publicidad

BarakaldoComercial | La tienda de alimentos para alérgicos Arve distribuye ya a 4 provincias

Verónica Álvarez

por Javier M. de la Horra

La combinación de lucidez y valentía impulsa en ocasiones proyectos brillantes, como Arve, el obrador y tienda de comida para alérgicos que dos jóvenes de Barakaldo han montado en la calle Ibaibe. "Me di cuenta de los problemas gastronómicos que padecen las personas con alergias o intolerancias alimentarias, y pensé que podría montar algo", explica la joven Verónica Álvarez entre los fogones del local, en el que junto a su socio, Argider Mentxaka, venden productos y platos sin alérgenos que ella misma elabora en la cocina central. Sus alimentos ya se distribuyen a cuatro provincias.

La idea del negocio, ese plan que se ordena en la imaginación, brotó en Verónica Álvarez tras la maternidad. "Hay algún caso en mi familia y me di cuenta de que apenas se dan soluciones médicas ni gastronómicas para los alérgicos", recuerda la joven, que se reunió con Mentxaka, un antiguo compañero de trabajo en un almacén de telefonía móvil, y forjaron la unión de lo que hoy es un templo aún semidesconocido de la alimentación sin alérgenos.

"Al principio pensé en cocinar croquetas, pero pronto me di cuenta de que se necesitaban muchos más productos" para quienes padecen algún tipo de alergia a los alimentos, un colectivo que se ha duplicado en la última década y cuyo crecimiento es a día de hoy asombroso. "Los expertos calculan que el 7% de la población tiene en España alguna alergia o intolerancia alimentaria y que la cifra rondará el 25% en 2025", explica Álvarez. Personas que no toleran el gluten o la leche o los huevos. Varones, mujeres y, sobre todo, niños que no pueden comer frutos con cáscara ni cacahuetes, tampoco moluscos ni crustáceos. O la combinación de algunos de ellos (multialérgicos). Y no les resulta sencillo encontrar la comida apropiada.

Confiaron en su idea, se aventuraron y abrieron el local de la calle Ibaibe hace poco más de tres años, en diciembre de 2013. Apasionada de la cocina, ella se encarga de la elaboración de los platos. Él, que había estudiado comercio internacional, del área comercial y la gerencia.

De forma paralela al montaje del negocio, Verónica Álvarez y Argider Mentxaka realizaron cursos formativos y gastronómicos, buscando a su vez proveedores de ingredientes y recetas capaces de sustituir el gluten, la leche y los huevos. "Uno de los mayores problemas con los que nos encontramos fue el de comprar los productos", recuerda Álvarez, que con el tiempo ha ido perfeccionando sus croquetas y hoy es uno de los platos estrella junto a los sanjacobos, las empanadillas, el chocolate o la crema de cacao.

El despegue definitivo de Arve se produjo hace un par de años cuando empezaron a vender sus productos en tiendas especializadas en alimentación sin alérgenos. Primero fue en Bizkaia. Ahora los distribuyen en transporte refrigerado por establecimientos de Navarra, Madrid y Cataluña. En contacto constante con las asociaciones de alérgicos a los alimentos, esta cocinera asegura que la tienda les permite a su vez desarrollar una función social. “Queremos vender y vivir de nuestro trabajo, pero también ayudar a las personas”, puntualiza.

Actualmente también trabajan en la elaboración de menús para centros educativos. "En los colegios hay estudiantes con alergias, así que les diseñamos la carta cuando celebran una fiesta, una chocolatada o cualquier otro acto", explica Álvarez, consciente de que el trato personalizado que ofrece a sus clientes es uno de los puntos fuertes del negocio.

Tras las navidades ha llegado cierta calma a la tienda. "En las fechas previas a las fiestas se trabaja mucho: la gente se junta y es raro que alguien no tenga algún tipo de intolerancia", aclara la joven, mientras ojea un libro de recetas, decidida a innovar en la cocina con "unas trufas de chocolate y napolitanas de canela". Muy apetecibles.