publicidad

Biocruces encuentra biomarcadores en retina y piel para un diagnóstico precoz del párkinson

Un grupo de investigadores del instituto de investigación sanitaria Biocruces de Barakaldo y la Universidad de Deusto han identificado en pacientes con enfermedad de Parkinson alteraciones características en la retina y en la piel que podrían permitir hacer un diagnóstico precoz de la enfermedad. Uno de los investigadores principales del proyecto, el doctor Juan Carlos Gómez-Esteban, ha destacado que han encontrado "cambios en la vía visual y a nivel de la piel que nos invitan a pensar que son biomarcadores”. Los resultados de esta investigación, subvencionada por la Fundación Michael J. Fox y el Instituto de Salud Carlos III, permitirá realizar un diagnóstico precoz sin pruebas invasivas y realizar terapias más efectivas para las personas enfermas.

Nota de prensa del instituto Biocruces
EL PÁRKINSON SE CARACTERIZA A TRAVÉS DE LA RETINA Y LA PIEL

• Un grupo de investigadores vascos identifica en pacientes con enfermedad de Parkinson alteraciones características en la retina y en la piel

• Los resultados de la investigación podrían permitir hacer un diagnóstico precoz y realizar terapias más efectivas para las personas con formas más agresivas de la enfermedad

• La investigación de Osakidetza y la Universidad de Deusto ha sido subvencionada por la Fundación Michael. J Fox y el Fondo de Investigación en Salud del Instituto de Salud Carlos III

Bilbao, marzo de 2016.- Los 6.3 millones de personas que en todo el mundo padecen la enfermedad de Parkinson tienen motivos para la esperanza. Un grupo de investigadores vascos del Instituto Biocruces de Osakidetza y la Universidad de Deusto han llevado a cabo una investigación que demuestra que es posible estudiar el párkinson a través de la retina y la piel, dos órganos fácilmente accesibles por pruebas no invasivas y que ofrecen enormes posibilidades para mejorar el diagnóstico precoz y tratamiento de las formas más severas de la enfermedad.
Durante esta investigación “hemos visto cambios en la vía visual y a nivel de la piel que nos invitan a pensar que son biomarcadores” señala el doctor Juan Carlos Gómez-Esteban, uno de los investigadores principales del proyecto, “aunque los pacientes, en algunos casos, no llegan a percibir cambio alguno”. En el caso de la retina, el párkinson ocasiona unos cambios morfológicos progresivos, con un patrón de adelgazamiento característico de algunas sus capas, que justificaría gran parte de los síntomas visuales que muchos pacientes experimentan años antes de ser diagnosticados de la enfermedad. A nivel cutáneo el estudio ha demostrado que en la enfermedad de Parkinson no sólo hay una disminución de la sudoración sino que, tras analizar las biopsias de piel, “los mismos hallazgos que se ven en el cerebro los encontramos también en los fascículos nerviosos de la piel de estos pacientes”, destaca Gómez-Esteban.
Tal y como revela el doctor Iñigo Gabilondo, Neurólogo del Hospital Universitario Cruces que ha tomado parte en estudio, los resultados de esta investigación permitirán clasificar mejor a los enfermos de párkinson y hacer un diagnóstico precoz de la evolución de la enfermedad, sobre todo en el caso de los pacientes que sufren las formas más graves de párkinson, con pruebas no invasivas como las pruebas de imagen de la retina o las pruebas función de la piel. Además, se podrán detectar también pacientes en riesgo de desarrollar demencia o complicaciones más severas.
“Esta investigación supone un paso adelante en la lucha contra el párkinson”, afirma Gómez-Esteban. La clasificación de los enfermos según la gravedad de la enfermedad “nos va a permitir realizar terapias mucho más efectivas para las personas que actualmente lo sufren”. Los resultados de esta investigación también van a abrir una vía para la mejora del tratamiento de otras enfermedades, sobre todo las que afectan al sistema nervioso periférico. “Va a ser todo un hito, nos va a permitir adelantarnos mucho a las pruebas diagnósticas actuales, que detectan el problema cuando ya es serio y no en fases iniciales”, señala el doctor.
Para la investigación se diseñó un protocolo en el que se analizó fundamentalmente un tipo de pacientes portadores de la mutación E46K del gen de la alfa-sinucleína, una alteración única a nivel mundial de la que sólo se conocen ocho casos en el mundo, siete de los cuales se han descrito en Euskadi, y el octavo restante, diagnosticado en Brasil, que se sospecha que pueda haber sido un descendiente de emigrantes vascos. “Estos pacientes presentan una forma de enfermedad de Parkinson que es pura y agresiva y que refleja lo que les ocurre a los pacientes con formas más graves y comunes (no genéticas) de párkinson, con la diferencia de que debutan mucho antes”, aclara Gabilondo. Los resultados de estos pacientes se han comparado también con datos obtenidos en otros pacientes con párkinson y en individuos sanos.
El proyecto desarrollado por Osakidetza y la Universidad de Deusto ha sido subvencionado por la fundación Michael J. Fox y el Fondo de Investigación en Salud del Instituto de Salud Carlos III. En total, se han estudiado más de 50 pacientes con una batería exhaustiva de pruebas que incluyen un examen neurológico y del sistema nervioso autónomo, una resonancia de tres teslas realizada en OSATEK, evaluaciones neuropsicológicas, lideradas por el equipo de la doctora Natalia Ojeda del Pozo en la Universidad de Deusto, y un completo examen neuro-oftalmológico y pruebas de medicina nuclear, realizados, respectivamente, en colaboración con el Servicio de Oftalmología y con el de Medicina Nuclear del Hospital Universitario de Cruces. En lo referente al análisis de las biopsias de piel, ha sido imprescindible la colaboración con el Centro de Investigación de Medicina Aplicada (CIMA) de Pamplona. Los resultados que arroja la investigación se darán a conocer este mismo año en la reunión anual de la Academia Americana de Neurología, que se celebrará en Vancouver (Canadá) del 15 al 21 de abril.