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La Plataforma de Pensionistas de Barakaldo acudirá a Madrid el 29 de diciembre a manifestarse ante el Congreso

Comunicado de la Plataforma de Pensionistas de Barakaldo. Hoy día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer, la Plataforma de Pensionistas de Barakaldo hemos hecho una mención especial sobre esta lacra en nuestros comunicados y además hemos anunciado la intención de acudir el día 29 de diciembre de 2020 a Madrid (Presentación en el Congreso de los Diputados de los Presupuestos Generales del Estado), a manifestarnos en compañía de los/as pensionistas de Barakaldo que así lo deseen y en colaboración con numerosas plataformas del Estado. Por supuesto, todo ello dependerá de la situación sanitaria y las medidas adoptadas por el Gobierno/os.

Hoy 25 de Noviembre recordamos que es el día contra la violencia hacia las mujeres.

Lamentablemente es necesario recordar que en alguna parte del mundo, en este mismo instante, la violencia se está practicando contra las mujeres, solo por el hecho de serlo.

La violencia contra las mujeres tiene mil caras. Algunas formas de violencia son viejas conocidas: una educación diferente a la de los hombres que no nos permitía otro aprendizaje que el de las tareas domésticas y nuestra dedicación a cuidar de los demás; la obediencia forzada, y socialmente legitimada, a padres, hermanos, novios o maridos que decidían como debías vestirte, que amigas tener, cuando salir, que estudiar; la violencia institucional de una época en la que las mujeres debían de abandonar el trabajo cuando se casaban; la violencia socialmente consentida del maltrato físico y psicológico; la violencia sexual, que obligaba a las mujeres a someterse a los deseos de su pareja. Todos y todas recordamos frases que, desgraciadamente, se hacían, y se siguen haciendo realidad: " la mate porque era mía”, o “mía o de nadie”.

La violencia física y los asesinatos, siguen siendo una lacra a la que nuestra sociedad, tan avanzada, no consigue poner remedio, y que se repite a través de las generaciones, tanto en mayores como jóvenes. Ahora arrastramos todas las violencias vividas y se incorporan nuevas formas, no menos injustas y dolorosas, a la par que legitimadas.

Violencia es no reconocer la aportación social y económica de las mujeres, pagándonos menos cuando llevamos a cabo los mismos trabajos o tenemos las mismas responsabilidades que los hombres; violencia es no compensar de ninguna manera nuestras épocas forzadas de paro laboral cuando parimos y criamos; violencia es que las pensiones de las mujeres sean menores, debido a que nuestras carreras laborales tienen más interrupciones ya que somos las encargadas de garantizar la supervivencia de la especie; violencia es que se creen cuatro veces más puestos de trabajo a jornada completa para los hombres que para las mujeres, y a la inversa los trabajos más precarios con medias jornadas se destinen a las mujeres.

A veces, a nosotras mismas, nos resulta difícil identificar esta clase de violencia, sin embargo redunda en nuestro día a día: tenemos menos recursos económicos, menos patrimonio, menos oportunidades laborales. Es lo que comúnmente se llama brecha salarial, discriminación por género, desigualdad de oportunidades, etc… Palabras a las que hay que poner hechos, para que no se conviertan en algo hueco y vacío: las mujeres percibimos un 16% menos de salario y un 37% en la cuantía de las pensiones.

Los Gobiernos, sean del signo que sean, lo han permitido y lo permiten. Es cierto que se intenta paliar, con escasos resultados, la violencia más visible, la violencia física (40 mujeres asesinadas, en lo que va de año) la que más degrada y pone de manifiesto que ésta es una sociedad que no se basa en el respeto a la mitad de la población, por el simple hecho de ser mujeres.

 Es igualmente necesario, y por eso hoy aquí lo recordamos, que la violencia contra las mujeres en todas sus manifestaciones: sociales, culturales, laborales, familiares, tiene como objetivo el sometimiento de las mujeres por considerarlas inferiores y seres de los que se puede disponer. Este concepto patriarcal de la sociedad solo se superará mediante la educación de hombres y mujeres en el reconocimiento de la igualdad. Esperemos que alguna generación de mujeres no tenga que recordar que el 25 de Noviembre era el día dedicado a luchar contra la violencia contra las mujeres.

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Pensiones de miseria, más violencia contra las mujeres

 Cuando la clase política y la prensa hablan de violencia de género, se refieren a violaciones, malos tratos y asesinatos de mujeres, callando que también es violencia no respetar de forma igualitaria a las mujeres a nivel económico. Mucho se ha escrito y hablado sobre las abusivas diferencias salariales realizando el mismo trabajo, así como del llamado techo de cristal, que impide a las mujeres ocupar puestos de responsabilidad en instituciones y empresas. Lo mismo ocurre con las pensiones, sobre todo con las de viudedad, que son las más bajas.

 Nuestro modelo de pensiones estaría al nivel de los mejores si no fuesen tan míseras las pensiones mínimas, que en la generalidad de los casos afectan a mujeres viudas. Es una de las asignaturas pendientes del sistema público de pensiones. Sobran buenas palabras, falta voluntad política para afrontarlo. La prueba está en los acuerdos del Pacto de Toledo que se acaban de aprobar en el Congreso. Se recomienda mejorar las prestaciones por viudedad más bajas, sobre todo a partir de 65 años, sin hacer ninguna propuesta concreta. También se plantea tomar medidas de carácter estructural para conseguir la equiparación de la cobertura por pensiones entre mujeres y hombres, pero son palabras vacías, alejadas de la realidad.

 El año próximo la revalorización de las pensiones seguirá dependiendo de los Presupuestos del Estado. Si se aprueba lo previsto, las pensiones contributivas aumentarán el 0.9%. Esto supone que la pensión máxima subirá 24 euros al mes, mientras que la mínima de una viuda mayor de 65 años solo sube 6 euros. O sea, la pensión máxima aumenta cuatro veces más que una de viudedad. La solución para acabar con esa discriminación, que constituye una agresión contra quienes cobran pensiones de miseria, pasa por equiparar las pensiones mínimas con los 950 euros del salario mínimo interprofesional. Supondría subirlas el 39%.

 Sin retribuciones dignas, en salarios y en pensiones, no puede haber libertad ni independencia económica. La base de la democracia es la igualdad, a todos los niveles, empezando por tener medios de subsistencia suficientes y garantizados. Es intolerable que las mujeres pensionistas cobren un 37% menos que los hombres. La discriminación económica de las mujeres entraña violencia de género. Hay que luchar para impedir que la pobreza tenga rostro de mujer.

 Barakaldo, 25 de noviembre de 2020, día internacional contra la violencia sobre las mujeres Plataforma de Pensionistas y Jubiladas de Barakaldo

 2020 pensión máxima 2.683,34 euros mensuales, 2021 + 0.9% sube 24.15 €

 2020 pensión viudedad mayores 65 años 683,5 euros mensuales, 2021 + 0.9% sube 6.2 €

 2020 pensión de viudedad tendría que subir un 39% para llegar al SMI. 950 = 683,5 + 266,5