Por Endika Abad San Pedro (EH Bildu Barakaldo)
"Hoy nos encontramos ante una mera prórroga de los 32 años de gobiernos del PSE, con una diferencia, cambio de caras, que no de políticas" |
Pero volvamos a nuestro municipio, y a ese opio imaginario en el que día sí y día también se nos bombardea con titulares altisonantes, de brocha gorda, en una competición para ver quién habla más alto, pero no más claro.
Hoy son las farolas de Gurutzeta las que están apagadas, mañana son las subvenciones a los centros de mayores de Barakaldo, la semana que viene el jardín botánico y el mes que viene el contrato de recogida de basuras de Barakaldo. Un auténtico mano a mano, entre PNV y PSE, esos dos partidos políticos que han construido un auténtico régimen institucional en los últimos 35 años de actividad política, con un único objetivo, que nada cambie. A lo sumo, que lo que cambie sean las caras que nos gobiernan. Las caras que entre otros aspectos, nos han llevado a encabezar el índice AROPE , en Bizkaia (At Risk of Poverty and/or Exclusion, indicador internacional para medir la pobreza y la exclusión social).
El pasado viernes nos sobresaltábamos cuando el PSE de Barakaldo pedía la dimisión de Amaia del Campo, por su incapacidad a la hora de sacar a concurso correctamente el contrato de recogida de basuras para el municipio de Barakaldo. El partido jelkide, que llegó a la alcaldía en 2015, no ha sido capaz de llevar a cabo un contrato, el de mayor valor, que tiene un coste acumulado de 40 millones de en cuatro años.
El actual contrato data del año 2006, con Tontxu Rodríguez de alcalde, con un presupuesto anual de 7,7 millones durante ocho años. Éste se prolongó hasta 2015, debido a que se prorrogó durante dos años. Ni el nuevo contrato ni el viejo, tienen un solo informe en el que indique si el coste estimado del contrato es el adecuado; si es el más beneficioso para las arcas públicas; ni si este modelo de gestión es el más beneficioso para las personas trabajadoras del servicio. Ni ayer ni hoy, ni mañana ni pasado, estos dos partidos cambiarán el sentido de su política, seguirán alimentando el chiringuito que se creen que es el Ayuntamiento de Barakaldo. Su chiringuito.
El contrato actual entró en vigor hace más de 12 años, con la puesta en marcha por parte de la empresa adjudicataria, de la maquinaria necesaria. Durante la duración de ese contrato, recordemos 8 años más sus dos prórrogas, la empresa adjudicataria dejó degradar el estado de la maquinaria, sin que el equipo de gobierno de entonces, del PSE, se plantease ningún tipo de iniciativa por incumplimiento de contrato. Pues bien, este es uno de los argumentos del PNV, que está hoy en el gobierno, para evitar debatir sobre el modelo de gestión de este servicio, y seguir perpetuando que del erario público salgan anualmente más de 8 millones hacia manos privadas, sin que haya ningún tipo de mecanismo de control. Mismas políticas, diferentes caras, mientras, la ciudadanía de Barakaldo hipotecada, destinando 35 de cada 100 € a empresas privadas.
Es necesario recordar, que en el contrato anterior del PSE estaba contemplado que la maquinaria al finalizar, pasaría a ser propiedad del Ayuntamiento (artículo 39.4), concepto este que facilitaba la municipalización de este servicio. Pero qué institución se haría cargo de una maquinaria obsoleta? En nuestra humilde opinión ninguna. Y en ese punto llega el PNV y estima que sustituir la maquinaria tienen un coste estimado de unos 3 millones de € (declaraciones en el pleno del 5 enero de 2016), y así es imposible publificar los servicios, por lo que en la redacción del nuevo contrato elimina el artículo citado al principio de este párrafo, y así cierra la puerta a cualquier cambio de modelo. La cuadratura del círculo.
El contrato de recogida de basuras es un mero ejemplo de que la diferencia entre quien nos gobierna hoy y nos gobernaba antes es ínfima. El PSE degrada los servicios públicos, y el PNV utiliza ese argumento para seguir con las mismas políticas. Continuidad política mientras la ciudadanía de Barakaldo es la pagana de esta situación. Hoy nos encontramos ante una mera prórroga de los 32 años de gobiernos del PSE, con una diferencia, cambio de caras, que no de políticas.
Y todo esto detrás de reproches de una formación a otra, con grandes titulares eso sí, para que esos titulares no dejen ver la realidad de sus políticas. Opio para el pueblo, como estrategia política, para que el espíritu de los y las vecinas y vecinos de Barakaldo sean parte de un mundo que carece de espíritu. Y hasta ahora les ha funcionado.