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Los jubilados exigen dinero para pensiones y gritan que "no hay pan para tanto chorizo"

Concentración en Herriko Plaza
Barakaldo, 11 Mar 2019. "¡No hay pan para tanto chorizo!". Lo han coreado cientos de personas que, como cada lunes a las 12.00 en Herriko Plaza, se han concentrado en Barakaldo en defensa del sistema público de pensiones. Los manifestantes han rechazado las afirmaciones de que no hay capacidad para atender el número de pensionistas. ""Lo que no hay es pan para tanto chorizo. Todavía los bancos nos deben 50.000 millones de euros de los 61.000 que les prestamos hace siete años".

El portavoz del colectivo, José Ángel Vivanco, ha leído un comunicado en el que ha advertido de que no van a desactivar las movilizaciones. "No cejaremos en nuestro empeño por defender el sistema público de pensiones frente a las campañas de miedo e incertidumbre creadas para favorecer los contratos de planes privados o de seguros privados".

Los pensionistas insisten además en recordar que son potencialmente nueve millones de votos en toda España. "Además nos hemos organizado para salir a la calle y para sentarnos a dialogar con los gobernantes, como interlocutores sociales válidos, sobre todas aquellas cuestiones que tienen que ver con las pensiones".

Del mismo modo, han repetido su consigna de que no se vote a las candidaturas que no respalden las peticiones que realiza la coordinadora nacional de pensionistas, como el mínimo de 1.080 euros mensuales y el blindaje de la revalorización conforme a la inflación.








Hoy 11 de marzo hace 100 años se constituyó en España el primer seguro social obligatorio, el seguro de vejez o Retiro obrero, que significaba la obligatoriedad de afiliación y la cotización tripartita entre obreros, patronos y administración. 11 años antes se había constituido el Instituto Nacional de Previsión para gestionar la Caja de Pensión Central de los mutualistas voluntarios y difundir la idea de las pensiones de retiro. Este Retiro Obrero que hoy conmemoramos en su centenario, fue uno de los primeros pasos en nuestro país a la Seguridad Social y estuvo ligado a un conflicto durísimo que comenzó en Barcelona, la huelga de la eléctrica La Canadiense, que terminó ocupando el ejército las instalaciones, un muerto, centenares de heridos y 3.000 detenidos en el castillo de Montjuich.

El movimiento obrero fue conquistando derechos que mejorasen la vida de trabajadores y trabajadoras. Unas conquistas grabadas a fuego y sangre, con mucho sufrimiento de mucha gente que pasó penurias, cárceles y muerte, porque los patronos, en connivencia con los gobiernos, no permitían que se perjudicase sus privilegios y grandes beneficios, y reprimieron con violencia la lucha por los derechos laborales. Así, uno de los primeros derechos ganados fueron el de asociación. Y esto, que hoy nos parece tan básico, costó vidas. Pero al final, la clase obrera se pudo asociar y organizarse en sindicatos. Además, otro derecho que se consiguió este mismo año de 1.919 fue establecer la norma de no trabajar más de 8 horas diarias. 24 horas distribuidas en 8 horas de trabajo, 8 de descanso y 8 de conciliación, educación y disfrute.

Hoy, ya en el siglo XXI, la lucha continúa, entre quienes tienen una patria basada en el dinero y los negocios y quienes tenemos como única patria, la humanidad y sus derechos. Nuestro movimiento de pensionistas en la Coordinadora por la Defensa del Sistema Público de Pensiones forma parte de esa lucha secular. Nuestra fuerza es la razón, la unidad y el esfuerzo solidario y colectivo. Defendemos lo que hemos arrancado a un mundo que quiere continuar con la existencia de la esclavitud y la servidumbre. Denunciamos el desmantelamiento del estado del bienestar. Frente a unos servicios públicos, universales y de calidad con la garantía del Estado, se oponen quienes quieren privatizarlos, con la complicidad entre las grandes corporaciones empresariales y financieras por un lado y los partidos políticos de tinte neoliberal o socioliberal, por otro.

En 1995 se firmó el Pacto de Toledo del que se deriva lo que nos está pasando ahora, ya que estableció la implantación legal de los Planes de Pensiones Privados o de Capitalización con fuertes reducciones fiscales. Se diseñó la separación de fuentes de financiación: impuestos y cotizaciones. Después aprobaron las reformas laborales de 2010 y 2012 con las que, redujeron los salarios, y los ingresos a la caja de la Seguridad Social. Las reformas del 2011 y el 2013 congelaron y bajaron las pensiones.

Es por eso, que hoy en día nos hablan continuamente del déficit de la Seguridad Social, porque los Presupuestos Generales del Estado, vía impuestos, están totalmente desvinculados de la obligación de aportar recursos complementarios a las pensiones. Es por eso que nos repiten incansablemente que es insostenible, para que admitamos su déficit, y corramos a abrir planes de pensiones privados.

Personajes del mundo de la política y de la economía periodística que nos dicen que hay que trabajar más y ganar menos, que nuestra vida laboral se ha de alargar porque vivimos más y no hay dinero para tanto pensionista. Lo que no hay es pan para tanto chorizo. Todavía los bancos nos deben 50.000 millones de euros de los 61.000 que les prestamos hace 7 años.

Como decía el poeta anarquista exiliado León Felipe, "nos han dormido con todos los cuentos y sabemos todos los cuentos". Y sabemos que el mantenimiento de los servicios públicos de calidad: enseñanza, pensiones, sanidad, dependencia, vivienda, no es un problema de gastos, es una cuestión de ingresos. Y también sabemos que es una cuestión de voluntad política, y que los pensionistas somos 9 millones de votos potenciales y además nos hemos organizado para salir a la calle y para sentarnos a dialogar con los gobernantes, como interlocutores sociales válidos, sobre todas aquellas cuestiones que tienen que ver con las pensiones.

No cejaremos en nuestro empeño por defender el sistema público de pensiones frente a las campañas de miedo e incertidumbre creadas para favorecer los contratos de planes privados o de seguros privados. Seguiremos denunciando la pobreza que padece este país, líder en desigualdad. Desigualdad que se refleja sobre todo en la brecha de género entre hombres y mujeres, una injusticia más a combatir. Continuaremos en la línea marcada por el movimiento obrero que, hoy, hace 100 años consiguió arrancar un derecho fundamental: un seguro para la vejez, la viudedad y orfandad, las enfermedades y accidentes, el desempleo y la incapacidad.

Recodemos en este importante día, a quienes lucharon con tanto ahínco, tanta fuerza, tanta moral y tanta dignidad por lo que nosotros hemos podido disfrutar, y comprometámonos por ellos a continuar su lucha contra viento y marea, para que nunca ocurra, que las generaciones venideras, tenga una vida peor que las que les han precedido.
Compañeras, compañeros,

INSISTIR, PERSISTIR, RESISTIR. NUNCA DESISTIR.

¡NI UN PASO ATRÁS!
¡GOBIERNE QUIEN GOBIERNE, LAS PENSIONES SE DEFIENDEN!