Esta exposición se une a las actividades en Barakaldo con motivo del Día Internacional de la Mujer, que se celebra el 8 de marzo. Entre ellas está la muestra 'Puenteando hacia la igualdad', con trabajos de 18 escultoras vascas, que se puede ver en la casa de cultura de San Vicente (Clara Campoamor); mientras en la sala Ceferino del Olmo de la biblioteca central se presenta el proyecto de la fundación Mario Onaindía 'Un largo camino hacia la igualdad: las mujeres en Euskadi en el siglo XX'.
El centro municipal de interpretación histórica y medioambiental (cihma) Luis Choya Almaraz de El Regato ofrece hasta el 29 de marzo la exposición 'Emakumeak, hitza eta bizitza', que "muestra la historia de Emakume Abertzale Batza (EAB)".
Documento de Amnistía Internacional
El 15 de agosto de 2021, los talibanes tomaron el poder en Afganistán. Y con eso el control sobre los derechos humanos de las personas que viven allí, poniendo en riesgo, especialmente, a mujeres y niñas.
Hasta entonces, las mujeres y niñas afganas podían ir al colegio y universidades, ser dueñas de sus propios negocios y ocupar cargos políticos. Pero ahora, la gran mayoría tienen que quedarse en casa hasta que las leyes vuelvan a tenerlas en cuenta.
La persecución a mujeres no es sólo en la educación. Un mes después, los talibanes decretaron que las mujeres tienen que llevar el velo integral, preferiblemente burqa, y evitar los movimientos "innecesarios". Están limitando su derecho a la libertad de movimiento, libertad de expresión y asociación e incluso que puedan vestir como quieran. Como consecuencia muchas mujeres no salen de casa sin un tutor masculino, y han dejado de realizar otras actividades, para evitar la violencia y las represalias.
Las mujeres afganas ya habían conseguido avanzar en muchos derechos durante los últimos 20 años a pesar de la inestabilidad política y el conflicto en Afganistán. Y ahora podrían perder todo lo que habían logrado con la presencia de los talibanes.
Aunque los talibanes se han comprometido a respetar el derecho a la educación de las niñas en varias ocasiones, esto no ha sido así. El 23 de marzo, las alumnas de enseñanza secundaria iban a volver a clase después de siete meses de interrupción. Aunque muchas niñas estaban impacientes por comenzar las clases, las autoridades talibanas anunciaron que habían decidido mantener cerradas las escuelas para las niñas hasta que se hubieran diseñado uniformes escolares acordes con las costumbres y la cultura afganas y con la sharia (ley islámica), y todas recibieron la orden de abandonar los centros escolares inmediatamente.
Escolares afganas dijeron a Amnistía Internacional que el paso atrás de los talibanes sobre la reapertura de las escuelas para las niñas las ha “destrozado” y “traumatizado”.
Citar la cultura afgana y la sharia es un viejo ardid de los talibanes para privar a mujeres y niñas de sus derechos. Es una justificación completamente inaceptable y el giro radical que han dado constituye una violación flagrante del derecho a la educación y ensombrece el futuro de millones de niñas afganas. Negar a las niñas su derecho a la educación tendrá consecuencias a largo plazo para las perspectivas de reconstrucción social y crecimiento económico de Afganistán.
Desde el 23 de marzo, residentes, estudiantes y activistas de los derechos de las mujeres en varias zonas han protagonizado varias protestas para exigir a los talibanes que reabran de inmediato las escuelas secundarias para las niñas.
Según un testimonio: “Enseñamos nuestros bolígrafos a los talibanes y les dijimos que la educación es nuestro derecho. Y nos pusimos a corear ‘queremos aprender’. Los hombres empezaron a empujarnos y maltratarnos para impedir la protesta. También amenazaron a la directora de la escuela por incitarnos a protestar. Fue vergonzoso y doloroso ver a aquellos radicales faltando el respeto a la máxima autoridad de nuestra escuela.”
La valentía de las niñas y mujeres que continúan protestando y reivindicando su derecho a la educación y un futuro mejor, es encomiable.
El 23 de marzo de 2022, las alumnas de enseñanza secundaria iban a volver a clase después de siete meses de interrupción.
Aunque muchas niñas estaban impacientes por comenzar las clases, los talibanes anunciaron a las nueve de la mañana que habían decidido mantener cerradas las escuelas para las niñas hasta que se hubieran diseñado uniformes escolares acordes con las costumbres y la cultura afganas y con la sharia (ley islámica), y todas recibieron la orden de abandonar los centros escolares inmediatamente.