por Erlantz Sánchez
El barco 'Euskalherria', convertido en una discoteca flotante con música, bebidas y banderas arcoíris, ha sido el escenario central de la celebración por primera vez en público en Barakaldo del Día del Orgullo Lésbico, Gay, Bisexual, Transexual e Intersexual (LGBTI). La iniciativa ha surgido del
pub Lambda, de Zaballa, con la colaboración de la taberna
Adnarik, de la plaza de Europa, que ha fletado la embarcación para sumarse al tradicional desfile del orgullo gay hacia Bilbao, que en esta ocasión se ha realizado a través de la ría en la llamada fiesta 'Ur Parade' —mezcla de las palabras '
agua' en euskera y de '
desfile' en inglés—, en lo que ha sido la primera marcha fluvial del orgullo gay que se celebra en España, según la organización. A bordo del 'Euskalherria' arcoíris, ha sido medio centenar de personas el que se ha unido a la celebración desde la barakaldesa dársena de Portu. En tierra, la curiosa mirada de algunos paseantes —"¡Cómo se lo montan!", exclamaba con envidia una joven— y el excepcional despliegue de la Policía Municipal, con dos coches patrulla en el lugar. En cubierta, risas, banderas, la 'discreta'
Sandra Love con cinco vueltas de perlas y su cardado, el pinchadiscos —dj— Iñaki Balcón, el transformista Millenia con su melena 'natural' verde, la transexual Thamara y el gogó Iker Cabalieri con su slip rosa de tirantes azules.
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La fiesta arrancaba poco después de las 18.00 horas en la dársena, desde donde zarpaba el 'Euskalherria' fotografíado desde la orilla por los curiosos. A bordo, música y animación, con el tiempo a favor y la silueta del puente de Rontegi de fondo. Las ganas de reivindicar el orgullo gay se notaban en el ambiente. En dirección a Bilbao, la música ha ido subiendo al junto con el ánimo de la gente, que no han parado de cantar, reír y bailar las canciones.
Ya en aguas de la capital, el barco de Barakaldo se ha unido a la flotilla arcoíris con destino al muelle del Ayuntamiento. Con la celebración desbordada y banderas en mano, los pasajeros han saludado a los paseantes en la ribera, con el estadio de San Mamés, la torre Iberdrola o el museo Guggenheim de fondo.
"Estamos encantados, igual que la gente, pero esto no acaba aquí, hay que seguir", señalaban los responsables del pub Lambda ante el éxito de la convocatoria. De regreso a Barakaldo, más tranquilos, los participantes se han acercado hasta la taberna Adnarik para disfrutar de un aurresku y de la famosa paella gigante del local, antes de terminar hasta la madrugada en el Lambda.
