la persona. A mí, por ejemplo, me relaja mucho. Cuando no tengo un buen día o estoy mosqueado, me pongo los cascos o toco un rato y me tranquilizo. Se suele decir que la música amansa a las fieras y yo he comprobado que es verdad, en mi caso por lo menos. No al momento, pero cuando pasan 10 o 15 minutos se nota. Cuando era joven e iba al gimnasio me desfogaba dando puñetazos al saco, ahora prefiero relajarme con la música. Echas fuera toda esa agresividad que tienes.

P. ¿Por qué recomienda a los padres que matriculen en el Conservatorio a sus hijos?
R. En principio, porque yo creo que por educación está bien que los chavales lo hagan. Yo a mis hijos les matriculé a los dos. En esta vida hay que tocar un poco todos los palos, no sólo el colegio. Está bien que hagan más cosas, no sólo música, también educación física, idiomas y más cosas que nunca vienen mal. Lo de la música se lo aconsejaría a todo el mundo. Al que le guste, afortunado; y al que no, nadie le obliga a hacerlo.

P. ¿Han salido buenos profesionales del Conservatorio?
R. Yo creo que sí. Yo, por lo menos, he salido de aquí. No igual al 100% porque he compaginado un poco las asignaturas aquí y en Bilbao, pero vamos, es lo mismo. Fernando Aurrekoetxea también hizo cosas aquí y en Bilbao. Muchos músicos de la banda han ido a Bilbao a hacer el grado superior. Es muy difícil llegar hasta el último curso, muchos se quedan por el camino.

P. ¿Qué aporta un conservatorio a una ciudad?
R. Sobre todo, prestigio. Además da muchas facilidades a los ciudadanos. Si en la misma ciudad hubiese universidades, conservatorio y escuelas, sería maravilloso. Pero sabemos que eso es muy poco probable. El hecho de tener un conservatorio, además de prestigio, da mucha comodidad a la gente.

P. ¿Cuáles cree que son los puntos fuertes y débiles de este conservatorio?
R. Los fuertes son que se trabaja duro y se pide mucho a los alumnos. Se trabajan muchas asignaturas y muchos instrumentos, e independientemente de si un alumno termina la carrera o no, el aprendizaje que obtiene es muy elevado en la mayoría. Respecto a los puntos débiles, es posible que falte algún instrumento, pero nada más. Un punto importante, que tampoco puedo decir exactamente si es fuerte o débil, es que se dan muchas oportunidades. Hay que aprobar todo para seguir adelante y cuando llevas dando clase varios años a un mismo alumno y ves que no avanza, en vez de que se vaya intentas todo lo posible porque siga adelante.

P. ¿En qué lugar y en qué momento le gustaría dirigir a la Banda Txiki?
R. Nunca he pensado precisamente en eso. A mí me hace ilusión cada vez que estoy con ellos. A veces, cuando llega junio, estoy muy quemado. Me lleva mucho trabajo preparar las carpetas, imprimir las obras, archivarlas y buscarlas. Y un día uno te viene y dice que ayer estuvo de fiesta y que no puede venir y no sienta muy bien. Pero me hace mucha ilusión estar con ellos y me da igual el sitio. Sí que me gusta mucho cuando tocamos en el Teatro Barakaldo o en la casa de cultura Clara Campoamor. Cuando hicimos 10 años, el curso pasado, realizamos un viaje a Casalarreina (La Rioja) y lo pasamos genial.