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La familia de la mujer asesinada por su hijo denuncia la actitud de políticos y prensa

+ Suspendió el oficio en la iglesia de San José
+ Se realizó en otra parroquia para evitar a los curiosos
La familia de la mujer que fue asesinada por su hijo en la calle Arana ha denunciado el "desconsiderado e inhumano acoso" al que se ha visto sometida "por parte de ciertos medios de comunicación" que no han respetado "el derecho de las personas afectadas a afrontar tan terrible dolor en la intimidad". Mediante un comunicado remitido a El Correo, la portavoz familiar, Yolanda Catena, también califica como "desafortunado" el comportamiento "de ciertos políticos gustosos siempre de salir en primera plana y no tener la dignidad de dar el pésame a la familia".

Carta de Yolanda Catena
Mediante este comunicado, los familiares de la recientemente fallecida Amelia S.B. deseamos poner de manifiesto el desconsiderado e inhumano acoso al que se han visto expuestos desde el primer momento la familia y amigos de la víctima por parte de ciertos medios de comunicación que, una vez más, no han sabido establecer ni respetar el límite moral entre su derecho como 'meros transmisores de información' y el derecho de las personas afectadas a afrontar tan terrible dolor en la intimidad, y comenzar así a elaborar su duelo. Desafortunado también el comportamiento de ciertos políticos gustosos siempre de salir en primera plana y no tener la dignidad de dar el pésame a la familia.

Habiéndose sentido indefensa en todo momento frente a dichos medios, y ante el fundamentado temor a no poder celebrar el íntimo funeral con el que todos los allegados deseaban poder despedir a Amelia, la familia consideró la necesidad de suspender el oficio previsto en San José de Barakaldo y llevarlo a cabo en una parroquia ajena a las miradas y a los dedos que gustan de hurgar en las heridas de los más débiles y desprotegidos.

Pedimos disculpas a todas aquellas personas de buena voluntad a las que no hubo tiempo de avisar del cambio de parroquia y horario del funeral, a sabiendas de que habrían sido muchas las que de buena gana nos habrían arropado con su cariño y empatía. Damos las gracias al maravilloso párroco que en tan escaso tiempo supo encontrar las palabras justas y necesarias, la cálida cadencia de una voz en la que pudimos hallar el consuelo que tanto necesitábamos y la fuerza para tan dura despedida. Gracias.

Gracias a los que nos estáis apoyando, a los que respetáis y compartís nuestro dolor.
Te queremos, y jamás olvidaremos. Tu amor nos consuela.

Yolanda Catena