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Opinión | EH Bildu | Respecto al cierre de centros de mayores

Por María Solar. Me quiero dirigir al colectivo de personas mayores para hacerles llegar cuál es nuestra postura respecto a la decisión de que ha tomado el ayuntamiento de Barakaldo de no abrir hasta septiembre los centros sociales de personas mayores.

Por demografía, Barakaldo cuenta con un grupo muy elevado de personas mayores, lo que plantea diferentes retos que enfrentar como pueblo. La crisis de la Covid-19 ha puesto más el foco sobre esta realidad y ha dejado en evidencia las carencias que como municipio tenemos para ese colectivo. Previo a esta crisis, en Barakaldo ya sabíamos que las personas mayores formabais parte de un grupo de especial atención, tanto por el alto índice en número como por la intensidad de las necesidades que vienen asociadas a este grupo de edad.

Y mientras desde las instituciones se retoma la actividad normalizada, los y las responsables de los centros de personas jubiladas y pensionistas fueron informados hace unos días de la decisión de que éstos no abrirán hasta septiembre, “por motivos de seguridad”. Parece que hay que recordar a los responsables políticos que los centros de personas jubiladas y pensionistas son espacios sociales que promueven la salud y las relaciones sociales entre las personas usuarias, de ahí su importancia en nuestra sociedad. En este sentido, son muy importantes los servicios que se ofrecen en estos locales: podología, peluquería, cafetería, masajes y estética, así como otras muchas actividades como los talleres de memoria, pilates, gimnasia, corales, bingos, tertulias, etc… En resumen, actividades que son indispensables para el bienestar de nuestras personas mayores, y que cubren muchas necesidades: detección de problemas de soledad, salud, apoyo cognitivo, dinamización sociocultural, entre otras.
Además del perjuicio económico que supone el cierre de servicios esenciales como la peluquería, el servicio de podología o comida, estos cierres acarrean aumentar las situaciones de soledad que se pueden dar en nuestros y nuestras mayores al permanecer durante un periodo de tiempo tan largo cerrados sus centros de referencia. Parece ser que los que nos gobiernan no han entendido la diferencia entre el distanciamiento físico, que es lo que recomiendan las autoridades sanitarias, y el distanciamiento social. Entendemos y compartimos vuestro enfado a raíz de conocer la decisión unilateral, no contrastada ni participada, de cerrar vuestros centros sociales de referencia
Desde EH Bildu Barakaldo creemos que como ayuntamiento, la institución más cercana a la ciudadanía, debemos asumir decisiones en pro del bienestar de esta. Sin embargo estamos viendo, que lejos de asumir responsabilidades y facilitar a estos centros y a su personal de trabajo las medidas sanitarias necesarias para que éstos desarrollen su actividad cumpliendo con su objetivo, este ayuntamiento y sus responsables políticos han optado por rehuir de su responsabilidad cerrando estos centros, sin ni siquiera hacer un trabajo de escucha de las personas afectadas.

En EH Bildu, creemos que tanto personal político y asesor a sueldo, deberían valer para estrujarse la cabeza y repensar el pueblo, sus zonas de esparcimiento, su movilidad y su ocio dentro del condicionamiento de la realidad que nos va a tocar vivir en esto que han llamado “nueva normalidad”. Y en relación a los centro sociales de personas mayores, creemos que existen alternativas mejores a la decisión salomónica del cierre de los mismos:

Se podrían reabrir los servicios de peluquería y podología con cita previa; readaptar los espacios de aforo permitido y del uso de las mesas (adecuando la distancia entre ellas, limitando el número de personas por mesa); posibilitar geles en todas las estancias; tomar la temperatura al entrar; adecuar la cartelería informativa para una fácil comprensión de las nuevas normas de funcionamiento; o activar planes especiales de empleo para personas en paro que ayuden en la desinfección, limpieza y cumplimiento de las nueva normas de funcionamiento. Medidas que tarde o temprano pasarán a formar parte de lo cotidiano en estos centros.

Es decir, activar acciones desde lo municipal que pongan a personas en el centro de las políticas públicas, en vez de rehuir el problema, lavarse las manos y así quitarse de encima responsabilidades ante un posible rebrote.