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Opinión / Elkarrekin Barakaldo / Día Mundial del Medio Ambiente. Se nos acaba el tiempo

Artículo. Hoy sábado 5 de junio se celebra el día del medio ambiente, y seguramente tengamos algún acto o declaración bien intencionada por parte del equipo de gobierno de Barakaldo. Pero lo cierto es que la sostenibilidad y los deberes en la lucha contra el cambio climático son la última de las prioridades en este municipio. Y es que nos hemos acostumbrado a tener que mover a este ayuntamiento a empujones desde la oposición y los colectivos ecologistas, y no sólo se nos agota la paciencia, sino que se nos acaba el tiempo.

Son innumerables (e inaplazables) las tareas que tenemos que abordar desde la institución, y que en el mejor de los casos, marchan al ralentí. El plan de movilidad está en estudio previo; la ordenanza de protección de animales, que en la pasada legislatura estaba casi finalizada, sigue en el congelador; del plan 2030 poco se sabe; no hay una estrategia seria de reciclaje para cumplir los objetivos marcados por la UE; la eficiencia energética de los edificios municipales brilla por su ausencia; sigue saliendo más barato tirar la mierda en el monte que cumplir la ley; el camino de la Orconera es un vertedero; el acuerdo para proteger Sasiburu y el Regato en un cajón... Pero claro, es que el presupuesto para el área de sostenibilidad es de los más bajos del ayuntamiento, aunque después se pretenda parchear con remanentes anteriores.

En lo que llevamos de legislatura, en dos años, las comisiones y “reuniones” del área se pueden contar con la mitad de los dedos de una mano. Tenemos urgencias globales e incertidumbres locales, y el ayuntamiento no puede continuar escondiéndose de sus responsabilidades medioambientales, o esperando a que los agentes sociales hagan el trabajo. Sirva de ejemplo la ordenanza de arbolado urbano, lanzada por Eguzki y trabajada durante largo tiempo, que está ahora en exposición pública antes de su debate. O la plantación de árboles en Gorostiza, resultado final de la lucha de Ekologistak Martxan ante el derribo de la secuoya de San Eloy.

Pero el tiempo sigue pasando, y el ayuntamiento tiene responsabilidades globales, como su agenda 2030 aún por definir, y acuciantes urgencias locales, como la movilidad sostenible, la eficiencia energética o el reciclaje... por no hablar del tenebroso silencio que acecha sobre el trazado de la variante sur ferroviaria, el posible nuevo vertedero del Argalario, o la nula perspectiva medioambiental urbanística imperante en nuestra ciudad. Lo que está claro es que la alarma ya ha sonado, ¿cómo de tarde llegaremos? o sencillamente ¿llegaremos?



Eder Álvarez
Concejal de Elkarrekin Barakaldo