La jornada, en pleno verano y mes de vacaciones, ha registrado una participación que parecía que iba a ser muy inferior a ocasiones previas. A las 18.00 horas había 10 puntos porcentuales menos que hace cuatro años, pero finalmente —probablemente gracias al voto por correo—, han asistido el 65,31% de los ciudadanos con derecho a acudir a las urnas, lo que representa una caída de sólo 2,22 puntos.
El porcentaje de voto útil supone que el PSE se recupera del desplome que supuso el nacimiento de Podemos, formación que fue vencedora en Barakaldo en las generales de 2015 y 2016. Aunque en 2019, incluida la repetición electoral, los socialistas ya volvieron a ser la primera fuerza, es ahora cuando el partido de Sánchez vuelve a niveles por encima del 30% de los sufragios válidos.
Por el contrario, Sumar, como heredera de Unidas-Podemos, retrocede a apenas el 13%, frente al 20% de 2019 o el casi 36% que alcanzó en 2016, cuando desbancó a los socialistas, que desde la muerte del dictador siempre habían ganado en las elecciones generales en Barakaldo. La coalición de izquierdas con Yolanda Díaz al frente queda por debajo de EH Bildu.
La formación independentista, como ya ocurrió en las municipales de mayo pasado, ofrece un fuerte crecimiento, del 50% en votos y cinco puntos esta vez, lo que le eleva a la tercera posición. Aun así, está a distancia del PNV, que es, junto a Sumar, el gran perjudicado de la jornada, con una pérdida del 32% de los sufragios y siete puntos porcentuales. Se quedan así los analistas por debajo del 20%, cuando en la última elección llegó al 26%.
El Partido Popular crece aunque moderadamente. Sus 5.600 votos, un 20% más que en las últimas generales, le permite llegar al 11%. Por el contrario, Vox se queda prácticamente igual, con apenas un 3% del voto útil y 1.600 sufragios.
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