Alrededor de 39 kilómetros de tubo fabricados con el producto mineral cancerígeno amianto o asbesto siguen instalados en la red de abastecimiento de agua potable de Barakaldo. Así se desprende de la respuesta que el equipo de Gobierno (PNV) ha facilitado a la pregunta de EH Bildu para conocer la presencia de conducciones de fibrocemento —cemento con amianto—.
En concreto, el 17% de los 230 kilómetros de red de agua potable sigue con este material, que no se instala desde hace 25 años y que se ha ido progresivamente eliminando cuando se hacen obras de renovación de las calles.
En su contestación, los responsables municipales recuerdan que "los riesgos para la salud por la presencia de amianto se producen al desprenderse fibras de este material al ambiente y ser respiradas", pero sostiene que "no está científicamente evidenciada la toxicidad por ingerir fibras de amianto que hipotéticamente pudieran introducirse en el agua de consumo al discurrir por tuberías de fibrocemento".
A ello añade que "la Organización Mundial de la Salud (OMS) no tiene establecido valor de referencia de fibras de amianto en agua". Pese a esta afirmación, el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos sí señala que en ese país "la Oficina de Protección Ambiental (Environmental Protection Agency, EPA) regula la exposición del público al asbesto en edificios, en agua potable y en el ambiente".
La OMS, por su parte, indica en relación al asbesto blanco o crisolito que la "mayor preocupación" se produce cuando "los productos que contienen crisotilo (por ejemplo tejas para techos o tuberías de agua) sufren daños y liberan fibras de asbesto en el ambiente durante los trabajos de mantenimiento de edificios, en los procesos de demolición y de eliminación de los residuos de construcción, y como consecuencia de desastres naturales".