Estuvo en la puesta en marcha de teatro municipal, formó su equipo con amigos y compañeros y realizó una gestión que fue objeto de agrias y constantes críticas de PNV, PP, IU y HB desde el principio. Hoy sólo mantiene inalterada la oposición abertzale. El resto ha cambiado de bando.
> Datos del expediente >>
Hace 15 años, el 5 de julio de 1995, Centeno, ya entonces secretario del PSE, decidió echar del teatro al director artístico, el nacionalista Manuel Pagola. Herri Batasuna, representada por el hoy concejal abertzale Txiki Castaños, pedía entonces su destitución por actuar a espaldas del consejo de administración y su actuación "prepotente y partidista".
No era la primera bronca ni fue la última que la oposición planteó en aquellos años.
Un mes antes, el 9 de junio del mismo 1995, los concejales del PNV Alberto Rodríguez y Amaia de Saratxu exigía la destitución del director del teatro por su actuación "prepotente", su "nefasta labor" económica y las "irregularidades" en la gestión. La exigencia se producía tras una reunión en la que el consejo de administración del centro cultural rechazó la cuentas con los votos nacionalistas, de HB y EA.
Pero aquel año deparaba otras sorpresas que provocaría unas nueva lluvia de críticas contra el director.
La dirección de Juegos y Espectáculos cerró la sala y le impuso una multa de medio millón de pesetas por incumplir las medidas de prevención contra incendios y la resistencia de Centeno a acatar las exigencias en esta materia. El expediente sancionador había permanecido oculto durante medio año para los propios consejeros del teatro y la situación provocó la correspondientes tormenta política. Partido Popular, Izquierda Unida y Herri Batasuna reclamaron la convocatoria urgente del consejo de administración para adoptar medidas disciplinarias contra Centeno. No pasó nada porque el PSE lo evitó, con la ayuda del PNV.
La destitución de Pagola, técnico vinculado al PNV, provocó el 16 de febrero de 1996 la reacción del PP. Los nacionalistas se enteraron del despido horas después de producirse porque Centeno había actuado sin que el consejo de administración —que se había reunido el mismo día que echó a Pagola— conociese el hecho. Pese a ello, no actuaron contra el director.
Paradójicamente, fueron los populares los que denunciaron los hechos, hablaron de "sorpresa e indignación", de "premeditación, nocturnidad y alevosía" y de "usurpación" de las funciones del consejo de administración.
En este episodio, ya actuaba como portavoz del PSE el ahora 'verdugo' de Centenio, el concejal Alfonso García, quien, junto a los socios nacionalistas, defendió como "pertinente" la actuación de Centeno y atacó a la oposición por sus argumentos "extraprofesionales". La todavía hoy edil del PP Esther Martínez denunciaba entonces las multimillonarias pérdidas del teatro —120 millones de pesetas al año— y la interpretación "dictatorial de los estatutos del teatro".
Lo cierto es que aquel despido no se ajustó a la ley y la justicia obligó a pagar como indemnización tres millones de pesetas.
Las críticas estaban lejos de apagarse. El portavoz del PP en el Ayuntamiento, Sabino Fernández Palacio, llegó a exigir el 11 de septiembre de 1996 la disolución de la sociedad anónima del teatro municipal debido al galopante déficit y la ausencia de espectadores.
La expulsión de HB del órgano gestor del teatro en 1997, tras el asesinato de Miguel Ángel Blanco en Ermua, no supuso el cese de los ataques a Centeno. Izquierda Unida arremetía contra él en mayo de 1998 y le acusaba de "falsear" las cuentas. Centeno había contado que se había conseguido un superávit de tres millones de pesetas, pero 'olvidó' mencionar que el Ayuntamiento había aportado 30 millones de pesetas extras para mantener una actividad que seguía sin tener audiencia y, por el contrario, suponía miles de invitaciones al año.
Para el año 2000 se previó desde el PSE que los gastos del equipamiento municipal triplicarían los ingresos. El PP montó en cólera y sacó a la luz una encuesta encargada por alcaldía a la universidad que revelaba que la gente no acudía a la sala porque no le interesaba, le parecían caras las entradas y no les llegaba información, entre otros motivos.
En 2001 se empezó a torcer la cómoda trayectoria de Centeno. El 24 de enero de 2001, Carlos Pera resultaba derrotado en la agrupación socialista de Barakaldo, lo que dejaba al entonces concejal de Urbanismo Diego Moyano Padilla sin la secretaría general que hasta entonces había ocupado el director del teatro, mimebro de la misma 'familia' socialista. Lorenzo San Martín se hizo con la presidencia del PSE y el actual alcalde ocupó la secretaría.
Con el PNV en la oposición tras dos mandatos de alianza con el PSE, las pérdidas de un millón de euros en 2003 provocaron el estallido de los nacionalistas (la coalición PNV-EA), que hablaban directamente "quiebra técnica". El PP señalaba entonces que había una gestión de Centeno que era, "cuando menos, es poco profesional" y con "desproporcionadas pérdidas año tras año".
Todo volvió a cambiar en 2006 cuando PSE y PP pactaron en el Ayuntamiento. El portavoz del PNV hablaba de la "nefasta gestión" de Centeno e incluso de la posibilidad de clausura del teatro y despido de sus trabajadores. Los datos que manejaba este partido indicaban pérdidas de 2,7 millones y una deuda bancaria de un millón. Aunque, al mismo tiempo, los nacionalistas desvelaban que los socialistas querían echar al director. "El PSE se encuentran con la oposición del PP, que quiere colocar a una persona de su cuerda en la dirección del teatro", decía el portavoz nacionalista José María Lekue.
Los populares, en el Gobierno con el PSE, insistía en la gravedad de los hechos. El concejal de Economía y Hacienda, Rafael Carriegas, mencionaba entre los problemas pendientes la deuda económica y "la gestión directiva".
Con el PP de nuevo en la oposición, a finales de 2007, coincidía con el PNV para denunciar irregularidades en la gestión económica llevada a cabo por el alcalde y el director del teatro.
Medio año después, el informe del interventor del Ayuntamiento señalaba una pérdidas de 1,2 millones de euros en el centro cultural, aunque el PSE sostenía que la deuda era de "sólo" de 280.556 euros. Los populares hablaban de "bochornoso escándalo" y exigía un "giro de 360 grados" en la gestión, mientras los nacionalistas denunciaban la "bancarrota" que obligaba a disolver la sociedad anónima Teatro Barakaldo.
El 23 de abril de 2008 se ponía sobre la mesa lo que realmente pensaba la actual dirección del PSE sobre Centeno: "la labor que está realizando el gerente no es excesivamente satisfactoria". Lo dijo el concejal socialista Alfonso García. Ese mismo mes, el PP solicitó al Tribunal Vasco de Cuentas Públicas que investigara las cuentas de los ejercicios 2005, 2006 y 2007 para desvelar las "acciones desafortunadas en la gestión". El requerimiento fue aprobado el 30 de mayo por el Parlamento Vasco El teatro había perdido 7.000 espectadores en un año, hasta situarse en 58.567, se encontraba financieramente en situación "crítica".
Dos años después, con el PSE gobernando en minoría, el despido, gracias al apoyo de la izquierda abertzale, se ha hecho realidad y las declaraciones de hoy —oposición que defiende a Centeno y PSE que lo rechaza— dejan en evidencia lo que la mayoría de los grupos políticos hizo durante dos décadas.