por María José Cantalapiedra
La vuelta al cole, cada año en septiembre, es el camino de ida de todas las familias hacia la expectativa de que sus retoños hagan una carrera profesional que les proporcione una vida interesante (término difuso) o cuando menos apacible. En la escuela empieza todo, porque el éxito o fracaso escolar se asocia indisolublemente con el éxito o fracaso vital. Y éste, a su vez, se mide con la movilidad desde una clase social con menos recursos económicos y/o culturales a otra con más.
Con independencia de que las mediciones sean correctas –un tema importante–, lo cierto es que esa movilidad social se consigue básicamente a través de la escuela (también a través de la lotería o el matrimonio, pero son puertas de acceso minoritarias). Y lo cierto es también que sólo una escuela pública de calidad garantiza el principio de igualdad de oportunidades. Tal vez por eso, en la excepcional película '
Amanece que no es poco', en la que se relata la vida de un pueblo donde sus gentes disfrutan de una cultura increíble, sólo hay una escuela, la misma para todos los niños, de forma que sus habitantes al completo, desde el agricultor hasta el guardia civil “sienten verdadera
devoción por Faulkner”.
En enero de 2012 Barakaldo Digital publicaba una noticia relativa al
número de universitarios con que cuenta el municipio, a cuatro puntos porcentuales de la media vasca.
El día 20 de agosto de este año otra noticia recoge que “
los nacimientos en Barakaldo han registrado en 2013 el descenso interanual más pronunciado de las dos últimas décadas”. Y el día 24 de agosto, otra noticia da a conocer que “
las bodas han registrado en el último año un descenso abrupto que ha situado el número de nuevos matrimonios en el nivel más bajo al menos en las últimas cuatro décadas”.
La pregunta es: ¿hay relación entre las noticias? ¿cuál es la causa del descenso de los matrimonios y de la natalidad en nuestra anteiglesia? Podría deberse a un cuestionamiento libre de la juventud barakaldesa de la estructura familiar tradicional.
Sin embargo, podría deberse también a su dificultad para conseguir trabajo, una heroicidad que tiene mucho que ver con la formación adquirida, esto es, con ese trayecto académico que nunca debería guardar relación con la capacidad económica de los padres sino con la capacidad intelectual de los hijos.