Tras permanecer casi 13 años en Adolfo Domínguez, como gestora de producto de mujer en la zona norte, decidió dejarlo y estudiar modistería. El máster de diseño de moda en la Facultad de Bellas Artes no se puso en marcha a tiempo y tomó la decisión de realizar los estudios en un taller en Bilbao, durante dos años. Al finalizar, ee nuevo se planteaban había que tomar una decisión: trabajar para otros o poner en marcha un proyecto propio. Y optó por esta última posibilidad. "Sentía que lo quería hacer".
Con el asesoramiento de la agencia de desarrollo local Inguralde y con la ayuda a emprendedores de la Diputación, el taller Ainhoa Ayala es ya una realidad. Su escaparate hace esquina y mira a la plaza Auzolan al tiempo que marca el comienzo de la añorada calle comercial Portu, una ubicación que ya le generado muestras de apoyo.
Ayala, que sigue formándose, se muestra satisfecha por la acogida y por las palabras de aliento por su valentía al poner en marcha este taller. Los cuatro meses en funcionamiento le han servido para darse a conocer y también para planificar. En 2016 tiene pensado realizar su primera campaña para bodas, bautizos y comuniones. Además, ya prepara sus primeras colecciones y prevé desarrollar una línea de 'upcycling', para dar nuevo uso al fondo de armario.
La modista, que se ha sumado rápidamente a las redes sociales y que prepara su página web, ha apostado por la colaboración con otros negocios locales, como la cercana peluquería de Pedro Montero o la sombrerería de Ane de Cocó.
La diseñadora atiende con cita previa, para tener tiempo para escuchar ideas, conocer su si vestido para un evento de día o de noche, y elegir tejidos y colores, así como el diseño: escote, hechura, largo o mangas. Con el patrón, se realiza la prueba, se rectifica, se somete a una segunda prueba y se cose. El tiempo de realización se ajusta a las necesidades de la clienta, aunque a Ayala, que realiza personalmente todo el proceso de elaboración de la prenda, de principio a fin, le gusta trabajar con tiempo, con mes y medio de antelación. Se reconoce "muy perfeccionista" y disfruta lo que hace. "Creo en el trabajo", dice.