Las fiestas de Burtzeña ya están en marcha y en esta ocasión han encendido el chupinazo con el aplauso de los vecinos hacia el trabajo que ha realizado la comisión de fiestas en los últimos 11 años. El reconocimiento público llega cuando los jóvenes organizadores anuncian que las de 2017 son sus últimas fiestas. La noticia ha causado incluso inquietud entre los adolescentes del barrio, que este viernes 8 de septiembre salían al escenario para realizar una coreografía y de este modo hacer un llamamiento por la continuidad de unas celebraciones que han ido ganando en participación y animación con los años. También la Coral Bengolea, pregonera en esta ocasión, ha llamado a sumarse a la fiesta y a hacerlo con respeto hacia todos los vecinos. El arranque de las actividades se ha producido con los juegos infantiles organizados por el aula cultural de la plaza de Burtzeña, con la chocolatada tradicional, el concierto de Bengolea en la iglesia y el también acostumbrado concurso de disfraces, con decenas de niños. Precisamente a través de los pequeños ha vuelto a salir a escena una reivindicación del barrio que el Ayuntamiento sigue sin atender: uno de los premios principales ha sido para un 'transformer' del autobús municipal KBus, sistema de transporte cuya llegada a Burtzeña está actualmente en suspenso y sin fecha pese a las promesas de los políticos.
