Empezarán a grabar en pruebas este mismo viernes y tienen permiso para nueve meses. Son tres cámaras de videovigilancia que el Ayuntamiento acaba de instalar en la zona de Juan de Garay con el argumento de mejorar la seguridad. El alcalde, Tontxu Rodríguez (PSE), ha asegurado que se garantizan "los derechos y libertades de todos" y que se cuenta con las autorizaciones necesarias para el uso de estos dispositivos. "Los vecinos de la zona pueden estar tranquilos, porque ellos nunca serán vigilados" y "se enmascararán todas las zonas privadas". El equipo de Gobierno sostiene que "“Al ciudadano de bien no le molesta que le graven (sic)" y asegura que "jamás restringirá la libertad de los ciudadanos".
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Nota de prensa
El Ayuntamiento de Barakaldo instala tres cámaras de videovigilancia en Juan de Garay
Entrarán en funcionamiento en un plazo máximo de 15 días y sólo grabarán imágenes cuando se espere aglomeración de gente
Según ha remarcado Rodríguez, esta decisión no quiere decir que Juan de Garay hoy en día sea en absoluto inseguro. Sólo se trata de una poner en marcha medida más enmarcada en el plan contra la tolerancia cero contra los delincuentes e incívicos durante la noche baracaldesa.
“Hubo momentos de dificultad, pero se superaron gracias a la mayor presencia policial con el despliegue de 28 agentes de la Policía Local, que además cuentan con la colaboración de la Ertzaintza y los hosteleros de la zona. El dispositivo nocturno está dando un resultado positivo”, ha remarcado el alcalde antes de recordar que las agresiones se redujeron el año pasado en un 46% respecto a 2008 y este año se prevé que caigan todavía más.
Pero hay más datos que indican una disminución significativa de los problemas de convivencia en Juan de Garay. Las sanciones impuestas por el consumo de estupefacientes cayó en la zona un 36% el año pasado y la retirada de objetos peligrosos se redujo en un 58%. Incluso comportamientos incívicos como orinar en la calle han experimentado una importantísima reducción del 74%.
TOLERANCIA CERO
A pesar de todo, Tontxu Rodríguez ha dejado claro que el Ayuntamiento no va a bajar la guardia. “Lo he dicho en esta legislatura varias veces y hoy lo vuelvo a repetir: el que quiera venir o estar en Barakaldo para disfrutar y divertirse, que lo haga. Pero quien venga a montar follón, a pegarse o emborracharse, no le quederemos en nuestra ciudad, bien sea un navajero, uno que no sepa beber Se han reducido los incidentes en la zona con más vigilancia policial.
El reto es disuadir aún más a los delincuentes y dejar el casillero a cero o que monte bronca”, ha advertido. Con esa tolerancia cero como premisa, se ha mantenido la promesa de instalar las cámaras, una iniciativa avalada por los vecinos, hosteleros y comerciantes del entorno en sucesivas reuniones. Estos dispositivos, lógicamente, cuentan con la autorización pertinente de la viceconsejería de Seguridad del Gobierno vasco y la Comisión de Vídeovigilancia y Libertades de la Comunidad Autónoma.
Después de más de un año de trámites para que el sistema garantice los derechos y libertades de todos los ciudadanos, hace tres semanas técnicos de una empresa especializada comenzaron a instalar los dispositivos.
Las cámaras, que empezarán a emitir en pruebas este viernes, entrarán en funcionamiento en un plazo máximo de 15 días y sólo grabarán cuando haya más aglomeración en la zona. Por ejemplo, los viernes y sábados a la tardenoche, durante los ‘cármenes’, los previos a fiestas... Es decir, al anochecer y cuando se espera una congregación de gente. El resto de los días y horas no captarán imágenes para respetar la intimidad de los vecinos.
La primera cámara está ubicada a la altura del número 10 de la calle Letxezar y tiene el ángulo de visión enfocado hacia la calle Juan de Garay. La segunda cámara se sitúa a la altura del número 28 de Juan de Garay, y tiene el ángulo de visión enfocado hacia las calles Juan de Garay y Lasesarre. Y la tercera cámara también está colocada a la altura del número 28 de la calle Juan de Garay, pero enfoca hacia la calle La Felicidad.
RESPETO A LA VIDA PRIVADA
Los vecinos de la zona pueden estar tranquilos, porque ellos nunca serán vigilados. De hecho, para garantizar en lo posible su libertad individual, las cámaras no captarán sonidos, no existirá posibilidad alguna de variar su enfoque y se enmascararán todas las zonas privadas. Las grabaciones de las imágenes serán además destruidas a los siete días. En las próximas horas, asimismo, se instalarán carteles informativos visibles con todas indicaciones legalmente establecidas en los lugares de acceso a la zona videovigilada.
La visualización de imágenes, en tiempo real, se hará en las cercanas dependencias de la Policía Local bajo la responsabilidad del funcionario policial destinado en el puesto de control de accesos y vigilancia de la propia comisaría.
El centro de procesado, grabación y almacenamiento de imágenes, por su parte, estará ubicado en un recinto protegido en las propias instalaciones policiales. El control de accesos a este espacio será mediante tarjeta electrónica de proximidad y estará restringido al Subcomisario Jefe y al Oficial Subjefe del cuerpo.
Como máximo responsable municipal, el alcalde será precisamente la autoridad competente para resolver las peticiones de acceso y cancelación de las grabaciones que se promuevan por los interesados.
En principio, la autorización para instalar las cámaras tiene un plazo de caducidad de nueve meses. Transcurrido ese periodo y en virtud del resultado obtenido, si desde el Ayuntamiento se considera oportuno se procederá a tramitar la solicitud para renovar el permiso.
DERECHO A DIVERTIRSE SIN BRONCAS
Dicho esto, el alcalde ha querido dejar claro una vez más que con la instalación de las cámaras “lo último” que se pretende es controlar a la gente. “Nuestro único objetivo es disuadir a los delincuentes, dar una mayor sensación de seguridad a una zona ya de por sí segura en los últimos tiempos y si alguien delinque, cogerle cuanto antes”, ha asegurado tajante.
“Al ciudadano de bien, no le molesta que le graven. Al que sale de marcha, se me permita la expresión, con navajas, puños americanos o trafiquen con droga, sí que no les gusta que les observen”, ha evidencia Rodríguez.
El Ayuntamiento, por tanto, jamás restringirá la libertad de los ciudadanos. Seguridad, sí. Policía y vigilancia, también. Pero siempre teniendo en cuenta el derecho de los jóvenes a divertirse y garantizando los derechos y libertades de todos los ciudadanos. Ésa es la línea roja que hemos marcado el equipo de gobierno municipal y lo último que hará es superarla.
