Como cada 24 de diciembre, Olentzero ha acudido al barrio de Arteagabeitia-Zuazo (Barakaldo) para, tras el habitual pasacalles, atender en persona a los niños y conocer sus peticiones. Tras escucharles, una bolsa de chuches y luego un chocolate caliente con bizcochos para calentarse en una noche fría e ilusionante.