Una vez más, denunciamos que este sistema nos mata y enferma. En Euskal Herria, ya son 14 personas las que han fallecido en su puesto de trabajo en lo que llevamos del año 2022. Las muertes laborales, por su parte, no son más que la punta del iceberg. Muchos accidentes laborales quedan fuera de las estadísticas oficiales.
Es por eso que pedimos condiciones laborales dignas y que aumenten los recursos destinados a la salud laboral. De hecho, el gasto público que se invierte en ello es muy escaso, en torno al 0,01% del presupuesto total.
Hoy más que nunca, es necesario poner en primera línea la salud de los y las trabajadoras.
¡No más muertes en el puesto de trabajo!
