Los sindicatos convocantes de las protestas SATSE, ELA, LAB, SME, CCOO y UGT han denunciado que la dirección de Osakidetza desprecia a la plantilla y el dialogo con sus representantes y opta desde hace meses e incluso años por la imposición sistemática. “La Mesa Sectorial sigue totalmente bloqueada. Osakidetza no tiene capacidad de decisión y el Departamento de Salud no han atendido ni una sola de las reivindicaciones de la parte social”, denuncian.
Durante las concentraciones han criticado los retrasos en la resolución de las Ofertas de Empleo Público, la falta de transparencia, una lamentable gestión de las listas de contratación o la apuesta por la privatización.
Las centrales han anunciado que estas concentraciones son la antesala de lo que se vivirá este sábado 25 de febrero en las tres capitales vascas. Tres manifestaciones que partirán a las 12.00 horas del mediodía desde el Sagrado Corazón, la plaza de la Virgen Blanca y el Boulevard. “Hacemos un llamamiento a la plantilla, a la ciudadanía y a los movimientos sociales a movilizarse para defender la sanidad de todas y todos”, anuncian.
“La asistencia sanitaria, que se ofrece a la ciudadanía, es cada vez menos accesible y de peor calidad”. Desde las centrales denuncian la sobrecarga de la atención primaria con una importante demora, además del cierre o la restricción de horarios de los Puntos de Atención Continuada (PAC). “Esto obliga a las y los pacientes a hacer mayores desplazamientos y coloca a colectivos vulnerables en una situación delicada”.
Por otro lado, los sindicatos explican que “la espera media en las Urgencias hospitalarias es de cinco horas y de hasta dos días para ingresar en planta; el número de pacientes en espera para una consulta externa se ha multiplicado por seis, el de aquellas personas en espera de una prueba diagnóstica se ha duplicado y las listas de espera quirúrgicas han aumentado un 36%”.
Para las centrales sindicales, el Departamento de Salud sigue apostando por el desmantelamiento de nuestra sanidad pública, con un presupuesto para el ejercicio 2023, veinte millones de euros inferior al de 2022. “Parece que, a ojos del Gobierno Vasco, este año 2023, las necesidades son menores que el año pasado”, critican
“Todo esto ocurre mientras que las y los profesionales nos enfrentamos todos los días a la precariedad laboral, con unas tasas de temporalidad que superan el 50%, una sobrecarga sistemática de trabajo; escasez de plantilla; falta de sustituciones o el recorte en condiciones laborales”, concluyen.