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Sin Fronteras | David Olivares, en Londres contando los días sin sol


por Adela Estévez Campos

David Olivares Navarro (1985), periodista barakaldés, se fue a Londres hace dos años con un contrato de una productora como comentarista de fútbol y tenis para casas de apuestas. Instalado en la capital inglesa, añora amigos, familia y comida, y aunque la ciudad le parece un referente deportivo, musical, artístico y turístico mundial, se escapa en cuanto puede a la anteiglesia o a otras ciudades españolas en busca del sol y de la alegría que se respira en las calles de aquí y que no encuentra en Inglaterra. Estudiante de Salesianos hasta los 17 años, recuerda de su infancia un Barakaldo industrial de campos de fútbol de arena, donde las tiendas de chuches todavía no eran “chinos” y a Bilbao se iba en tren. Aconseja a los jóvenes barakaldeses pasar un tiempo viviendo en un país extranjero como fórmula infalible para abrir la mente y para librarse de prejuicios y, por supuesto, como posible solución ante la falta de empleo. Subraya la importancia de aprender idiomas.

Pregunta. ¿Qué tal la experiencia de estudiar en Salesianos?
Respuesta. Salí contento. Jugaba mucho al fútbol. Ahora los chavales ya no se quedan tanto a jugar en los patios del colegio y el profesorado ha cambiado mucho. Ya casi no conozco a ninguno de los curas y del resto de profesores que dan clase en estos momentos. Pero entonces había una relación muy estrecha entre todos los miembros de Salesianos. Además, mi hermana y mis primos han estudiado o estudian allí.

P. ¿Cómo fue su adolescencia en la anteiglesia?
R. Viví el cambio de una ciudad industrial a una de servicios, de los campos de fútbol de arena a los de hierba artificial. Las tiendas de chuches se convirtieron en tiendas de chinos. Construyeron el Max Center y pasamos a ir allí al cine y de movernos en tren para ir a Bilbao a ir en metro.

P. ¿Por qué decidió estudiar Periodismo?
R. Es vocacional. Llevo leyendo el periódico, escuchando la radio y viendo la televisión desde que era muy pequeño y lo hago a diario desde entonces, a lo que hay que sumar Internet. Siempre he querido ser periodista deportivo, aunque no descarto para nada ejercer la profesión en otras secciones.

P. ¿Empezó a trabajar al acabar la carrera?
R Sí. Estuve en Madrid, en el diario 'Marca' cuando terminé el tercer curso y poco después empecé a trabajar en Bilbao para el mismo medio.

P. ¿Desde cuándo está en Londres?
R. Desde el 24 de enero de 2011.

P. ¡Qué precisión!
R Sí. ¡Ja, ja, ja, ! Tengo esa fecha grabada.

P. ¿Por qué se fue?
R. Estaba trabajando como 'freelance' y me ofrecieron un contrato más o menos estable. Fue algo tan sencillo como eso. Las circunstancias laborales en España no eran las más favorables, así que no tuve que pensarlo demasiado.

P. ¿En qué consiste su trabajo?
R. Está dentro de mi campo, el periodismo. Trabajo en una productora comentando fútbol y tenis para casas de apuestas. La empresa también tiene una sección donde se hacen boletines de noticias que aparecen en las webs de diversos diarios españoles. La productora es internacional y nosotros comentamos en castellano, como es mi caso, así como en italiano, francés y chino, además de inglés, claro está.

P. ¿Qué tal se ha adaptado a la ciudad?
R. Bien, pero echo un poco de menos Barakaldo, por la familia y amigos, y España en general, por el estilo de vida. Londres es una ciudad en constante cambio, llena de gente de todas las nacionalidades, con una magnífica oferta de ocio y cultura, en la que puedes conocer a mucha gente y que está muy bien para pasar una temporada.

P. ¿No se ha sentido en ningún momento desarraigado?
R. Al ser una urbe tan internacional, no te llegas a sentir extraño. Es lo que tiene la globalización. Es una experiencia que recomiendo a todo el mundo, por el tema idiomático –el inglés quizás sea nuestra asignatura pendiente-, por vivir en una ciudad en la que pasan tantas cosas, por ser un referente deportivo, musical, artístico y turístico mundial, y por las oportunidades que ofrece, además de lo que te enriquece vivir en otro país. Siempre hay muchos planes por hacer y en pocas ciudades tienes tantas opciones. Aun así, hay mucha gente que está de paso y tienes que rehacer tu grupo de amigos constantemente

P. ¿Qué le disgusta entonces de ella?
R. El clima. Aunque el de Barakaldo no me gusta demasiado, ya que en ese sentido soy muy mediterráneo, al lado del de Londres, es casi tropical en verano. A veces, te entra un poco no sé si de bajón pero sí de envidia sana cuando, no ves el sol, pones la televisión por Internet y abren con imágenes de la gente en la playa en Valencia o en Cádiz. También echo en falta la comida, los horarios de cierre de la hostelería y un intangible: la falta de alegría que se respira en las calles, salvo en el centro, todo hay que decirlo, donde siempre hay movimiento. Se echa en falta el hecho de tomarte algo en una terraza o estar de cañas hasta tarde, viendo constantemente gente por la calle y nuestra mentalidad, mucho más abierta.

P. ¿Había pensado antes de que le surgiera ese contrato trabajar en el extranjero?
R. No me lo había planteado en serio pero tampoco lo había descartado.

P. ¿En qué otros países ha estado?
R. Viviendo en el extranjero, sólo en Reino Unido, pero he podido visitar y conocer unos cuantos: Italia, Francia, Portugal, Grecia, Alemania, Polonia, Holanda, Bélgica, Suecia, Finlandia, Islandia, República Checa, Marruecos, Egipto y México. Me gustaría haberme movido más fuera de Europa, porque dentro del continente, aunque me faltan muchas cosas que quiero visitar, no me quejo del todo.

P. ¿Aprovecha su estancia en Londres para hacer turismo por Gran Bretaña?
R. Sí, aunque muchas veces es más económico moverte por Europa en avión que por Inglaterra en tren. He visitado Brighton, Bournemouth, Cardiff, Manchester, Liverpool y Newcastle. Y tengo pendiente Escocia.

P. ¿Cada cuánto tiempo viaja a la anteiglesia?
R. Menos de lo que quisiera porque tengo unas jornadas de trabajo muy raras y los horarios de los vuelos no son muy compatibles. Voy tres o cuatro veces al año. En Navidad he pasado dos semanas y media en casa. Me resulta más fácil ir a Madrid porque desde Londres hay siete vuelos diarios y aprovecho mejor las escapadas.

P. ¿Qué echa de menos de Barakaldo?
R. La familia, los amigos y la comida.

P. ¿Tiene intención de volver?
R. Está complicado por la situación económica, pero si encontrase trabajo retornaría, lo tengo claro. Mi vuelta depende totalmente del tema laboral. Mi idea es irme a Madrid que, en principio, ofrece más posibilidades, pero no descarto otras opciones.

P. ¿Y si le surge una oferta en otro país extranjero?
R. No lo descartaría para nada. Aunque trabajar en Estados Unidos, Australia o Latinoamérica requiere un papeleo mucho más complicado que hacerlo en la Unión Europea, si se diesen las circunstancias sería una posibilidad, una gran experiencia. Dentro del continente, soy un enamorado de Italia y también de Grecia. Pero, por desgracia, son países que tienen un problema económico considerable, igual que nosotros. Y luego está París, que es una ciudad que me gusta mucho. Estoy abierto a cualquier opción, aunque mi prioridad es España.

P. ¿Aconsejaría a los jóvenes barakaldeses que se fuesen a Londres a buscar trabajo?
R. Viajar siempre está bien como experiencia vital. Yo, que me quedé con la espina de no haber hecho el Erasmus, me he resarcido en parte. Creo que es importante pasar un tiempo viviendo en un país extranjero como fórmula infalible para abrir la mente, para librarse de prejuicios. Y si ahora mismo no hay empleo en Barakaldo, puede ser una buena solución.

P. ¿Pero hay posibilidades laborales?
R. Trabajo se encuentra, pero está el problema del idioma. Yo soy periodista y vivo de la lengua, por lo que tengo que ser prácticamente nativo para competir en igualdad de condiciones. Sin embargo, en otras profesiones, teniendo un nivel aceptable es más factible, aunque tiene que quedar claro que no todo es coser y cantar. En cambio, para trabajar en un hotel, en una tienda de ropa o de camarero hay bastante empleo ahora mismo.

P. ¿Y qué hace la gente con formación?
R. Muchos de los que se van no hablan bien inglés y tienen que conformarse con trabajos para los que no se precisa estar cualificado. Si tienes una carrera universitaria y no puedes ejercerla, puedes acabar quemándote al cabo de un tiempo y volviendo a casa. No obstante, también hay mucha gente preparada que está trabajando: ingenieros, informáticos o enfermeros, entre otros.