Aunque el precio mensual es de 400 € menos en modalidades de estancia permanente o con habitaciones compartidas, los portavoces insisten en lo inalcanzable que resulta este servicio para una economía media de una familia baracaldesa, ya que la mayor parte de las familias que solicitarían este servicio, lo hacen por pura necesidad y como último recurso ante la imposibilidad de cuidar a su familiar en casa. Añaden que el caso de Miranda es especialmente grave ya que es una institución que fue creada altruistamente y con vocación de servir a los y las baracaldesas más mayores; sin embargo “alguien ha cambiado este objetivo y hoy en día la Residencia Miranda es un negocio privado y una de las residencias más caras de Bizkaia”
Abundan en la idea de la carestía del servicio, diciendo que, si bien la Diputación Foral aporta 2.800€ mensuales del dinero de todos los vizcaínos/as y que van a parar a las arcas de las fundaciones y lobbies que gestionan las residencias privadas, el ente Foral sólo da esta ayuda en las plazas consideradas “públicas”-añaden- que son sólo el 31% de las existentes y que hay una larga lista de espera; lo cual hace el servicio aún más inaccesible para la mayoría de los casos.
Concluyen que esta llamada “colaboración público-privada” no es sino una manera encubierta de desviar fondos públicos a manos privadas. También consideran que el carácter mayoritariamente privado de este servicio es lo que genera estas situaciones de no accesibilidad y mal servicio, pues lo que prima es el beneficio empresarial. “En efecto –aseguran- el precio real diario del menú medio que se distribuye no supera los 3€ y los salarios que pagan a las cuidadoras son muy bajos. ¿En qué se emplea el resto de los 2.800€/mes que aporta la Diputación?” se preguntan. “Todo apunta a un suculento negocio, cuyas deficiencias no se han querido corregir a pesar de haber quedado más que en evidencia durante la pandemia” concluyen.
Por otra parte, critican la reiterada desidia de las instituciones a la hora de controlar y corregir una calidad mínima del servicio (60 minutos de atención diaria por residente en Bizkaia), lo que implicaría más personal, mejor pagado y más claridad en las cuentas. Aseguran que esto convierte a las instituciones en cómplices necesarios para que los cuidados sigan siendo un negocio a costa de las necesidades de la población, y lleguen a constituir un delito de maltrato por abandono. Pero Diputación, Ayuntamientos y Fiscalía no responden a las denuncias, porque no dan crédito a los denunciantes; y Osakidetza no quiere entrar en temas de salud interna. Todas estas circunstancias crean un clima de inseguridad que el pasado día 30 de noviembre intentaron denunciar con una huelga feminista general por el derecho a unos cuidados dignos apoyada por el Movimiento Pensionista.
Al finalizar la concentración, los y las asistentes se desplazaron en manifestación hasta la Residencia Miranda con intención de denunciar la situación de ésta y todas las residencias.
Otro portavoz hizo referencia también a los cuidados sanitarios, que se han visto mermados en época navideña, ya que los ambulatorios recortan el horario de servicio hasta las 17h de la tarde y en Urgencias hospitalarias también han anunciado recortes del 31% del personal. En este sentido Pensionistas llama a acudir el miércoles 20 frente al Ambulatorio de Zaballa, donde la plataforma BOPA denunciará una vez más dichos recortes.
Tras felicitarse por el éxito y la vistosidad alcanzado el pasado sábado en Bilbo en la manifestación de las antorchas por una pensión mínima de 1080€, hicieron una llamada más a la solidaridad con el pueblo palestino y anuncian que Pensionistas estará presente en la cadena humana que distintos colectivos solidarios han convocado para mañana martes a partir de las 20h en el Parque Los Hermanos. También contamos con la intervención del personal del ayuntamiento que harán huelga por una administración pública y negociadora.
Tras anunciar que durante este periodo navideño no habrá concentración los lunes, se despidieron hasta el próximo 8 de enero en la Herriko Plaza.