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Herriko Plaza acoge la concentracion semanal de la Plataforma de Pensionistas de Barakaldo

Comunicado Un día más la Plataforma de Pensionistas de Barakaldo ha realizado la concentración semanal en la Herriko Plaza por la Defensa del Sistema Público de Pensiones y por unas pensiones dignas para todas y todos. Esta plataforma de pensionistas que nació en la Herriko Plaza de Barakaldo el 15 de enero de 2018 mantiene su autonomía e independencia respecto a cualquier asociación, partido y/o sindicato que intente o desee controlar y/o manipular nuestras convocatorias o actuaciones. 

Nuestra relación con plataformas de pensionistas de Euskadi y del resto del Estado con las mismas características y objetivos que la nuestra, es el vínculo que nos une en esta lucha. 

Adjuntamos comunicado hecho público hoy en la Herriko Plaza y fotografías de la concentración. Hemos anunciado tambien en la Herriko Plaza, que a la misma hora de nuestra concentración en Barakaldo se estaban concentrando ante el Congreso de los Diputados, cientos de compañeras y compañeros de las plataformas de Madrid protestando por las recomendaciones del Pacto de Toledo.


INDIGNACIÓN PENSIONISTA

La reciente aprobación en el Congreso por amplia mayoría de las recomendaciones del Pacto de Toledo está produciendo diversas reacciones, la mayoría de los políticos lo consideran un paso positivo, algunos lo consideran insuficiente y hay quienes se han manifestado abiertamente en contra, aunque la mayoría de estos últimos finalmente se han decidido por la abstención. De cualquier manera, las recomendaciones aprobadas serán la base de la Reforma de la Seguridad Social, en materia de pensiones, que deberán negociar gobierno, patronal y sindicatos mayoritarios.

¿Y que pasa con los y las pensionistas? En el movimiento de pensionistas, las consecuencias inmediatas para nuestras vidas, se verán determinadas por esa nueva ley, y observamos con preocupación que muchas de las recomendaciones que contempla el Acuerdo del Pacto son regresivas.

La subida anual de la pensión conforme al IPC, afecta a nuestras vidas. El incremento de la pensión mínima afecta a varios millones de pensionistas, especialmente a las mujeres. El retraso de la edad de jubilación, así como las demás determinaciones sobre las que se calculan las pensiones afectan al futuro inmediato de muchos trabajadores y trabajadoras que están a punto de jubilarse y de cuyo cálculo va a depender el que tengan una pensión digna y suficiente.

Todo ello viene condicionado por números y por quienes se sienten en un futuro a negociar la Reforma del Sistema, y por aquello que dicen de qué “lo importante es llegar a un acuerdo”, podrán jugar con los números, año arriba, año abajo, tanto por ciento arriba, tanto por ciento abajo, y al final diciendo que lo “importante es el todo”, nos ofrecerán un acuerdo global, cuyo contenido afectará de manera desigual a todos los implicados (jubilados, pensionistas, viudas, huérfanos, mujeres…).

Sin embargo, hay un fondo en toda esta cuestión, hay un elemento que es el que provoca todo el debate sobre la viabilidad del Sistema Público de Pensiones. Es un elemento que se traduce en déficit o superávit, osea en definitiva en números.

Las recomendaciones hablan de la separación de fuentes de financiación: las pensiones contributivas se financiaran con las cotizaciones de los trabajadores y las no contributivas con los impuestos. Esta afirmación, presente ya en las recomendaciones de la primera Comisión del Pacto de Toledo y qué se mantiene en el actual Acuerdo, tiene su historia. El Pleno del Congreso de los Diputados, en su sesión del día 6 de abril de 1995, aprobó sin modificaciones, un texto de la Comisión de Presupuestos sobre la base del Informe emitido por una Ponencia.

La Ponencia recomendaba al Gobierno “que se adoptaran las medidas necesarias para profundizar progresivamente en la dirección de la separación de las fuentes de financiación según la naturaleza de la protección iniciada a partir de 1989…”

Todos sabemos lo que ha venido después: congelación de las pensiones, vaciado de la llamada “hucha de las pensiones”, pagos de gastos impropios, préstamos (que no aportaciones o transferencias…) a la Seguridad Social , la cual que tendrá que devolver con intereses todo ello , con lo que su deuda no dejará de crecer…

Aquél acuerdo proponía que se creara una Ponencia que estudiara el presente y futuro del sistema de Seguridad Social como garantía de continuidad del mismo, pero dejando claro por encima de todo que el objetivo real era y es “evitar mayores déficits públicos en el Presupuesto del Estado”. A partir de entonces, los pensionistas hemos vivido pendientes cada año de si había dinero o no para el pago de nuestras pensiones, como si los pensionistas no tuviéramos déficit, como si no fuésemos parte del Estado.

El Estado financia o subvenciona la Sanidad, la Educación, la Monarquía, el Ejército, los jueces, la policía, la Iglesia… todos ellos son deficitarios porque solo producen gastos, no producen ingresos… y todos se financian con los impuestos que pagamos todos, también los pensionistas. La pregunta inmediata es ¿por qué este trato distinto? . La separación de fuentes de financiación del Sistema de Pensiones deja a los pensionistas cada año en vilo (¿habrá o no dinero?), y a los trabajadores y trabajadoras que se van a jubilar y a todos en general con la incertidumbre sobre el futuro.

No es una cuestión de números, de que unos gastos sean mayores o menores, más o menos fáciles de asumir, es una cuestión de principios o mejor dicho de falta de principios, es una injusta discriminación, es una cuestión de poder, es un abuso, es una cuestión de clases. Y por ello los pensionistas y los trabajadores en general deberíamos estar indignados, estamos indignados, somos la mayoría de la población, pero somos tratados como ciudadanos de segunda o tercera categoría y no decidimos sobre lo que directamente nos afecta. Tenemos que estar indignados porque nadie, ni en el Gobierno, ni en la oposición, ha puesto el grito en el cielo ante tal injusticia, ante tal discriminación, como si fuera algo natural y lógico.

Los pensionistas no podemos dejar de estar indignados. Y nuestra indignación es profunda, no es caprichosa, puede que sea silenciosa, pero es real. Es inconformista. Nuestro anhelo es extender la conciencia de esta injusticia a todos los trabajadores y trabajadoras, para que se sumen a nuestra indignación, y se pongan en marcha con nosotros y para que denuncien exigiendo reformas que de verdad aseguren su futuro, el futuro del Sistema Público de Pensiones… GOBIERNE QUIEN GOBIERNE.

Barakaldo a 2 de diciembre de 2020.

PLATAFORMA DE PENSIONISTAS DE BARAKALDO