Crónica por Koldo Llorente
Foto: Euskadi.net |
Mikel está haciendo una tesis doctoral en Sociología y reconoce que le va a costar menos doctorarse que sacar el EGA. “Estoy completamente desquiciado, es la cuarta vez que me presento y la cuarta vez que me puedo quedar sin trabajo por no conseguir el título como lo suspenda. Parece mentira que mi futuro después de todo lo que he estudiado a lo largo de mi vida dependa de un examen de euskera”. Lo dice entre risas, un poco frustradas.
Obtener el título es tan difícil que incluso el programa 'Vaya Semanita' le ha dedicado varios 'sketches'. En uno de ellos un hombre sufría un infarto en plena calle y un personaje se acercaba gritando “Apártense, tengo el EGA”, a lo que una mujer respondía: “Sí, atiéndale usted, yo sólo soy cardióloga”.
Para conseguir el título hay dos convocatorias anuales abiertas, a las que puede presentarse quien quiera. Además, la Escuela Oficial de Idiomas también convoca sus propias pruebas, en las que sólo admite a sus alumnos. Igual sucede con la prueba realizada esta sábado, a cargo de HABE, que está destinada a los estudiantes que hayan superado el último nivel en el euskaltegi.
“Llevo estudiando desde los tres años en euskara –dice Julen, de Bilbao- y es la quinta vez que me presento. Las tres primeras veces no conseguí tan siquiera aprobar la 'atariko proba”, que es el primer examen, tipo test, de la convocatoria abierta. “Para superr el escrito tuve que apuntarme a un euskaltegi, al que he estado yendo todo el curso pasado. Y el verano lo he pasado en un barnetegi”, relata. Para él lo más duro no ha sido pasar el verano haciendo 'atariko probas', como reconoce entre risas, sino explicar a sus padres por qué tras estudiar en modelo D desde pre-escolar hasta terminar el bachillerato le ha costado casi dos años llegar al examen que ha hecho este fin de semana, su primer oral, porque siempre suspendía antes de esta última prueba. “Pero esta vez lo saco. he hecho el examen perfecto. Hoy sí, termino con esta pesadilla,”. Y añade algo sorprendente: “Ya puedo dejar de hablar euskara”.