La excusa ha sido un campamento artístico en el que los asistentes han puesto en práctica sus habilidades y capacidades para la pintura, fotografía, teatro y circo. En grupos mixtos para que fuera posible el contacto de los diferentes países, los barakaldeses han notado el elevado nivel de inglés del resto de participantes, han comprobado que pueden vivir sin teléfono ni internet y se han sorprendido por el 'enganche' de los británicos a la música de sus móviles.
Salieron de Rontegi con el compromiso de la participación y la tolerancia, y han regresado satisfechos por la interacción alcanzada. Y ello a pesar de los diferentes caracteres y costumbres de los acampados. Así, han percibido que polacos y alemanes son reservados, han descubierto el grupo multiétnico británico, y han sufrido las comidas a mediodía y cenas de media tarde, los menús poco sabrosos o la ausencia de las sobremesas para el diálogo en la mesa.La limpieza, el silencio o que la gente habla bajo también han llamado la atención del grupo, así como la formalidad en el vestir de algunas compañeras, el machismo en las comitivas británica y polaca, o el pudor de esta última y de los germanos. La multiculturalidad ha permitido que la delegación barakaldesa haya convivido con personas que practicaban el ramadán o ayudo islámico, que haya percibido que el contacto físico de besos y abrazos es tan habitual, y que se haya sorprendido al encontrar colectivos en Europa que rechazan frontalmente la homosexualidad o defienden la poligamia.
En definitiva, una experiencia única que la decena de jóvenes del club de tiempo libre Ainara quiere volver a experimentar lo antes posible. De hecho, la asociación ya trabaja en la posible llegada a Euskadi de grupos de otros países, siguiendo el modelo de este eurocampamento.
