El lunes, ocho de febrero, Biocruces Bizkaia inició el Ensayo Clínico Internacional que probará la efectividad y seguridad de la vacuna contra el COVID-19, promovida por la Farmacéutica alemana CureVac.
La vacuna será probada en Biocruces Bizkaia, Biodonostia y otro centro de la Comunidad de Madrid; a nivel europeo participan Holanda, Bélgica y Alemania; por lo tanto, un hito que Euskadi esté presente en un ensayo clínico con el rigor y la relevancia que tiene este proceso.
El ensayo requiere dos dosis administradas con 29 días de margen. Los pacientes voluntarios acuden a una primera visita en la cual se verifica que pueden participar en el ensayo y, una vez verificado, se les aleatoriza y se les pone la medicación que les corresponda (los participantes voluntarios serán distribuidos de forma aleatoria, en el grupo que recibe la vacuna o en un grupo control que recibe un placebo, es decir, un compuesto [suero salino] que no tiene ningún efecto. Ni el participante ni los profesionales encargados de la recogida de datos y el seguimiento conocerán el grupo al que pertenece cada sujeto). Después de la segunda dosis hay una serie de visitas durante 13 meses, de forma que tienen que acudir a siete visitas al Instituto para hacer el control y seguimiento.
Eunate Arana, Coordinadora científica de proyectos del Instituto e Investigadora principal del Estudio CureVac, explicó que la vacuna está en la última fase de la investigación y los resultados son muy satisfactorios.
En Biocruces Bizkaia se incluirán en el ensayo 50 voluntarios al día, durante un mes seguido, con la previsión de mil voluntarios.
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Este texto es un comunicado de la organización sanitaria integrada Enkarterri Cruces de Osakidetza