por Ainhoa Iraizábal, María Luisa Seco, Juan Carlos Becerra y Mariví Freire
"Llevamos 20 años invitando a las familias de Barakaldo a una actitud digna ante trabajadoras sociales, funcionarios de Lanbide y políticos de turno, dejando claro que los derechos no se regalan, se reivindican" |
En la Oficina Alternativa de Información sobre los Derechos Sociales levantamos por primera vez la persiana el lunes 17 de noviembre del año 1997, con la idea de ser un punto de referencia y encuentro para aquellas personas y familias en situación de paro, pobreza y precariedad.
Este punto de información, encuentro y denuncia surgió en un contexto muy determinado, en una situación de crisis socio-económica a nivel internacional, que en la Margen Izquierda adquirió sus propias características: en concreto, coincidiendo con las consecuencias finales del desmantelamiento industrial y el cierre definitivo de Altos Hornos de Vizcaya, industria que había conformado la propia identidad de la localidad.
La realidad del municipio, la de miles de personas que sufríamos en nuestras propias carnes las colas del paro, los trabajos precarios o las situaciones de exclusión: donde era —y es— una odisea acceder a unos recursos básicos en los servicios sociales o a los subsidios por desempleo del antiguo Inem. Muchas de nosotras nos reconocimos en ese laberinto de burocracia, recortes y malas prácticas en el acceso a unas mínimas prestaciones para poder subsistir.
Hay que tener en cuenta que éramos y somos personas con inequívocas inquietudes sociales y políticas que participábamos en diferentes movimientos alternativos. Pero como a tantas otras familias de la Margen Izquierda, nos costaba reconocernos de forma pública en esta situación de vulnerabilidad social: era un estigma reconocernos y definirnos como personas pobres y precarias.
En nuestro recorrido por los servicios sociales o las oficinas del Inem, la vulneración de derechos con informaciones y atención diferente según oficinas o personas funcionarias, suponía convertir casi en rango de ley la desinformación, la ocultación de datos o los requisitos de acceso.
En la telaraña de desinformación, redes clientelares o falta de acceso a una información fidedigna sobre la gestión de las prestaciones contra el paro y la pobreza, surgió la propuesta de impulsar una oficina alternativa que proporcionase información neutra a las personas solicitantes de las prestaciones: naturaleza de las ayudas, cuantías, requisitos, documentación o dónde dirigirse.
Tras una activa campaña de propaganda, la oficina de información se abrió el 17 de noviembre de 1997. Lleva funcionando 20 años, todos los lunes laborables por la mañana. En este tiempo se han dirigido a este punto de información más de 10.000 personas: a día de hoy, 10.656 familias.
Una parte importante de las consultas están relacionadas con solitud de información sobre las diferentes prestaciones sociales. Otra parte importante gira sobre las “malas prácticas” habituales en los servicios sociales o, en la actualidad, en Lanbide, antes en el Departamento de Acción de la Diputación Foral de Bizkaia. Consultas todas ellas relacionadas con los incumplimientos a la normativa que rige el mismo acceso a las prestaciones sociales.
En este punto de información, además de asesorar, se pone a disposición de las personas y familias por si consideran oportuno hacer una denuncia pública, ya que, hasta la fecha, hemos constado que la sensibilidad que habitualmente le falta a quien decide si se accede o no a unos mínimos recursos para subsistir, le llega en cuanto ve gente dispuesta a llegar a donde haga falta en la reivindicación de lo que por derecho corresponde.
Además, a través de este espacio de lucha, combatimos la tentación de responsabilizar a otras personas que viven las mismas situaciones de recortes y necesidad que nosotras. Los responsables políticos son quienes legislan presupuestos que no permiten cubrir todas las demandas y necesidades de las familias, siendo los últimos y únicos culpables de esta situación.
En estos 20 años, hemos comprobado que el sistema vasco de prestaciones sociales deja en la estacada a miles de personas y los servicios públicos degradan la autoestima de las personas y familias usuarias de los mismos. Provocan injustificados sentimientos de culpa. Lo que eran certezas morales sobre el desamparo en que las personas quedan ante las arbitrariedades de la Administración se confirman plenamente cada lunes.
Por ello, llevamos 20 años invitando a las familias de Barakaldo a una actitud digna ante trabajadoras sociales, funcionarios de Lanbide y políticos de turno, dejando claro que los derechos no se regalan, se reivindican. La Administración —por muchas medallas que se cuelgue— no nos hace ningún favor: los derechos se ejercitan y, a la par, se conquistan.
En definitiva, para un colectivo como Berri-Otxoak que lucha contra la exclusión y por los derechos sociales. El punto de información sobre prestaciones es un instrumento que nos permite visualizar y conocer de forma certera la realidad social de nuestra localidad y crear una dinámica de denuncia pública y autoorganización de las familias afectadas por las políticas de recortes y empobrecimiento generalizado, además de constatar que el problema de la pobreza y la precariedad no es un problema personal e individual sino un problema social.