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La Casa Social de Lutxana despide con emoción al que fue su local durante más de 45 años

De izquierda a derecha: Carlos Borreguero, Iñaki O'shea, Esther Acasuso, Fernan García, Adriana Suárez y Txema Ingunz
Iñaki O'Shea (segundo por la izquierda) con la directiva de la Casa Social de Lutxana: Carlos Borreguero, Esther Acasuso, Fernan García, Adriana Suárez y Txema Ingunza.
El adiós, con tristeza, llega con un encuentro con vecinos y asociaciones del barrio y las canciones de la coral Mutil Zaharrak
La Casa Social de Lutxana —'Auzo Etxea'— ha despedido, emocionadamente, a la que fue su sede durante más de 45 años en el número 58 de la calle Buen Pastor. El local, que acaba de ser vendido por la asociación, había prácticamente dejado de acoger actividades hace siete años debido a las nuevas normativas y a las quejas de un vecino en relación al ambigú. La actual dirección del colectivo, encabezado por Esther Acasuso, se plantea ahora buscar un nuevo emplazamiento —comprado, alquilado o cesión municipal— así como abrir una nueva etapa para rejuvenecer una organización que llegó a tener 600 asociados, cifra que se ha quedado en un centenar. El desalojo de las instalaciones, realizado este fin de semana, pone fin a una etapa en la que la Casa Social de Lutxana acogió y funcionó como asociación de vecinos, de mujeres, de folclore, hogar de jubilados y centro juvenil e infantil. En la última temporada, los pabellones de Serralta —el frustrado Museo de la Técnica— han sido usados puntualmente para algunos actos. La voluntad de la dirección es mantener este uso y además reforzar la actividad para todos los grupos de edad, también para jubilados.




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