La pieza angular de todo este proceso ha sido siempre la Memoria. Memoria por los que no están, por los que lucharon, por los que fueron represaliados, por los que aún siguen enterrados en las cunetas de media España. Memoria de un tiempo en el que ser libre era delito. Y ahora, que la ultraderecha acapara la atención mediática con actos de violencia callejera, soflamas y banderas fascistas; que el 'Cara al sol' suena a las puertas de la sede del Partido Socialista y se hacen llamamientos a la desobediencia civil, recordar se antoja más importante que nunca. Recordar una España peor de la que algunos estos días se sienten nostálgicos; y que es ya parte indisoluble de nuestra historia.
Por este motivo deben fomentarse y aplaudirse todas las acciones que pretendan poner en valor la memoria democrática de nuestro país y, particularmente, de nuestro municipio. Ahora bien, el ejercicio de la memoria también exige rigor. Por suerte, hoy contamos con una Ley de Memoria Democrática que se fundamenta en los principios de verdad, justicia, reparación y garantía de no repetición.
Desgraciadamente, el primero de los principios, el de verdad, se está viendo desvirtuado en Barakaldo. El PNV está cometiendo en los últimos tiempos tergiversaciones de los hechos históricos mediante la manipulación de imágenes; hecho que consideramos grave y sobre el que debe alzarse la voz. Y es que, no puede pretenderse poner en valor la democracia y los valores republicanos al mismo tiempo que se engaña sobre las circunstancias en las que tuvieron lugar. El viejo mantra de “miente que algo queda” sirve en este caso al PNV para presentar a la sociedad barakaldesa una verdad a medias, derivado del poco rigor y respeto que tienen, parece, por la memoria y el pasado colectivo del municipio.
Saben los nacionalistas (son expertos en eso) que más vale una imagen que mil palabras, y que para difundir su ideología son necesarios símbolos que calen y trasladen una idea determinada a la población. Aunque, como ya hemos visto, si esos símbolos no existen, solo tienen que inventárselos. Quizá por ello, en los 10 paneles sobre la Guerra Civil que se pretenden instalar en las calles de Barakaldo se han manipulado numerosas fotos. Tomemos de ejemplo la icónica instantánea del ilustre Robert Capa tomada en Bilbao durante un bombardeo. De ella se ha eliminado el fondo original y se ha recolocado, como por arte de magia, a sus famosas protagonistas -una madre y su hija- en Barakaldo. Pero no en cualquier parte de nuestra ciudad. El nuevo fondo es nada más y nada menos (para sorpresa seguramente de muy pocos de los que se encuentren leyendo este texto) que el ‘batzoki’ (sede del PNV) del paseo de los Fueros.
Sinceramente, no sabemos que pretenden con esto. ¿No hay instantáneas de la Guerra Civil tomadas en Barakaldo? ¿De verdad hace falta mentir y manipular imágenes? ¿Cuál es la finalidad de faltar a la verdad tan descaradamente? Olvidan los nacionalistas, deliberadamente, que los socialistas y el resto de fuerzas republicanas sufrimos de igual manera la crudeza y los horrores de la Guerra. Y olvidan, no sabemos si por mera torpeza o fruto del desconocimiento, que los únicos que no se rindieron frente a los golpistas fueron los milicianos republicanos. Y no solo eso, sino que además lo hacen al mismo tiempo que niegan la historia de nuestro municipio, faltando al respeto a cada uno de las y los barakaldeses.
Está claro que estamos ante una manipulación de la historia, y eso no es tolerable. Y hay que decirlo alto y claro, pues sin justicia, ni verdad ni rigor no hay más memoria que aquella que los nacionalistas, de uno y otro lado, se inventan. Desde Juventudes Socialistas de Barakaldo exigimos, por todo ello, a la alcaldesa Amaia del Campo una rectificación y una disculpa pública, pues defender los valores republicanos y su memoria son también defender nuestra democracia. No perdamos eso tampoco.