La polémica por el sexismo de los concursos de misses y por los gastos millonarios en los saraos pagados con dinero público en Barakaldo no han afectado al nuevo Gobierno Vasco, de Patxi López, a la hora de designar a la directora de Administración Turística y Competitividad en el Ejecutivo autonómico. La elegida para el puesto —véase el
decreto— ha sido la empresaria
Isabel Muela, propietaria hasta hace unos meses de la
agencia Biem, la entidad que organiza desde hace años —habitualmente en Barakaldo— los concursos de Miss Bizkaia. Muela, junto a su social, la esposa del presentador de televisión y modelo Jorge Fernández, Lucía Marzo, ha sido la beneficiaria,
desde el año 2000, de decenas de millonarios contratos directos del Ayuntamiento de Barakaldo desde la época de Carlos Pera, siempre con la dirección de alcaldía de Arantza González Fano. Las adjudicaciones con Muela se realizan en concepto de "producción y protocolo", con presupuestos elevados. Un ejemplo fue el acto de reinauguración de la plaza Galiza, que costó 50.206 euros en el año 2002, y en la que, como era habitual, trabajaban mujeres muy jóvenes que aspiraban a modelo.
La polémica por el sexismo de los concursos de misses y por los gastos millonarios en los saraos pagados con dinero público en Barakaldo no han afectado al nuevo Gobierno Vasco, de Patxi López, a la hora de designar a la directora de Administración Turística y Competitividad en el Ejecutivo autonómico. La elegida para el puesto —véase el decreto— ha sido la empresaria Isabel Muela, propietaria hasta hace unos meses de la agencia Biem, la entidad que organiza desde hace años —habitualmente en Barakaldo— los concursos de Miss Bizkaia. Muela, junto a su social, la esposa del presentador de televisión y modelo Jorge Fernández, Lucía Marzo, ha sido la beneficiaria, desde el año 2000, de decenas de millonarios contratos directos del Ayuntamiento de Barakaldo desde la época de Carlos Pera, siempre con la dirección de alcaldía de Arantza González Fano. Las adjudicaciones con Muela se realizan en concepto de "producción y protocolo", con presupuestos elevados. Un ejemplo fue el acto de reinauguración de la plaza Galiza, que costó 50.206 euros en el año 2002, y en la que, como era habitual, trabajaban mujeres muy jóvenes que aspiraban a modelo.
