Ángel Asensio (1952) ha ocupado su nuevo puesto como director ejecutivo del Teatro Barakaldo “con naturalidad” y dispuesto a mantener la línea de trabajo que ha logrado hacer del equipamiento municipal un referente en las artes escénicas a nivel de Euskadi y España, pero también con nuevas ideas para atraer a más público a una sala que, según asegura en una entrevista concedida a BarakaldoDigital, “es mucho teatro”. En este sentido, es claro cuando apela a los baracaldeses para que sientan el Teatro Barakaldo, que está a punto de cumplir 20 años de actividad, como propio, que lo amen y lo sostengan. Y sobre todo, que disfruten de él.
¿Cuál es la situación actual del Teatro Barakaldo?
El Teatro Barakaldo en estos momentos está funcionando con una regularidad absoluta. Está en unas condiciones idóneas, tiene presupuesto, no tiene ningún problema financiero, es más, va a poder funcionar cómodamente desde el punto de vista económico hasta fin de año, incluso con alguna línea de superávit. Lo que tenemos que hacer es ajustarnos a parámetros públicos que supongan ajustes financieros y de plantilla.
¿De plantilla?
Sí, puesto que un teatro abierto permanentemente, los fines de semana y entre semana genera unos desajustes en el planteamiento laboral que conviene reconducir para que toda la gente esté cómoda porque hasta ahora han tenido un nivel de sacrificio importante desde el punto de vista personal y laboral.
¿Cómo ha sido su llegada al cargo?
He ocupado la dirección con naturalidad y ahora estamos pendientes de las directrices que marque el consejo de administración en todos los frentes. Se celebrarán las reuniones pertinentes y se marcarán las pautas propias de coyunturas que son especiales, como ésta, tanto desde el punto de vista económico como organizativo.
¿Se mantendrán las actuales tarifas?
Ese es un tema que lo tiene que analizar el consejo de administración para que la línea ingresos-gastos, por todas las vías, mantenga el máximo equilibrio. Los precios que se mantienen —que están decididos con sensatez, en estos momentos, después de largos años de contención— exigen una revisión. Para lograr la autofinanciación en un equipamiento de estas características, conviene analizarlo porque la plantilla de precios lleva fijada desde hace muchísimos años. Pero eso lo tiene que decidir el consejo de administración.
¿Eso significa que se encarecerá el precio de la entrada?
No, igual la decisión es la contraria, es abaratar para hacer más accesible el Teatro Barakaldo. Se están dando políticas de ajuste en muchos teatros para lograr abaratar el coste para grupos, jóvenes o parados. También se tiene que ver si se mantienen los descuentos del 35% para los socios y el 20% en los convenios que mantiene el Teatro Barakaldo. Hay que ver qué supone económicamente eso y cómo se asume institucionalmente.
¿Qué plantea para aumentar el número de espectadores?
Yo apelo sinceramente a los baracaldeses. Los que deben amar, sostener su teatro, sentirlo propio, auparlo, creer en él y quererlo para disfrutar son los baracaldeses. Debemos trabajar para que en ningún momento se sientan de espaldas a su teatro, porque es suyo. Es una de las referencias paradigmáticas de la ciudad. Es un valor excepcional para una ciudad.
¿Va a haber cambios en la programación?
Cambios que modifiquen drásticamente las líneas de trabajo actuales no los va a haber. Las grandes producciones van a seguir presentes en la programación del Teatro Barakaldo, la prueba es que en este trimestre contamos con más de diez grandes producciones, tanto teatrales, musicales como de danza. No todos los fines de semana se programarán este tipo de obras y se ofrecerán, en cambio, producciones medianas y de ámbito familiar, los domingos por la tarde, que ayudarán a mantener el teatro abierto de manera sistemática. Pero no debemos asociar siempre programación escolar o familiar a producciones medianas. En absoluto. Muchas de esas producciones son y serán de gran formato y de gran calidad escénica. Ahí va a trabajar el teatro a fondo.
¿La oferta musical variará?
Se potenciará la música clásica, tanto de cámara como sinfónica, a los autores vascos y las nuevas músicas. Lo cual no quiere decir que no se haya hecho, pero hay que hacer algo más. Se trata de abrir la puerta a la gente que se mueve en ese sector de producción que tiene un mercado muy restringido.
¿Seguirá ofreciendo danza?
También. Barakaldo ha tenido una oferta persistente de danza clásica y contemporánea. Lo vamos a mantener, pero con un acercamiento a lo más experimental, pequeñas piezas que necesitan espacios para presentarse. Seguiremos intentando que producciones importantes, o al menos nombres importantes, se vean por nuestro teatro, pero queremos dar juego a esa otra danza que hoy tiene una vivacidad desconocida.
¿Y el flamenco y la zarzuela?
Se mantienen tal y como están. La propuesta lírica funciona con una precisión de reloj, es de una rentabilidad social extraordinaria y hay un apoyo masivo. Se llena y, a veces, faltan entradas. Es un producto relativamente caro, pero tiene una respuesta tal que merece la pena su programación. En el flamenco pasa lo mismo. Es una apuesta de riesgo, pero tiene un público muy fiel, que no sólo responde a un público flamencólogo, sino que es de un espectro muy abierto. Son ya catorce o quince años de vida del ciclo Viernes Flamenco en los que han pasado por el teatro todos los nombres del flamenco, lo que nos obliga a hacer un esfuerzo por buscar nuevos nombres.
¿El Teatro Barakaldo está pensado únicamente para las grandes compañías o también hay espacio para las más pequeñas?
Nosotros estamos abiertos a los creadores de aquí, tanto para la ayuda en la producción como para que presenten en el Teatro Barakaldo sus productos en castellano y en euskera para un público 'euskaltzale'.
¿Se han planteado reducir el periodo que permanece cerrado el teatro en verano?
Hay que analizar la parte financiera del sostenimiento de la programación. En julio y septiembre se realizan tareas de mantenimiento para que el teatro se presente en las mejores condiciones de funcionamiento y hay que analizar ese posible incremento de la programación desde el punto de vista del funcionamiento del teatro y del gasto para mantener un equilibrio entre las prestaciones y el uso social.
¿Qué balance hace de estos 20 años de actividad del Teatro Barakaldo?
El Teatro Barakaldo es mucho teatro. En el imaginario actoral, de producción, de compañía, el Teatro Barakaldo es un equipamiento de referencia tanto para la presentación de producciones como para la representación ante un público que vive las artes escénicas. El posicionamiento del Teatro Barakaldo en el conjunto de los espacios escénicos del país es extraordinario y eso es un mérito del Ayuntamiento, de los gestores que han desarrollado su trabajo, de los trabajadores y del pueblo de Barakaldo que ha sido capaz de mantener abierto su teatro.
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