publicidad

Los televisivos Roberto Álvarez y Gorka Otxoa hacen comedia en el Teatro Barakaldo

Foto: Antonio Vicente / Jerónico Álvarez
Este sábado 25, a las 20.00 horas, en el Teatro Barakaldo Entradas: 15, 17, 18 o 20 euros
Comunicado.Un parque, de por sí, ya es un escenario. Citas concertadas, encuentros casuales, conversaciones fútiles que en ocasiones devienen en reflexiones profundas de dos o más individuos, hogar de indigentes, lugar de contemplación, de paseo, de juego, de seducción… El banco se convierte en el sitio idóneo para la complicidad o el antagonismo, aunque sólo sea por la proximidad física de dos desconocidos. La palabra hace el resto. Este es el punto de partida de las ocho piezas que componen 'Continuidad de los parques', como también lo fue anteriormente en obras como 'El Square', de Marguerite Duras, o 'Historia del zoo', de Edward Albee. Pero a diferencia de éstas, donde asistimos al drama de sus personajes, Continuidad de los parques nos propone un juego perverso, cómico y engañoso; un retablo de apariencias, de continuos equívocos a medio camino entre el realismo y el absurdo. Es una obra repleta de sorpresas, ágil, desconcertante y eminentemente divertida.

En 'Continuidad de los parques', Roberto Álvarez, Fele Martínez, Gorka Otxoa y Luis Zahera, interpretan a más de 20 personajes, que se cruzan, chocan, encuentran y “desencuentran” en un parque. El parque, ese trozo de verde en medio del cemento, del ruido y de la “multitudinaria” soledad de las ciudades. Allí, en un parque, se apaciguan los ruidos exteriores y los interiores, se modifican los olores, el ritmo, el latido. En un parque cambian las reglas del juego, y uno se encuentra consigo mismo. Y, puede que gracias a eso, se encuentre también con el otro. ¿O es al revés? ¿Es el encuentro con el otro el que propicia que uno se descubra a sí mismo?

La obra disecciona, a través del humor, el dilema entre tu verdad, mi verdad, y la verdad, y es el espectador el que finalmente elige su propia aventura. Continuidad de los parques bebe del espíritu de los relatos de Roald Dahl y de Saki. Su afán común es el de sorprender, con ingenio y sentido del humor; componer situaciones donde el desenlace imprevisto de sentido a la extrañeza inicial. Los personajes adquieren su verdadera dimensión, su comportamiento “coherente”, una vez sobrepasan el umbral de lo incomprendido. Y precisamente como consecuencia de ese conocimiento equívoco y parcial, el espectador puede disfrutar del desconcierto y el regocijo.

'Continuidad de los parques' nos da una visión distorsionada de la realidad a través de la mirada de algunos de sus personajes. En casi todas estas piezas existe una clara dualidad entre locura y racionalidad, una confrontación entre el inconfundible mundo exterior observado por un personaje y la visión modificada, desde el interior, por parte de otro personaje. Y en ese, digamos, conflicto, el individuo racional y pasivo acaba entrando en el juego del antagonista, ya que es contagiado o conducido hacia el desequilibrio, el paroxismo o el placer que le procura esa nueva visión de la realidad.