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Anaconda negocia la venta de su local con cuatro grandes compañías de supermercado

José Luis Vázquez, propietario de Anaconda
José Luis Vázquez, propietario de Anaconda
Este viernes 30 de junio se realiza la última apertura: una sesión de bailes de "mayores"
La discoteca Anaconda, de Barakaldo, dejará de existir este 1 de julio y se convertirá, probablemente, en un supermercado. El propietario del establecimiento hostelero, José Luis Vázquez, ha confirmado a Barakaldo Digital que mantiene negociaciones con cuatro grandes empresas de supermercados para la venta del local, que dispone de 1.700 metros cuadrados en planta y que cuenta con salidas tanto a la calle Lasesarre —actual acceso— como a Cervantes. De momento, la discoteca sigue funcionando, pero tiene, ahora sí, las horas contadas.
La jornada final está prevista para este viernes de 30 junio, con una sesión para "mayores", que es el público que ha seguido a Anaconda hasta el final, la única función rentable. Vázquez, de 71 años, ha decidido jubilarse. Es uno de los motivos del cierre. El otro es que el negocio no es rentable. Las sesiones para jóvenes, los sábados por la noche —que eran los "días las fuertes" antiguamente—, no permiten cuadrar caja: poca gente y no consume. Sólo lo hacían los bailes los domingos por la tarde. Ni siquiera han funcionado bien esos mismos bailes de "mayores" los viernes, pese a las promociones e invitaciones, y tampoco fue bien con la propuesta de discoteca sin alcohol para adolescentes.

El propietario del establecimiento señala que para la sala de fiestas fue un golpe fuerte la modificación legal del Gobierno Vasco que prohibía que los jóvenes mayores de 16 años entraran a locales donde se sirviera alcohol. No ha sido el único efecto de las normas. Anaconda tiene ahora un aforo máximo de 750 personas, pero los cambios legales han ido reduciendo su capacidad, que llegó a ser hasta de 2.000. Vázquez ha intentado todas las fórmulas para reflotar el negocio. Incluso hace medio año repuso los famosos teléfonos que hicieron furor en los años noventa y que la generación del móvil ya no entiende.
El cierre tendrá, en opinión de Vázquez, efectos en terceras partes. Además de la veintena de personas que se queda sin empleo, la discoteca era hasta ahora un elemento que movilizaba gente. El cierre afectará a los hosteleros de la zona de Juan de Garay, pero posiblemente también a los de la calle Zaballa. De hecho, otros bares recibirían al público que acudía a las sesiones de baile de mayores de la sala de fiestas.

La desaparición de Anaconda no deja completamente huérfanos a los clientes mas veteranos. El local Momba, en Zaballa, de la familia de Vázquez, mantiene su actividad y a partir de ahora, a petición de los usuarios de la discoteca de Lasesarre, tendrá los viernes y sábado por la tarde "bailes con música de siempre".