Fotos: Yeray Arenas
Orlando Sáiz Izarra demuestra que tiene profundamente interiorizada la máxima de que cada uno es esclavo de sus palabras y dueño de sus silencios. El presidente del
Barakaldo Club de Fútbol parece medir cada palabra cuando contesta a esta entrevista y, como se le suele ver en Lasesarre, su pulso no se altera, al menos en apariencia, con nada. Licenciado en Ciencias de la Información y Publicidad, y consultor y formador en creación y consolidación de empresas, alcanzó la máxima responsabilidad del club el 5 de mayo de 2015. Año y medio después, le toca encabezar las celebraciones por el primer centenario de la entidad deportiva. Ni siquiera en estas circunstancias echa las campanas al vuelo. Repite una y otra vez, como una muletilla, “paso a paso”, aunque da por hecho que el club llegará a Segunda A. “No sé cuándo, pero lo vamos a conseguir”
Pregunta. ¿Cuál es su primer recuerdo de su relación con el Barakaldo Club de Fútbol?
Respuesta. De niño, entrar en el viejo Lasesarre, el barro del terreno de juego, el ruido de la tribuna y la lluvia.
P. ¿Siempre ha sido futbolero?
R. Sí. De chaval iba a la mañana a la ciudad deportiva a ver a la Unión de San Vicente y a la tarde a Lasesarre.
P. ¿Qué le llevó a optar a la presidencia del club?
R. Contar con un equipo que estaba tan ilusionado como yo y la decisión dar un paso adelante. No puedes estar siempre en la grada diciendo cosas que tú propondrías. Al final, te decides a dar el paso y a proponer y a exponerte públicamente.
P. En este tiempo, ¿qué ha sido lo más gratificante de ser presidente del Barakaldo CF?
R. Socialmente, ver que poquito a poco el club está creciendo en el pueblo. Se ven cada día más camisetas, más niños, más ilusión. Deportivamente, los dieciseisavos de final de Copa con el Valencia, en la campaña anterior. Y luego internamente, ver que el club paso a paso está creciendo en infraestructura.
P. ¿Y qué ha empañado la sensación positiva de este periodo?
R. Nada. Al final en estas cosas hay cosas dulces y menos dulces, pero nada lo empaña porque todas las mañanas hay que levantase para trabajar por el club y lo que haya pasado pasado está.
P. ¿Está satisfecho por cómo expresa el pueblo y la afición su respaldo hacia el club?
R. Sí. El club es de los socios y de las socias y son todos ellos los que nos apoyan y proponen iniciativa constructivas y hay que estar contentos de que la gente participe y el pueblo también. En la medida en la que el club da, el pueblo responde a la perfección.
P. ¿Le gustaría más apoyo?
R. Siempre más, pero sin tener que acusar ni criticar a nadie. Nosotros tenemos que trabajar e ilusionar al pueblo y lo vamos a hacer.
P. ¿En que estado llega el Barakaldo Club de Fútbol a los 100 años?
R. En un estado óptimo. Después de 100 años, se ha demostrado que era un club necesario para el pueblo, que 100 años después seguimos siendo necesarios. Si los que fundaron el Barakaldo nos vieran a todos los que formamos la masa social y al pueblo, yo creo que estarían orgullosos del estado en el que estamos.
P. ¿Se tiene que conformar con ser un club de Segunda B o tiene aspirar a más?
R. Somos un club humilde, sabemos que sólo con el nombre, sólo sabiendo que somos centenarios y sólo con la camiseta no lo vamos a conseguir, pero no renunciamos a nada. Somos un club ambicioso y cualquier reto que nos podamos plantear, trabajaremos para lograrlo.
P. ¿Hay opciones reales de llegar a Segunda A?
R. Sí, pero sin angustia. No tiene que ser todo para mañana, hay que ir trabajando y dando pasitos y poco a poco. No sé cuándo, pero lo vamos a conseguir.
P. ¿Y la Primera División?
R. Pasito a pasito. Antes de correr hay que andar. De momento, vamos andar, a ver si lo hacemos muy bien en Segunda B, y cuando corresponda, afianzarnos en Segunda A.
P. Eibar tiene 35.000 habitantes y Barakaldo 100.000. ¿Qué hace que el Eibar pueda estar en Primera?
R. Hace ya seguramente dos décadas comenzaron a trabajar dando pasitos y cuando pegaron el salto a Segunda A, aunque volvieron a bajar, se afianzaron. Luego una gran campaña les llevó a Primera y a partir de ahí, como es un club humilde pero ambicioso, lo que ha hecho es consolidarse por lo menos un año más en Primera.
P. En los últimos dos años ha habido muchos movimientos en plantilla. ¿Afecta al equipo?
R. Eso es un característica habitual en los clubes humildes y modestos como el nuestro. Cuando se hacen grandes campañas, los jugadores se revalorizan y tienen novias en muchos sitios y se hace muy difícil retenerlos, con lo que tenemos que volver a contratar nuevos futbolistas. No es que nos conformemos, pero es nuestro destino en este mundo del fútbol ahora dominado por el dinero.
P. ¿Hay que trabajar más con la cantera?
R. Estamos trabajando desde el año pasado para poner las bases que nos permitan ir creciendo y que en los próximos años tengamos algún jugador de la cantera que pueda debutar y jugar y afianzarse en el primer equipo. No es fácil, pero poco a poco estamos trabajando en ello.
P. ¿Cómo valora la asistencia de aficionados a Lasesarre?
R. El año pasado ya trabajamos en ello con diferentes medidas, y logramos meter hasta seis mil y pico personas en algún partido. Depende de la trayectoria deportiva. Si el equipo va bien, el pueblo es uno más. Poco a poco iremos llevando a más gente a Lasesarre y yo creo que vamos a conseguir algún día verlo lleno.
P. ¿Es necesario que las gradas estén más llenas?
R. Siempre. Es un campo cómodo, visualmente espectacular, en el que se ve y se oye el fútbol y el pueblo tiene que responder. Además, es en estos tiempos en los que se necesita más que nunca la masa social, el pueblo para llenarlo, porque no somos grandes inversores para hacer grandes ofertas de precios. O lo llenamos con el pueblo o no lo vamos a llenar.
P. ¿Hay que reflexionar sobre conversión del club en sociedad anónima deportiva o que sobre un inversor que lo compre?
R. Que un inversor pueda comprar el club es absolutamente inviable. El club es de los socios y de las socias. En nuestro y seguirá siendo nuestro. Es la característica distintiva de nuestro club y lo que nos hace serios y profesionales.
P. ¿Y la conversión en sociedad anónima?
R. Ojalá. Eso significaría que hemos subido a Segunda A y que nos obliga a hacerlo. Sería un buen síntoma.
P. ¿Para ello haría falta que se implicara el tejido económico de Barakaldo?
R. Todavía es prematuro. No hemos planteado ese debate. Implicar en el club a todos los sectores del pueblo es algo en lo que estamos, y que nos gustaría, pero no es fácil porque no somos un club especialmente atractivo, aunque poco a poco estamos consiguiendo que cada día más comercios y empresas se acerquen a Lasesarre.
P. ¿Cuál es el compromiso que debe asumir el conjunto del club de cara a este centenario?
R. Todos, empezando por el presidente hasta el socio más reciente, tenemos que honrar a los que durante 100 años nos han traído hasta aquí, que han trabajado duramente: unos en el campo, otros en el banquillos, otros en los despachos y los socios en la grada. Con honrar lo que nos ha traído hasta aquí que es el trabajo, el sacrificio, el esfuerzo, el crecerse ante las adversidades, yo creo que los próximos 100 años están garantizados.
P. ¿Cuál es su deseo para el futuro del Barakaldo CF?
R. Seguir afianzándonos, trabajando todos unidos. Sobre todo que haya unidad en el trabajo y que cuando lleguen las adversidades sigamos unidos, trabajando por el club, y en cuanto podamos, darle una alegría a los socios, al club y al pueblo. Sería algo importantísimo.
P. ¿Va a seguir en la presidencia del club?
R. Hasta que se acabe el mandato en mayo de 2019, sí. Luego, es muy pronto todavía para pensarlo. Estamos más preocupados por el día a día que ocupados en saber qué va a pasar después de mayo de 2019.